Bienvenido a esta segunda sesión de la charla que no concluimos, la cual cerré con los siguiente los comentarios:
Jaime Lara Arzate (JLA): Jonathan, vemos que ha sido un camino afortunado y de mucho tesón, esto de abrir espacios que convocan con imaginación a una gran variedad de artistas en ciernes, con trayectorias diferentes y prácticas artísticas también, que sugieren caminos qué explorar y transitar en el ámbito del arte contemporáneo, fuera de los circuitos convencionales oficiales, que se interesan en la investigación, como un laboratorio que invita a experimentar procesos de reflexión y de creación que han de dar posteriormente resultados positivos.
Hay ya un trayecto, una presencia de este colectivo no solamente en el estado de Aguascalientes. En ese sentido, ¿en qué espacios incursionaron Ustedes en su momento?
Jonathan Fuentes Elías (JFE): Iniciamos como un colectivo que buscaba espacios de exposición y proyección local y nacional, había participado de manera individual en Entijuanarte 2012 y compartí con el colectivo la experiencia, por lo que el año siguiente aplicamos como propuesta en la zona de galerías del festival, obtuvimos la selección y se inició un recorrido que nos dejó dos visitas al festival y varias exposiciones colectivas en distintos espacios durante los años siguientes.
Después de una separación del colectivo por distintos intereses tuvimos una etapa de individualidad.
Pasa el tiempo y en un momento hablo con los aún miembros del grupo, para comentarles que tengo la intención de transformar el espacio y volverlo fijo, no itinerante; y saber si existe inconveniente, pues éramos un grupo, a lo que responden que adelante. Es así que se da el paso para la creación de la galería.
Es posible hablar de cuatro etapas posteriores al colectivo, la primera con colaboración con Viviana Gutiérrez y Mariano de Loera, la segunda con el Arq. Raúl Dávila y Cecilia Loy, la tercera con Alejandra Urrutia y Karen de Santos; y la actual, la más prolífera junto a Miguel Ramírez, Adrián Barba y el apoyo de una nueva generación de artistas que producen directamente en Rüido.
En el momento inicial pensé, si voy a poner un espacio, una galería, necesitamos un artista consolidado, un pez gordo como diría Felipe; sin dimensionar lo que yo estaba imaginando.
Fue cuando vino a mi mente contactar a Felipe Ehrenberg, basado en el contacto que llegamos a tener y lo grato que fue. Acordamos vernos en la Ciudad de México; fui a su casa, donde tuvimos un acercamiento muy ameno, de mucho aprendizaje desde el primer saludo.
De ahí se desencadena todo, él acepta pertenecer a Rüido. Cuando estuvo de visita a aquí en Aguascalientes, Felipe vino tanto a nutrir el espacio como a darnos la guía de por dónde ir, como también, el reflejarse en la obra personal, porque al estar conviviendo, él está produciendo, haciendo su trabajo todo el tiempo, compartiendo también pláticas que versaban sobre la historia del arte mexicano y sobre sus métodos de producción.
Todo eso va marcando un sentido, que podría remontarnos con muchos temas a la exposición que ahorita está por ahí en exhibición, que cabe mencionar que yo tampoco imaginé y dimensioné, cuando le solicité a Antonio Gritón, que si podría él elaborar un texto para esta muestra. No pensé que fuera a tomar ese sentido del referente a la escuela que ha dejado para bien Felipe en el arte mexicano; Antonio, encontró el hilo conductor que atraviesa histórica y conceptualmente mi exposición.
JLA: Entrando directamente a tu producción personal y de lo que muestras actualmente en la Galería de la Ciudad de la Casa de la Cultura, que vamos, nos has dado un contexto de lo independiente y de la figura de un artista que en cierta medida ha sido tu mentor, en ese sentido, en esta segunda fase de tu vida profesional, ¿qué de él retomas para tu producción?, ¿qué recontextualizas o refuncionalizas, que esté presente en tu propia propuesta personal?
JFE: Voy a iniciar con algo que se quedó por ahí en la otra charla, donde se habla de una segunda etapa de mi producción personal, y creo que sí, porque la obra toma sentido por medio de algunas direcciones muy específicas como soltar algunas cosas, ir hacia lo propio, dibujar mucho y partir de esos dibujos hacia lo que después será.
En el caso de esta exposición, me parecen muy importantes los procesos que tuvo para llegar a ser lo que ahora es, pues inicié hace bastante tiempo con eso de trabajar los temas sociales que nos involucran a todos, o que nosotros formamos parte de ellos.
Estas piezas se inician a partir del cierre por la pandemia y no me gusta mucho tomar como excusa eso para hablar de mi obra, sino como instantes de lo sucedido. En ese momento yo tengo un “parón” en lo que yo venía haciendo en el cotidiano de vida que luego te arrasa y no te deja ni pensar… entonces esos tres meses de regreso al estudio me parecen muy importantes porque me dan la oportunidad de estar en un constante proceso creativo.
A partir de ahí, yo empiezo a producir, a pensar que línea voy a querer abordar ahora y surgen entonces estas piezas que primero tenían una línea que hablaba mucho de los juegos de poder en la sociedad, qué tan importante son.
Todo este desarrollo que se hizo, vino a parar hasta que tuve la oportunidad de exhibir dos muestras muy pequeñas, “Actos irrelevantes del poder”, volumen I y II, que me sirvieron de esbozo más que de exposición, porque pude ver las piezas contra el espacio y ver si en realidad marcaba algo muy importante para mí; y que, retomando un poco lo de Felipe Ehrenberg, lo que me quedó más marcado de él, era que siempre hacía hincapié en cómo puedo yo acercarme a la sociedad, a las personas del entorno donde vivo y me desarrollo, a la obra que estoy produciendo y a los conceptos que estoy mostrando, plasmando.
Entonces, bueno, estos dos esbozos me sirven para afinar un poquito en cuestiones conceptuales e irme sobre una línea específica. Después de estar leyendo y haciendo anotaciones, sale este juego de palabras de “arqueología del silencio”, y viene a hablar sobre los espacios violentos marcados como silencios, la violencia como un murmullo, ¿cómo son estos silencios?, si se hiciera una búsqueda, en dónde se encontrarían, en qué objetos, en qué vestigios.
JLA: Dicen los arqueólogos que ellos no buscan objetos, sino la esencia de los objetos, qué información tienen estos.
En ese sentido yo veo en tu exposición, que se da el manejo de materiales que están cargados de significados y que han sido refuncionalizados dentro del discurso que propones, por ejemplo, está la presencia reiterada del uso del alambre de púas, hay también una lámpara antigua circundada por este material, probablemente de alguna fábrica, o que alumbro una calle, que es un objeto que tiene quizá más de sesenta o setenta años.
Igualmente hay un cráneo, no sé si humano o sea la reproducción en algún tipo de resina, pero de un realismo total. Estos elementos se encuentran juntos justo a un rosario y por otro lado está un reloj plano de pared que marca un tiempo. Todo en un discurso que se enmarca allí con unas pequeñas pinturas. Por otro lado, también encontramos elementos como es la presencia de los troncos de árbol, uno a la entrada de la sala y otro que está al final, y otros elementos abióticos como la arena.
También, hay otro elemento importante en la muestra, creo, que es la presencia de casquillos de bala; hay una serie de objetos que sumándolos pueden darnos la lectura de un discurso del que tú tienes la palabra…
JFE: Sí, claro, retomando lo de los procesos, muy importante fue para mí, pensar cada objeto que iba formar parte de la exposición. Si, estar ahí horas eligiendo, haciendo listas, viendo qué elemento puede contextualizarse, en qué sentido, surge quizá la línea justo de la conceptualización de las piezas, de cómo puedo resignificar un objeto del cotidiano, que tiene una función diferente para enlazarlo hacia esos momentos silenciosos que evocan un poco a la violencia.
Rememoran un poco, me refiero porque la muestra fue planteada visualmente como un espacio amable, de colores que evocan tranquilidad; cuando estuve elaborando las piezas traté de que no fueran las clásicas donde está la sangre, sugiriendo que lo que nos enlaza directamente a la violencia no está ahí, porque creo que eso lo tenemos en el día a día, como que no iría con el discurso que yo quería.
Estos objetos que se resignifican, muy pensados, son elementos cotidianos que pueden encontrarse en la casa directamente, hay un chupón con una espina; son la antítesis a la ternura.
El juego de ingredientes fue eso, buscar un elemento cotidiano que nos enlace al hogar, a un lugar habitable donde convivimos con otros seres humanos y hacer un movimiento muy sutil para enlazarlo como poder. Que la violencia está justo en el polvo de la esquina de la casa, ahí queda plasmada. Quizá sea la única forma de recoger esas historias, por eso hay polvo y algunas piezas intervenidas con este elemento.
Los casquillos han sido objetos que me han perseguido, han llegado a mí e invitan y a ver qué hacer con esto, me parece un elemento muy importante porque quizá un niño pequeño no podrá leer la hora en ese reloj tradicional, pero sí sabrá leer, e identificar la bala y ese casquillo que allí quedó incrustado.
JLA: ¿Qué nos puedes decir al público cuando vayamos a ver la obra?
JFE: Pues a mí me gustaría que, si una persona llega a ver la exposición, que se deje envolver en estas tonalidades blancas, los colores rosa y azules que dan la tranquilidad de entrar al lugar, pero que también empiece a desmenuzar cada una de las piezas tanto como las que tienen una línea conceptual de armado de objetos, así como los dibujos y las pinturas que también están ahí.
Aquellas son la cruz de mi parroquia igualmente. Tengo que estar presente con eso, que creo que tienen una solución muy similar y que cada objeto presente, cada rostro, cada gesto, cada elemento natural, tiene un por qué, y cada quien, puede encontrarle una historia personal a cada obra que está en la exhibición.
Sería agradable pensar que quien entre a la exhibición, pueda sentir y pensar un ambiente de tensión e incertidumbre alrededor de un pensamiento crítico generado por la muestra.
JLA: Jonathan, veo en tu propuesta al arte en una representación de lo convulso, de lo terrible, que no obstante a partir de este punto se pueden obtener lecturas distintas según sea la persona que asistan al lugar, y todas como sabes, serán lecturas válidas.
JFE: Te agradezco, Jaime por la invitación y por la charla.
JLA: Pues, bien, agradezco mucho a JF Elías estos minutos de conversación, que nunca son suficientes, acompañadas de sus reflexiones, y también el haber compartido sus experiencias en cuanto a la apertura y promoción de espacios independientes destinados al arte contemporáneo en Aguascalientes, así como dejarnos entrar a ese su universo creativo, por medio del cual realiza sus propuestas estéticas a través de medios convencionales y expandidos de creación en el campo de las artes visuales.
Vayan por favor a la muestra, será una experiencia gratificante, que aspira como debe serlo una exposición, a que el público que al relacionarse con ella, salga siendo otra persona.
Jonathan, de verdad, muchas gracias.
diciembre de 2021