APRO/Gloria Leticia Díaz
En el 28 aniversario del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ENLN), uno de los fundadores de la organización armada, el comandante Germán, urgió a cambiarle el nombre, porque “ya no es partidario de la guerra” contra el imperialismo, que fue su razón fundacional.
Fundador también de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) en 1969, que fue la base del EZLN, Fernando Yáñez Muñoz, el nombre real del comandante Germán, hizo un recuento histórico de ambas organizaciones en una entrevista concedida a la historiadora Adela Cedillo, transmitida en vivo en la página de la organización “La casa de todas y todos”.
Su presentación pública a través de redes sociales ocurrió después de que el 17 de noviembre formulara acusaciones contra el Subcomandante Marcos, hoy autollamado Galeano, sobre su rompimiento con las FLN y cuestionara su protagonismo.
Tras dar a conocer un video que data de 1993, en el que las comunidades de Chiapas y la organización militar votó a favor de declarar la guerra contra el “mal gobierno” y el imperialismo, Germán reprochó la decisión de Galeano de deponer las armas, secundada por personajes que han sido nombrados por él como comandantes indígenas, sin tener el reconocimiento de las FLN.
“Si el actual EZLN con ese nombre ya no es partidario de la guerra, tiene que cambiarse de nombre por obvias razones; si es un ejército indígena en beneficio de las comunidades, que se cambie el nombre, ya no va a pelear, ya lo dijeron muchas veces, ‘Nosotros ya no vamos a pelear’. “¿Cuál es la necesidad actual de llamarse de una manera que no corresponde con lo que hacen?”, cuestionó Germán.
El líder insurgente, sobreviviente de la “guerra sucia”, sostuvo que, para las comunidades indígenas y el movimiento indígena, resulta costoso “esa falta de definición, mucho dinero, mucho esfuerzo”, porque se han visto obligados a “cargar en la espalda con un movimiento que se dice armado pero que no está armado, y que les piden dinero para hacer actos, pero a la gente pobre, a los compañeros más pobres que por eso abandonan las filas de ese ejército, porque lo tienen que mantener”.
Según Germán, desde que las FLN fundaron el EZLN en 1983 en Chiapas y algunos años después de la irrupción armada, las comunidades indígenas “lo mantenían y lo apoyaban porque íbamos a la guerra, llegamos a la guerra, se demostró que en eso sirvió el apoyo de los pueblos a la guerra, y ahora no”.
Señaló que como “secretario de guerra” dentro de las FLN, Marcos envió informes a la dirección general de las FLN para sostener que las condiciones estaban dadas para iniciar irrupción armada, lo que fue respetado por la dirigencia, pero “estuvo jugando a decir que iba a haber guerra”.
Agregó que en una carta de abril de “2014 o 2013”, Marcos acusó a la dirigencia de las FLN de que “no le hacen caso y que si se quieren ir, váyanse es una carta basura, (…) pero él utilizó eso para salirse y al mismo tiempo para decir ‘ustedes son los que se quieren retirar’. Eso es falso, nosotros aquí estamos”.
Apuntó que como responsables de la organización político-militar, “tenemos que un cargo una responsabilidad no sólo personal sino a ante los compañeros muertos que votaron un alzamiento y murieron en él, tenemos que tener respeto hacia esos compañeros, a lo mejor a él (Marcos) no le preocupa”.
Al señalar que el subcomandante Marcos y quienes lo acompañaron en la creación de un Frente Zapatista tendrán que responder por sus actos a la organización de la que surgió el EZLN, así como a la sociedad, Germán señaló que quienes fueron nombrados como comandantes indígenas por Galeano, “si quieren participar militarmente, van a tener que buscarse otro grupo porque ese (EZLN) no nos va a llevar a la guerra, aparte de que las condiciones son otras, la guerra no es un juego, hay que pensar y estudiarla, por eso las FLN se tardaron 25 años en declarar la guerra”.
El líder guerrillero lamentó que, a 28 años del levantamiento armado zapatista, se mantenga el campamento militar que se instaló para combatir al EZLN en San Quintín, en territorio indígena, pese a que él personalmente envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitarle el retiro de las tropas de la zona indígena, y que convierta el cuartel en escuelas y hospitales.
“Este gobierno, no el de (Ernesto) Zedillo, me respondió con una carta en la que dice que respeta los derechos indígenas y los derechos indígenas, pero quien da la respuesta no es el presidente, sino que es Inteligencia Militar quien dice ‘somos muy buenos’, eso significa que no hay ninguna intención de cambiar”, refirió Germán.
Sobre la contribución de la irrupción armada indígena hace 28 años, Germán recordó que en los años 70, cuando los primeros miembros de las FLN llegaron a la selva lacandona, los hacendados mantenían un control de sobre las comunidades indígenas “semi feudal”, razón por la cual Chiapas fue elegida por la organización guerrillera para fundar un campamento de formación militar y después para que ahí ocurriera el estallamiento del 1 de enero de 1994.
Germán contó que hace 52 años los hacendados chiapanecos “eran los dueños de vidas de los indígenas, ellos hacían lo que querían, era inhumano, eso lo vieron nuestros compañeros, por eso dijeron ‘ahí hay que iniciar la lucha’.
“Ahí (en Chiapas) no había nada más que nacer y morir, y eso se acabó porque un día como hoy se supo que había un movimiento armado que se había levantado en armas y que no se iba a rendir mientras eso no cambiara”, sostuvo.