En 2020, los programas sociales del presidente López Obrador solo llegaron al 43% de hogares en pobreza extrema cuando en 2016 estos alcanzaron al 67%, según un análisis del Instituto de Estudios sobre Desigualdad (INDESIG).
En contraste, los apoyos que reciben los hogares más ricos, quienes se ubican en el decil 10, han pasado del 3% al 7 %. ¿Cómo se explica esto? Por el rediseño de la política social y la austeridad a la que se ha sometido a ciertos programas sociales, específicamente los dirigidos a los hogares en pobreza extrema.
Para garantizar que los programas sociales lleguen a los más pobres se debe apoyar al programa Becas Benito Juárez que es, de alguna manera, el sustituto del Programa Prospera del gobierno pasado. En el presupuesto 2022, este programa solo crece en 4 %.
El director del INDESIG sostiene que “en términos de desigualdad podríamos decir que para 2022 el gasto planteado es menos redistributivo de lo que era en 2021, (porque) el presupuesto cada vez lucha menos contra la desigualdad”. Y añade que “si queremos un presupuesto que priorice a las personas en situación de pobreza, este no es el camino”.
Las buenas intenciones de los gobernantes se hacen realidad a través de las políticas públicas y los recursos que se destinan a ellas. Lo demás son solo discursos. López Obrador repite una y otra vez que en su gobierno “primero los pobres”, pero la realidad es que según el presupuesto de 2022, esta afirmación está lejos de cumplirse.
En este presupuesto los proyectos prioritarios del presidente tienen un aumento del 37 % y en el caso del Tren Maya y en la Guardia Nacional el incremento es del 74 % con relación al año pasado.
Llama la atención que en términos reales la política social en su conjunto solo tiene un crecimiento marginal del 2.4 %. Esto porque prácticamente la totalidad del incremento se destina solo al Programa Pensión para Adultos Mayores, que crece 75 % con relación al año pasado.
El presupuesto para este programa en lo particular tiene más recursos que toda la política social, en 2022 se le destinan 238 mil millones de pesos, mientras que la suma de los otros 18 programas sociales alcanza 207 mil millones de pesos.
De acuerdo al INDESIG el aumento en el presupuesto del programa de adultos mayores solo tendrá un impacto marginal, para que los beneficiarios salgan de la pobreza ya que solo serán 172 mil personas. Esto ante una realidad con un aumento de 5 millones de personas en situación de pobreza de 2018 al 2020.
Para realmente reducir la pobreza lo que debió haberse contemplado en el presupuesto de egresos 2022 es que el aumento de 100 mil millones de pesos, que se concentra en el programa de pensiones para adultos mayores, se concentrara en apoyar a las familias en pobreza extrema y a los 5 millones de las personas que ahora están en condición de pobreza.
El INDESIG hizo a las autoridades siete recomendaciones:
1) Poner fin a las medidas de austeridad en el gasto social;
2) Construir un sistema;
3) Priorizar presupuesto para personas más afectadas por la crisis sobre los llamados “proyectos prioritarios” (Tren Maya, Guardia Nacional y otros);
4) Aumentar el gasto en salud sobre todo para personas sin seguridad social;
5) Incrementar sustancialmente el presupuesto a la educación para disminuir brechas generadas durante la pandemia;
6) Reconocimiento, redistribución y recompensa del trabajo de cuidados;
7) Mayores impuestos a la riqueza.
Ninguna de estas propuestas se tomó en cuenta, para construir, y luego aprobar, con la mayoría de Morena, el presupuesto de egresos 2022.
Tampoco se hizo caso a las 2,000 observaciones que hizo la oposición. El presupuesto se aprobó sin mover una coma como se los ordenó el presidente a los diputados del oficialismo. Con la actual política social y la estructura del presupuesto no se ve que en 2022 pueda reducirse la pobreza y sí hay posibilidades de que siga creciendo.
Twitter: @RubenAguilar