Estimado lector, recuerdo que la semana pasada la reflexión se fue hacía estos tres primeros años de la administración de ysq, y de cómo sin duda alguna la culpa de todo este desastre que estamos padeciendo la tiene los tricolores de antaño.
Si señor, para identificar el problema se requiere escudriñar hasta la raíz, el origen, el génesis de todo, es más, le recomiendo el libro El mexicano, psicología de sus motivaciones de Santiago Ramírez, puede que encontremos algo de luz en este texto.
El chiste es que ahora no compartiré con usted los pormenores de la fiesta que se llevó a cabo el pasado miércoles primero de diciembre en la plancha de cemento del primer cuadro de la vieja Tenochtitlan, tomada por cierto desde hace más de quince años por aquel personaje que la ha tenido, además de tomada, secuestrada, solo que ahora ya logró dejar la explanada y lleva 36 meses dentro de un recinto histórico que no estaba acondicionado para albergar lo que Los Pinos ofrecía a los mandatarios de este país. Cómo da vueltas la vida no cree estimado lector, lo que no podía tolerar de los gobiernos neoliberales y corruptos ahora esa enfermedad mortal le está haciendo estragos.
En teoría la agenda nacional debería estar alineada a tres temas que urgen solucionar y que de no atenderse pueden desatar un desorden en la fuerza como dirían los jedi. El primero de ellos es esta pandemia que no cesa, y analizando el panorama internacional, parece que no está cerca su fin, al contrario, se han vuelto a encender las alarmas a nivel internacional por la última variante del covid, al parecer, hasta el momento la más mutada. La preocupación de las autoridades sanitarias en el ámbito mundial es que esta versión es muy diferente a aquella que se identificó hace más de dos años en Wuhan, China ¿lo recuerda? Fue el 17 de noviembre de 2019; inquieta que esta mutación sea más contagiosa, más letal o que burle el efecto de las vacunas y los tratamientos hasta ahora identificados (de alguna manera) efectivos para contrarrestar los síntomas que ocasiona el virus. Por el momento y según los expertos, el mundo tendrá que esperar unas dos semanas más para conocer con certeza que tan letal puede ser. Lo que inquieta a la comunidad científica es que es la variante más mutada hasta la fecha, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya la definió como “variante de preocupación” y se ubica dentro del listado donde se encuentran las transformaciones alpha, beta, gamma y delta, variantes que se caracterizan por su fácil transmisión, además de ser más virulentas o disminuyen la eficacia de las vacunas y tratamientos disponibles.
Otro de los puntos a prestar atención es que está más extendida de lo que se pensó en un principio, si bien esta variante denominada ómicron fue detectada por primera vez en Sudáfrica no quiere decir que surgirá ahí, de hecho es uno de los países del continente que cuenta con mayor capacidad técnica para la detección de variantes; ya algunas naciones de Europa han impuesto restricciones a este y otros países de África, sin embargo ya se han registrado casos en Bélgica, Egipto, incluso en América, Canadá tiene ya dos casos y se investiga un posible sospechoso en Brasil.
Pero a pesar de todo esto, ysq minimiza el caso como siempre, “no hay motivos para la preocupación, no hay motivos de riesgo, según los reportes que me han entregado los especialistas. Llevamos a cabo un seguimiento, no hay elementos para preocuparnos”; si bueno, qué podíamos esperar de este fino y bien ponderado personaje “No hay evidencias, nada más que están ya los articulistas como siempre haciendo recomendaciones”; qué bonito es lo bonito de verdad, sobre todo cuando la fiesta de los tres añitos y la presentación del niño al templo se veía amenazada por una nueva mutación irrelevante, no peligrosa, cómo no celebrar a lo grande, con la plaza llena, la música, el baile, la verbena, el jolgorio, los acarreados, cómo no, si es una tradición nacional que se ha mantenido y cuidado a través de las administraciones independientemente del color del gobierno, cuánta irresponsabilidad de verdad, de pronto pienso, acaso será una estrategia del gobierno mexicano para bajar la sobrepoblación… Espero no haya ido a la fiesta de México al zócalo de la capital estimado lector, ni por una torta de jamón de tercera, refresco de sabor y una despensa desangelada.
Otro punto que me parece urgente atender en la agenda nacional es la inseguridad, los números no mienten aun teniendo otros datos, en lo que va de esta administración ya se rebasaron las cien mil personas ejecutadas, superando los números de los presidentes neoliberales que tuvo esta golpeada nación. Lo que inquieta y preocupa es que no están bien definidas las acciones que se pretenden poner en marcha para frenar esta ola de violencia, los abrazos no balazos hasta el momento no han funcionado.
Y, por último, pero no menos importante es la situación económica por la que estamos atravesando, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que durante la primera quincena del pasado noviembre la inflación anual se situó en 7,05% la más elevada en más de 20 años, ya se resiente en nuestros bolsillos.
Pero y entonces qué hacer en caso de contingencias como estas, a quién recurrir, cuál es el camino para seguir, cómo hacerle para salir de esta. Dicen por ahí que la unión hace la fuerza, la raza de bronce ha pasado por esto tantas veces que ya deberíamos tener un plan para salir por la puerta grande.
Mutaciones de virus, inseguridad, crisis económica, solos en el camino, busquemos un superhéroe que se apiade de nosotros o recémosle a diosito porque la cosa está color de hormiga.
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