Hace unas semanas recibí un documento por WhatsApp de mi buen amigo, el maestro Julio Vásquez Vals, director titular de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y director musical de la Big Band Oficial de Aguascalientes. Así que con el interés que me despierta la música, me puse alegremente a leer.
El título es: Una historia de éxito, me llamó la atención desde los primeros renglones, inicia mencionando una buena cantidad de orquestas y ensambles de música de cámara, la mayoría dentro del perfil de la música académica y algunas entidades musicales de jazz, bandas sinfónicas, música popular, orquestas profesionales, orquestas de conservatorios, en fin, el horizonte es muy amplio, el documento hace mención de orquestas y ensambles de México y el extranjero, Estados Unidos, y orquestas de algunos países europeos en donde la cultura musical tiene históricamente otros niveles mucho más elevados del que tenemos al alcance de la mano, precisamente por eso llamó mi atención este documento, reafirma lo que he pensado mucho tiempo, México es un país con una riqueza musical incuestionable y con una sólida infraestructura en la formación musical de niños y jóvenes.
En este sentido siempre se ha mencionado a Venezuela como obvia referencia en el programa de orquestas sinfónicas infantiles y juveniles, teniendo como evidencia del éxito de este programa la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, una orquesta, no obstante su carácter de juvenil, de primer nivel. Eso no se discute, pero no olvidemos que en México tenemos iniciativas muy sanas y vigorosas, como el caso de la Orquesta Sinfónica “Juvenil Carlos Chávez”, que a lo largo de su historia ha funcionado exitosamente como orquesta – escuela y ha colaborado y enriquecido mucho el panorama mexicano de la música de concierto. Se ha reconocido con toda justicia y merecimiento el trabajo realizado por el maestro Eduardo Mata, compositor y director de orquesta mexicano en el impulso a estas iniciativas de trabajar en la formación musical de niños y jóvenes durante muchos años con resultados que están ahí y no se pueden ni se deben objetar.
Aquí mismo en Aguascalientes hay orquestas que funcionan como escuelas en la formación de niños y jóvenes, la más exitosa, creo yo, es la Orquesta Filarmónica de la UAA dirigida por el maestro Julio Vásquez Vals, sin dejar de reconocer a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Jesús María, este municipio ha trabajado ya durante varios años en este proyecto logrando consolidarlo como una escuela de música de excelente nivel y trabajando bajo la dirección del maestro Román Revueltas, que durante 12 años fue el director titular de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Además, por supuesto festivales como el Internacional de Música de Cámara de Aguascalientes que nunca ha descuidado su vocación académica.
No importa cuántas iniciativas surjan, realmente nunca son suficientes y siempre serán bienvenidos nuevos proyectos que busquen involucrar a los niños y jóvenes con la gran música de concierto. Todo esto lo menciono por el hecho de que, desde mi punto de vista, no se ha dado el justo reconocimiento al trabajo realizado por el maestro José Sandoval, a quien en el año de 1975 se le encomendó por parte de la señora Esther Zuno, esposa del entonces presidente de México, Luis Echeverría Álvarez, la formación de una orquesta que fue auspiciada por el Instituto Nacional de Protección a la Infancia, después transformado en el Instituto Mexicano para la Infancia y la Familia y finalmente en el Desarrollo Integral de la Familia o DIF. La idea original fue crear una orquesta sinfónica de cobertura nacional, es decir, que sus integrantes fueran de todo el país trabajando bajo la dirección del maestro José Sandoval, de esta manera se procedió a abrir la convocatoria para las audiciones con el fin de integrar esta orquesta llamada Orquesta Sinfónica del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (Osinpi). En sus orígenes la orquesta estuvo integrada por jóvenes músicos de Veracruz, Tlaxcala, Aguascalientes, Nuevo León, Jalisco, Puebla, Oaxaca, Estado de México y Guanajuato.
Los integrantes de esta orquesta recibieron importantes apoyos, por ejemplo, una beca mensual que les hacía posible fijar su residencia en la Ciudad de México, por supuesto, acceso libre a las instalaciones del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), clases de música con maestros de primer nivel, evidentemente en el instrumento de su especialidad trabajando en ensayos diarios de manera individual y con toda la orquesta, todo este trabajo coordinado por el responsable del proyecto, el maestro José Sandoval.
Esta orquesta representó para México una verdadera escuela de formación de grandes músicos y semillero de profesionales de la música que más tarde ocuparon y siguen ocupando puestos en las más importantes orquestas y ensambles de nuestro país y del extranjero. Te comentaba al inicio de la presente entrega que el documento menciona, si no a todas, al menos sí a la mayoría de las orquestas y diferentes conjuntos musicales de México y otras partes del mundo, señalando que todas estas instituciones musicales tienen en común que entre su personal cuenta con músicos que en algún momento fueron parte de esta orquesta, la Orquesta Sinfónica del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (Osinpi), entre las orquestas mencionadas están, por supuesto, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, la Orquesta Filarmónica de la UAA y la Big Band Oficial de Aguascalientes.
El 1 de enero pasado se cumplió el primer aniversario luctuoso del maestro José Sandoval, artífice indispensable en la conformación del panorama de la música de concierto en México, van estas líneas a su memoria y reconocimiento a su trabajo.