La comunidad académica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) ha convocado a una marcha este fin de semana, se manifestarán en contra de la obcecación de la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces, quien impuso como director de esa institución a José Antonio Romero Tellaeche. Un conflicto que puede crecer si no se abren canales de comunicación que impidan que el encono se concentre.
Por la forma en que el gobierno de la Cuarta Transformación interviene en este tipo de conflictos, lo que se puede esperar es que el Conacyt intenté agotar por cansancio a los profesores y estudiantes inconformes, porque ya tienen el permiso del presidente Andrés Manuel López Obrador de no hacer caso.
La comunidad académica del CIDE tiene todo el derecho a protestar y manifestarse, es justa su demanda a ser escuchados y atendidos, en los hechos, se les abandonó al capricho de la directora de Conacyt, porque el presidente se lavó las manos al declarar que ese centro se había derechizado, al hacer a un lado, autoriza que una autoridad menor haga lo que le venga en gana. De hecho, en redes sociales, las huestes tetratransformistas ya han comenzado a actuar en consecuencia, a quienes protestan se les señala como fifis resentidos, juventudes porfiristas, y no ha faltado quien descalifique las muestras de apoyo a los estudiantes, desde una perspectiva clasista.
En la discusión pública lo que menos ha importado son los motivos de la protesta, con tal de descalificarla se le ha reducido a una manifestación de resentidos con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se tienen merecido su destino por el hecho de no plegarse a los deseos del líder de la Cuarta Transformación.
En un artículo publicado en Nexos, Javier Martín Reyes ha resumido las razones por las que se está en contra de la imposición de José Antonio Romero Tellaeche, desde que el Consejo Directivo del CIDE no participó en la elección, hasta las violaciones a los estatutos al destituir arbitrariamente a Alejandro Madrazo Lajous como director del CIDE Región Centro por el simple hecho de haber participado en un video en el que se demanda que se respeten los derechos laborales de su comunidad académica.
En la respuesta de las autoridades no se toman en cuenta estos motivos, sólo se reacciona, con permiso del presidente, acusando a la comunidad del CIDE de no aceptar el maltrato por parte de María Elena Álvarez-Buylla Roces y José Antonio Romero Tellaeche, a partir de calificar a quienes protestan como enemigos del régimen lopezobradorista, se pueden dar el lujo de atender las demandas de quienes protestan, y a través de redes y medios afines, rebajar por medio del insulto a quienes no están de acuerdo en la forma en que se decide sobre la vida del CIDE.
La Cuarta Transformación empleará el permiso de López Obrador para cansar a la comunidad académica del CIDE, así ha actuado en otras ocasiones; mientras sigamos evaluando al gobierno por las simpatías que despiertan las personas antes que por los objetivos alcanzados, mientras siga siendo más importante la afinidad con el líder antes que con un proyecto, todo indica que cualquier voz crítica o que defienda sus derechos está condenada al silencio.
La indiferencia de la autoridad ante la protesta es también una forma de corrupción, es la ineficacia como método de trabajo.
Coda. Fuerza, CIDE.
@aldan