Noticias amarillistas, rojas, alarmistas o policiacas no abonan a la prevención del suicidio/ En el fondo de la ley  - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Dicen por ahí el dicho que “lo que mal empieza, mal acaba”, y el año dos mil veintidós para Aguascalientes ha iniciado mal en el tema de los suicidios, contabilizándose en tan pocas horas del año que transcurre, seis decesos por ésta causa, que además de ser lamentable para los familiares de los finados, es alarmante para las autoridades del ramo de la salud, sin excluir a otras autoridades en materia de seguridad pública, que por razón de sus funciones, pueden contribuir a la prevención del suicidio.

Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), generadas con motivo del día mundial para la prevención del suicidio –datos nacionales- en el año dos mil veinte, se registraron 7,818 fallecimientos por lesiones autoinflingidas en México, los cuales fueron cada vez más recurrentes en jóvenes de 18 a 29 años. Aunque otro dato preocupante, es el hecho de que un sector de la población de 10 años (de edad) y más, manifestaron su intención de suicidarse.

El Inegi, la Organización Mundial de Salud (OMS), la Organización Panamericana de Salud y muy seguramente especialistas en la materia, médicos, psicólogos, sociólogos, politólogos, entre otras personas sin importar el gremio o profesión, coinciden que el suicidio es un problema de salud pública, con vísperas a buscar una prevención adecuada por parte de distintos actores involucrados, que van desde entes gubernamentales, sectores educativos y sociedad en general.

Evidentemente, las cifras inquietan y no es para menos, el Inegi identificó en el mismo año dos mil veinte, que las entidades que registraron el mayor índice de suicidios fueron Chihuahua, Aguascalientes y Yucatán, y las que menos registros tuvieron, fueron Guerrero, Veracruz e Hidalgo, además, que dentro de esas cifras se incluyen datos de hombres y mujeres, edades, motivos, intenciones de suicidios y consumaciones.

Por su parte, no menos interesante son las cifras globales que aporta la OMS (https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide) por ejemplo, señala que cada año se suicidan cerca de 700,000 mil personas o que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.

A su vez, la OMS es partidaria de la labor de las autoridades para contribuir a la prevención del suicidio, que van desde los trabajadores de emergencia, los trabajadores de la salud, los maestros, empero, incluye otro sector poco conocido por la sociedad y se refiere a los medios de comunicación a través de sus conductores, reporteros o informantes.

Para la OMS la prevención y control del suicidio, consiste en lo siguiente: “Es posible prevenir los suicidios adoptando medidas a nivel de la población, de determinados grupos poblacionales y del individuo. La OMS ha elaborado un guía para prevenir el suicidio denominada LIFE LIFE («Vive la vida»)…”, la guía que menciona la OMS, cita una intervención (estrategia) adecuada para la prevención y control del suicidio “educar a los medios de comunicación para que informen con responsabilidad sobre el suicidio”.

Dicho de otra manera, el común de los medios amarillista o de corte policiaco, se esmeran con informar u obtener con lujo de detalle, cualquier tipo de información e incluso fotografías de las personas que toman tan fatales decisiones, es decir, informan el nombre de los suicidas; sus edades; en donde vivían (calle, número, colonia o fraccionamiento); el nombre de quien o quienes los encontraron; las condiciones en cómo fueron encontrados; los medios utilizados para consumar el hecho; y por supuesto, adicional a lo ya mencionado, incluyen fotografías de los domicilios o lugares que registran el suicidio o en el peor de los casos de las personas ya finadas.

Es cierto, la manifestación de las ideas o la libertad de difundir opiniones, información e ideas, constituyen un derecho humano –para cualquier persona- consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, derechos que ninguna ley o autoridad pueden censurar o coartar, salvo en los casos de que se ataque la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o se perturbe el orden público.


Sin embargo, esas manifestaciones de ideas o libertades de información en su máximo esplendor relativas al suicidio a través de notas amarillistas, rojas, alarmistas o de corte policiaco, no son propiamente el ejercicio de un derecho humano consagrado en la Constitución y tampoco son datos informativos que contribuyan al control o prevención del suicidio o bien que alerten a la ciudadanía para contribuir con algo en este tema.

Por ejemplo, hace algunos días, en redes sociales cierto medio informativo –cuyas características son las ya descritas en el título de este artículo y de la cual reservare su nombre por obvias razones- dio a conocer la consumación de un suicidio en la entidad, el cual mereció una serie de comentarios desagradables, tales como “EAAA EMPEZANDO EL AÑO CON TODO, Vamos bien, a este ritmo si alcanzamos la meta del año pasado…” “Siganle nuestra meta este año es llegar a los 500 arre quien es el siguiente…Bola de locos”.

Esos sólo pueden ser unos ejemplos de una larga lista de comentarios publicados con motivo de notas asociadas a los suicidios. Por ello, se reitera una vez más, la OMS propone “educar a los medios de comunicación para que informen con responsabilidad sobre el suicidio”, esperando que se cumplan los objetivos, prevenir y controlar el suicidio, no minimizándolo, no normalizándolo y tampoco justificándolo.

En efecto, el suicidio motiva a una gama de cuestionamientos, ¿Por qué se mató? ¿Tenía problemas? ¿Era adicto(a) a las drogas? ¿Sería por una cuestión sentimental? Sí, las autoridades tienen una responsabilidad para asumir eficazmente la prevención de este grave problema y también la sociedad, y por supuesto los medios de comunicación, puede que estén o no de acuerdo, como puede estar acreditado o no,  el hecho de que consumir ese tipo de noticias motive a las personas a recurrir al suicidio, no lo sabemos, pero valdría la pena tomar en consideración una prevención adecuada, que una nota periodística “amarillista” mal orientada.

 

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