- No es un espacio adecuado para vivir, faltan regaderas, cocina y camas
- Migrantes que están en posibilidad de rentar una vivienda se les niega por discriminación
Frente al Instituto Nacional de Migración, en lo que antes era el bar Brixton, se habilitó este espacio de manera rudimentaria para dar albergue a migrantes de todas las nacionalidades, son casi 80 personas las que ahí pasan la noche.
Jesús Antonio Maya López, propietario de la finca, comentó que cada día se reciben a más migrantes, y ha habido semanas en las que llegan a albergar hasta 120 personas en un espacio reducido, algunos han tenido que dormir en la vía pública e incluso algunos vecinos han prestado sus cocheras o fincas abandonadas.
Evidentemente este espacio no es el adecuado para que alguien pueda ahí vivir, no tienen regaderas, algunas fincas no cuentan siquiera con un baño. Tampoco cuentan con cocina, los migrantes cocinaban sus alimentos con asadores que eran propiedad del bar pero, al estar instalados en la vía pública, una persona terminó por robárselos.
Además de ello, también necesitan de insumos básicos como gel antibacterial, cloro, productos de limpieza y alimentos como azúcar, arroz, pasta y comida enlatada.
Algunos migrantes ya han podido conseguir un empleo y están en posibilidades de rentar una vivienda para vivir dignamente, pero los propietarios frecuentemente les niegan esta posibilidad. “Quizá es por su color de piel, por ser migrantes, sigue habiendo xenofobia, racismo, discriminación”, comentó Pavel Cardona Campos, coordinador de la Casa Migrante Camino a la Vida.
El activista puntualizó que sigue funcionando el albergue de casa migrante y del templo del Señor de los Rayos, pero que ante el aumento de contagios por covid-19 se han visto limitados a recibir sólo a diez personas.