Con ese humor negro tan gringo “Don’t look up” de Adam McKay, se vuelve una película que quedará por siempre en nuestra memoria.
La burla de las secuencias de Armageddon (de 1998) son finas y hermosas.
La actuación de DiCaprio es brutal: un doctor en ciencias, con mucha ansiedad, consumidor de Xanax y otra caterva de medicamentos que su esposa le regula con precisión. La Streep me ha encantado, con ese desparpajo, ese sexsimbolismo que pretende, de ser la rubia tonta que se ha hecho presidente del país, con hijo consentido (su jefe de gabinete), su amiga íntima (jefa del Centro espacial John F. Kennedy, jefa de la NASA: “ella solamente es una anestesióloga”), y su amante de la universidad (senador, pronto a ser fiscal) metido en un escándalo por su gusto de posar desnudo. Jonah Hill actúa de él mismo, recordando sus grandes momentos de Superbad (de 2007).
Pero uno tiene que quedarse con lo que es un científico real de nuestra actualidad, uno bien comprometido con la ciencia: “Yo sólo quiero irme a drogar” (“I got to go get high”), esto fue una joya gritado por la estudiante de doctorado. Este personaje me ha hecho amar locamente a J Lawrence. Si ya me había fascinado en Mother (de 2017), acá está maravillosa.
La peli le pega a Armageddon, como bien he señalado, como una patada en las bolas por su cursilería; y a todas esas pelis de los gringos héroes, sobre todo a toda la saga de Marvel; también le pega con ganas a las redes sociales, a los comenta noticias: “No necesitan que todo sea divertido y chistoso, ¡fuck!”, genial frase contra los Comenta Noticias. Le pega a los Elon Musk y su: “Lucho por el planeta, (mientras me hago millonario y manejo a presidentes”): “Devuelvan las tabletas digitales que no son suyas” les grita una asistente a unos niños.
Todo, todo está en un perfecto orden, nada faltó. Casi vi un capítulo de Los Simpson (por la tanta sorna), pero con actores, y más finura.
La última cena, ha sido bien planteada, me gustó mucho; lo del hijo de DiCaprio con el look de Harry Potter (más bien de un Radcliffe barbón) como esa crítica a los jóvenes que hoy son adultos (treintañeros) y que crecieron con aquella saga de JK Rowling, metidos en el anime, las redes sociales, el hedonismo digital intelectualoide.
Muy divertida, reflexiva, entretenida, de actuaciones geniales, en este orden: Lawrence, DiCaprio, Blanchett, Streep, Jonah Hill.
Tanta crítica, tanto burlarse de tres generaciones, por supuesto que puede ser enojoso para muchos. Nadie disfruta la burla cuando el burlado es uno (That the joke was on me).
Súper recomendable.