Ayer, un escenario en común se presentó en contextos diametralmente opuestos. Al dar inicio las jornadas de vacunación de refuerzo contra covid-19 para el personal médico, en la fila de la sede del Hospital Hidalgo, las personas se contaban por cientos desde antes de las 8:00 de la mañana, poco después de las 10:00, la fila disipada permitía el paso fluido para que quien llegara, se inmunizara de inmediato. En el otro extremo, en la explanada de la Clínica 1 del IMSS una larga fila de personas hacían fila para realizarse la prueba para detectar covid-19, una fila que, pasadas las horas, no tenía indicios de terminar. Ahí anda mi morra, dijo un joven en la calle, pegado a las rejas del perímetro del hospital, yo le digo que no se apure, que lo que trae es gripa, pero se quiere quitar la duda porque el patrón donde trabaja andaba malo. Mientras en el Hospital Hidalgo los médicos se retiran, si acaso, con una mano en el brazo, sosteniendo el algodón con alcohol que les dejan tras la vacunación, en la clínica del seguro llega una ambulancia con una persona mayor en camilla y con ayuda de un tanque de oxígeno para enfrentar lo que tenga que venir.
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Cristian de Lira
Cristian Gerardo de Lira Rosales. Edición y fotografía. De temple relajado y reflexivo, curioso y observador. Gustos por descubrir nuevos sabores y probar buena cerveza. Intereses en temas ambientales, culturales y deportivos, villamelón del futbol. En busca de contagiar el ánimo por participar.