- El rector presidió la ceremonia conmemorativa por el 240 aniversario de la Academia de San Carlos
- Gerardo García Luna Martínez, director de la FAD, hizo un reconocimiento a las mujeres y hombres que han perseverado en su anhelo de ser artistas o diseñadores
Nuestra casa de estudios es un semillero de ideas libertarias, de pensamientos críticos e independientes, de un compromiso social -a toda prueba- con nuestra nación, y con una inmensa capacidad creativa, afirmó el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.
Al presidir la ceremonia conmemorativa por el 240 aniversario de la Academia de San Carlos, aseveró que un fiel reflejo de lo anterior son sus facultades de Artes y Diseño (FAD) y de Arquitectura (FA), herederas inmediatas de la Academia de San Carlos.
“Resguardan orgullosamente este patrimonio nacional, abierto a todas las corrientes artísticas y de pensamiento -político, por supuesto-, preservando saberes, investigando y difundiendo las mejores expresiones artísticas”.
Luego de felicitar encarecidamente a toda la comunidad de la Facultad de Artes y Diseño por estos primeros 240 años, agregó: esta comunidad es el vínculo entre el arte y los altos valores que nos definen como seres humanos, como institución y como país.
Son ustedes motivo de satisfacción y orgullo de nuestra Universidad, expresó acompañado por el presidente en turno de la Junta de Gobierno, Vicente Quirarte Castañeda; del secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas; y la directora del Instituto de Investigaciones Estéticas, Angélica Rocío Velázquez Guadarrama.
Graue Wiechers recordó que por la Academia pasaron figuras como Francisco Díaz de León Medina, José María Velasco, Manuel Tolsá, Antonio Rivas Mercado, Saturnino Herrán, José Clemente Orozco y Diego Rivera, quienes crearon, en distintos momentos, la vanguardia de los movimientos que consolidaron nuestra identidad nacional.
Previamente, el director de la FAD, Gerardo García Luna Martínez, hizo un reconocimiento a la figura del estudiante de la Academia: a las mujeres y hombres que han sido perseverantes en el anhelo de ser artistas o diseñadores, que defendieron su vocación en el seno de la familia o resistieron la injusta devaluación de su quehacer, en comparación con otras profesiones, supuestamente más dignas y trascendentes en el progreso del nuevo orden mundial.
“Hoy queremos celebrar a los espíritus atormentados, a los infantes rebeldes, a los contestatarios, a aquellos que innovaron desde la maestría de la técnica o los que generan ruptura desde la sensibilidad y la crítica”.
Como parte de la conmemoración, añadió, también se realiza un reconocimiento al esfuerzo de maestras y maestros, por lo que la galería de la Academia lleva, desde hoy, el nombre de Manuel Felguérez.
Además, el 9 de noviembre se inaugurarán dos exposiciones: una sobre el diseño en la FAD y la otra será una retrospectiva de la obra del decano y maestro en dibujo, Jorge Chuey Salazar, titulada El maestro-estudiante.
Al hacer uso de la palabra, el director de la Facultad de Arquitectura, Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, rememoró que esa entidad tiene sus orígenes en la Academia de San Carlos y citó la obra de José Vasconcelos, El Desastre, en la cual comparaba la historia de las instituciones con la manera en que se levantaron algunas catedrales europeas sobre templos romanos y celtas, entre otros. “La catedral visible no hubiera sido posible sin las etapas previas”.
Asimismo, anunció que para celebrar el 240 aniversario de la Academia de San Carlos, su Facultad y la FAD imprimirán un libro con una selección de documentos fundacionales de la Academia, que datan de 1781 a 1784.
El profesor emérito de la FAD, José de Santiago Silva, externó que el arte en su carácter de producción simbólica “es por naturaleza factor de cambio, compromiso social y progreso”. Hizo un recuento de los maestros entrañables que tuvo en la Academia, entre los cuales citó a Benjamín Coria Peña, Elisa Vargaslugo Rangel, Alfonso Pallares del Portillo, Francisco Moreno Capdevila y Gabriel Fernández Ledesma, entre otros.
En esta esta entidad académica, agregó, tanto él como múltiples generaciones aprenden el afán de ser útil y de colaborar en la construcción de una sociedad mejor, más rica espiritualmente y más justa.
En representación de los alumnos de la FAD, Mariana Acevedo Erdman resaltó que los 240 años de la Academia conjuntan tradición y cambio, pues en ellos ha habido reaprendizajes de sus formas de hacer arte.
En esta época pospandémica, abundó, ha mostrado la relevancia que las imágenes tienen para la sociedad global pues todos recurrimos a los medios digitales para comunicarnos, y traducimos y sintetizamos nuestra personalidad y espíritu universitario en una imagen. “Es un proceso performático y artístico”.
La también consejera técnica de la FAD consideró necesario abrir más espacios para las mujeres en el arte, ya que si bien representan 70 por ciento de la matrícula en esa entidad académica, no tienen la misma presencia en museos y galerías.
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