Hay futuro, cuando vemos a jóvenes con un instrumento musical en sus manos, y mejor incluso, tocando de esa manera, entendemos que a pesar de todo este caos en que hemos caído, hay futuro. El arte en general, la música de manera específica nos libera, el arte tiene esa facultad curativa, no solo como un paliativo, sino como una solución, una respuesta, no debemos olvidar que tenemos el arte para liberarnos del caos.
En esto y cosas similares pensaba yo durante el concierto que ofreció la Camerata Ars Sonui el domingo pasado en el templo de San Peregrino ubicado en Jardines del Campestre, muy cerca del fraccionamiento La Herradura, recuerdo que en mi juventud solía jugar tenis en el desaparecido Raquet Club de de la Herradura.
En fin, fui al concierto con mucho entusiasmo respondiendo a la invitación que me hizo el maestro David Cruz, integrante de la sección de violas de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. El domingo a las 17:00 no me resulta un horario muy cómodo, ya sabes, es domingo y comemos tarde y se juntan varias cosas, pero la invitación me entusiasmó mucho, así que me di la oportunidad, decidí ir y dejar cosas que para quien esto escribe son indispensables un domingo en la tarde, por ejemplo, ver el football americano, -junto con el tenis y el automovilismo, concretamente la Fórmula 1, son los deportes que despiertan toda mi pasión- pero ante el guiño de su majestad la música no hay forma de resistirse, entonces decidí pasar el mejor domingo por la tarde en la compañía de un excelente concierto.
Vi el programa y me di cuenta que si bien son obras fáciles de escuchar, creo que el programa se diseñó buscando precisamente eso, obras de fácil digestión auditiva pero de gran compromiso para los intérpretes, es decir, no son caramelitos con los que se diseña un programa de concierto con el fin de no poner en riesgo a los ejecutantes pero que sí los haga lucir, sobre todo cuando hablamos de jóvenes que todavía no se integran al fascinante mundo de la música de manera profesional, pero no fue este el caso, son obras, sí, fáciles de escuchar pero que exigen todo del intérprete.
No pretendo que esta sea la nota de un concierto por lo que no me meteré en comentarios críticos ni análisis de la interpretación, además ¿quién soy para hacerlo? En este espacio solo pretendo compartir contigo, amigo melómano, mi entusiasmo y mi alegría de haber asistido al concierto de un ensamble de música de cámara formado en su mayoría por jóvenes de incuestionable talento aunque todavía en proceso de formación.
Me llena de agrado haber podido asistir a la primera presentación oficial de la Camerata Ars Sonui, ya habían tenido los integrantes algunas presentaciones anteriores en pequeños formatos de música de cámara, tríos, cuartetos, quintetos, etcétera, pero esta fue la primera como la Camerata Ars Sonui, y además contaron con la participación del maestro Gordon Campbell, recordemos que él dirigió la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes durante un período de seis años, de 1994 al 2000 siendo sustituido por el maestro Enrique Barrios.
El maestro Campbell es un director profesional, además de cornista, con un prestigio ganado a pulso. Fundó en Culiacán la Orquesta Sinfónica de las Artes de Sinaloa y acaba de darle vida a una camerata en el puerto de Mazatlán, estuvo en Aguascalientes y fue invitado a dirigir este primer concierto de la Camerata Ars Sonui, Camerata que por cierto, está integrada en su mayoría por jóvenes que trabajan bajo el tutelaje de la violinista Magda Hernández y del violista David Ortiz, ambos integrantes de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Esta formación estuvo reforzada por algunos integrantes de la OSA pero con el gran protagonismo de los jóvenes, ellos son el futuro de la música de concierto en Aguascalientes, seguramente en algunos años serán parte de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes o bien, trabajarán en nuevas formaciones musicales que den vida y enriquezcan la ya de por sí generosa oferta musical de nuestra ciudad.
El concierto estuvo integrado por música de Sibelius, Piazzola, Leroy Anderson, Bizet, Albinoni, además de una versión, digamos libre, de la Marcha Turca sobre las ruinas de Atenas de Beethoven de acuerdo a la versión que de esta obra hace le Kronos String Quartet en su disco Nuevo, una producción con música mexicana llamando a esta obra Chavo Suite, por ser la música utilizada en el programa de televisión El chavo del 8 a manera de rúbrica.
Aunque me hice el propósito de no hacer algún comentario crítico del concierto, finalmente no es esa la intención de las presentes líneas, no resisto la tentación de mostrar mi entusiasmo por el trabajo de la principal de la sección de violines en la obra de Bizet, verdaderamente sorprendente, abordando con convicción y solvencia una obra que exige nivel para una digna ejecución, además es importante señalar el hecho de que los músicos profesionales que fueron invitados a participar en este concierto, le dieron protección y consecuentemente confianza a esta joven violinista, y seguramente al sentirse en confianza, y digamos, con una red que la protegía de cualquier caída, tuvo la libertad de mostrar sus verdaderas capacidades para la ejecución de la obra que le fue encomendada, si bien no como solista, sí lo fue como protagonista en esta que es la parte inicial de la primera de las dos Suites.
Como te decía, hay futuro, cuando vemos a un joven con un instrumento musical en sus manos, a pesar del caos, entendemos que hay futuro.