Se abre convocatoria para canonizar a políticos mexicanos/ En el fondo de la ley  - LJA Aguascalientes
27/04/2025

Canonizar, canonización o proceso de canonización, para muchas personas la práctica católica de beatificar y canonizar genera diversas interrogantes, ¿Por qué lo hace? ¿Cómo lo hace? ¿Qué significa ser canonizado o beatificado? Empero, para fines de la iglesia, canonizar es proclamar solemnemente que un fiel ha practicado heroicamente las virtudes y a su vez demostrado absoluta fidelidad a la gracia de Dios.

Según el testimonio de la Sagrada Escritura, cada cristiano era considerado un santo, pues de acuerdo a los primeros siglos del Cristianismo, la iglesia era fiel creyente de que los apóstoles y los mártires mantenían un lazo importante con los fieles. De esta manera, se pudiera decir que la santidad estaba muy ligada con el martirio, lo que equivalía a morir con Cristo.

Es así, que durante siglos no se necesitó de ordenamientos -de tipo jurídico- para llevar a cabo sus procesos de canonización, de los que se sabe se cuenta con una larga lista que incluye misioneros, obispos, monarca, cristianos y fundadores de órdenes religiosas, razón por la cual, los obispos entendieron que era necesario saber a quién le rezaba las personas, concluyendo así la Doctrina Católica, que el objetivo primordial de la canonización no es nada más el Santo, sino también el dogma de los fieles quienes acuden al Santo de su devoción para entender en algunos casos, el mensaje de Dios.

El proceso de canonización, inicia cuando una persona con el mote de postuladora presenta la petición para dar inicio formal a la causa solicitada, dicha petición debe ser presentada ante el Obispo diocesano del lugar donde falleció el candidato, a la cual le es anexada la biografía de éste último, así como una lista –si es que la hay- de testigos que pudieran dar cuenta de las virtudes o martirios del candidato, etapa a la que además se le conoce como investigación diocesana.

Desde luego, que son más las fases del proceso de canonización, sin embargo, para sintetizar dicho proceso, referiré dos ilustres personajes de la historia de México que gozan ya de la canonización, San Juan Diego y San José Sánchez del Río, a quienes el Papa Juan Pablo II y el Papa Francisco, respectivamente, concedieron ese alto privilegio.

Claro que el proceso ya referido y por demás sintetizado, no tiene punto de comparación -o nada que ver- con el decreto-noticia del ilustre ex presidente de México Miguel Alemán, cuando aseveró haber encontrado –no él, sino su grupo de investigadores- seis cráneos al pie del cerro de Chapultepec, argumentando que pertenecían a los Niños Héroes (sic) Juan de la Barrera, Juan Escutia, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez y Francisco Márquez.

Seguramente la idea de Miguel Alemán de concederles el adjetivo de “Héroes” a los Niños Héroes, se debió a la visita incomoda del expresidente estadounidense Harry S. Truman, resaltando que aquellos cadetes murieron heroicamente e incluso uno de ellos (Juan Escutia) arrojándose envuelto en el lábaro patrio a las faldas del cerro de Chapultepec.

Otro de esos “Héroes” pero de la política mexicana del siglo XX, fue para muchos el candidato presidencial por el Partido Revolucionario Institucional Luis Donaldo Colosio Murrieta, ¿Se acuerda de su legendario discurso del seis de marzo de mil novecientos noventa y cuatro? En la parte más estremecedora el discurso decía “Yo veo un México con hambre y sed de justicia…”, así lo dijo Colosio, el “Héroe” contemporáneo del priismo.

De Luis Donaldo Colosio Murrieta, se sabe lo que casi todos sabemos, asesinado el veintitrés de marzo de mil novecientos noventa y cuatro, en una gira proselitista por la ciudad de Tijuana, siendo testigo de tan atroz suceso, la colonia de Lomas Taurinas, que viera por última vez en las calles al entonces candidato y su agresor Mario Aburto Martínez.


Todos los mencionados, Santos o “Héroes” de la política mexicana indiscutiblemente tuvieron –según sus fieles y/o seguidores- sus méritos propios, pero por lo menos los tuvieron, en cambio hay personajes de la farándula política en México que se creen “Héroes” pero en realidad no lo son, aunque para otros si lo sean, al punto de observar ciertos rasgos de santidad.

Concretamente, Alejandro Solalinde –dícese ser ministro de culto- recientemente aseguró que: “Dios nos bendijo con Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, debido a que está siguiendo los pasos de Jesús, quien además tiene rasgos de santidad”, ¿Será que para Alejandro Solalinde existe la posibilidad de santificar a AMLO?  Los opositores, sin pensarlo dos veces considerarían que no, de hecho, hasta catalogan a este ministro como un “arrastrado” en búsqueda de limosnas.   

El año se termina, son pocos los días que le quedan y la convocatoria para canonizar al político mexicano de su elección ha quedado abierta y todo gracias a Alejandro Solalinde, así que, si usted conoce un político mexicano con ciertas virtudes eclesiásticas o que haya sido o sea un “Héroe” nacionalista o se haya aventado de algún castillo durante el desarrollo de una batalla o se le facilite el usos de discursos “pegadores y conmovedores” no lo piense más, acuda con Alejandro Solalinde a registrarlo como candidato a santificar.

orasesorentransparencia@gmail.com

 

 

 


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