En los últimos meses la economía mundial ha estado en un vaivén de direcciones que han mantenido a los bancos centrales bastante ocupados tratando de determinar el rumbo que tomarán sus acciones. Por un lado, la pandemia por coronavirus COVID-19 ha presentado un enorme reto para la actividad económica al dar un parón de golpe a muchas industrias especialmente aquellas que la relación interpersonal es importante como lo son la industria de turismo, servicios profesionales, construcción entre otras,así como por otro lado la economía empieza a mostrar serios signos de un alza en la inflación que ha empezado a preocupar a los bancos centrales debido a que hay signos bastante importantes de que la máquina de imprimir se este sobrecalentado a niveles alarmantes.
Y es que los bancos centrales han tomado medidas de manera casi conjunta para poder evitar que sus economías caigan en un momento económico bastante doloroso y puedan destruir el valor agregado que han generado especialmente desde la crisis hipotecaria de 2008, cuya recuperación se ha caracterizado por ser lenta.
Pero la economía, querido lector, hay que considerarla como una especie de balanza, en donde se le coloca una pesa de un lado se debe generar un contrapeso si no queda no encontrará el punto medio. Estas medidas de reactivación económica generan un gran alivio en el momento de aplicarse, pero el uso excesivo de estas medidas puede generar efectos colaterales que pueden resultar en afectaciones posteriores.
En los primeros meses de la pandemia la visión fue de soportar los estragos hasta que pudieran abrir los negocios de manera cercana a lo que habitualmente lo harían, posteriormente fe una baja en las tasas de interés y una inyección de liquidez a los mercados para poder generar la reactivación económica que ha se ha mostrado en diversos países, ahora mismo esas medidas están de manera conjunta generando preocupaciones inflacionarias.
Pero hoy en día hay muchas opiniones económicas de que la economía mundial, aunque haya mostrado severas señales de retroceso económico mientras el precio de muchos activos se haya mantenido e inclusive incrementado como por ejemplo el índice bursátil de S&P 500 que contabiliza a las 500 empresas más grandes de la Bolsa de Valores de Nueva York que ha generado un incremento desde el 2020 de 44%, que pudiera traer consecuencias en un futuro no muy lejano con muchas ramificaciones de dichas decisiones.
Esto ocasionado por programas intensivos como elQuantitative Easing, que consiste en la emisión de dinero para la recompra de activos de parte de los bancos centrales especialmente de bonos y papel comercial, de manera que brindan de liquidez a los principales actores financieros haciendo que el flujo de liquidez termine en mercados con mayor apetito a riesgo ya que esta liquidez por la compra de activos empuja por la demanda el precio de los bonos hacia arriba reduciendo la tasa de rentabilidad de los bonos, por lo que ese mercado es menos atractivo por este factor de rentabilidad buscando otros mercados como lo es el accionario, de derivados, de commodities entre otros.
Una de las mayores críticas es que estas medidas inflan de manera artificial el precio de los activos y que seríaninsostenibles de manera orgánica. Esto haría que una vez los estímulos se reduzcan los precios caerían abruptamente generando un shock bastante profundo en el nivel de precios que traería consigo un estrés a diferentes activos correlacionados, así como una serie de eventos correspondientes a instrumentos derivados cuyos activos subyacentes son las acciones y bonos.
Una de las complicaciones más graves de tomar decisiones de índole económica en estos tiempos es la presión externa que representa la inactividad por Coronavirus COVID-19 donde el agotamiento mostrado por diferentes industrias han tenido consecuencias importantes para la economía global, la primer gran señal de agotamiento la podemos observar en la industria de construcción china en la queEvergrande, una de las empresas más grandes del mundo en esta industria, tuviera retrocesos en los pagos de los bonos que tenía tanto en moneda extranjera como moneda local trajo complicaciones a la cadena comercial que involucra a Evergrande, incluyendo clientes, proveedores, empresas de ramos cuyas actividades se vieron involucradas.
Además del agotamiento de la economía como factor para tomar decisiones está el de la inflación mostrada a nivel mundial muestra niveles que en 20 años no se habían mostrado, prueba de ello es el cambio de la FED de postura con respecto a los estímulos económicos para tratar de contener la inflación, aunque no es del todo malo dado que da un espacio de respiro a un efecto económico conocido como trampa de liquidez en donde se llega a deflación que es la disminución de los precios de manera progresiva, un efecto contrario a la inflación y que genera una espiral en el cual diferentes actores prefieren no gastar recurso esperando que pueda disminuir el precio de los activos a adquirir, disminuyendo la actividad económica, algo que la FED visualizo como potencial peligro y que prueba de ello es el cambio de objetivo de inflación del banco central al pasar de 2% como límite a 2% en promedio, aún cuando la inflación interanual pasó a un increíble nivel de 6.2% con datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Si uno cree que la crisis económica de 2008 ha sido completamente revertida sería algo bastante cuestionable ya que diferentes bloques económicos aún en día hanpresentado diferentes problemas económicos tanto por los pesados sistemas de ahorro para el retiro que generan déficits fiscales importantes, precios de vivienda elevadosaún después de la caída de precios de vivienda del 2008, tasas de interés tan bajas que tratan de incentivar la economía de países sin éxito y que peligran en convertirse en algo conocido como la trampa de liquidez donde por mayor cantidad de incentivos que se coloquen no reactivan a la economía y esta empieza a mostrar una deflación la disminución de los precios en el tiempo algo que Japón ha sufrido, por ello es importante las medidas que se vayan a tomar para afrontar la inflación y que estas sean adecuadas para evitar un colapso de los precios de los activos que pudieran estar en niveles no vistos en casi 100 años.