- La presidenta de la de Comisión de Seguridad Pública en el Congreso dice que los militares tienen que salir de sus cuarteles
- Las policías locales no han sido eficientes y todavía no existe un mando coordinado
Sin siquiera considerar el riesgo que implica la militarización del país en materia de derechos humanos y bajo un contexto donde todavía no se logra un mando coordinado entre todas las corporaciones de seguridad, tanto nacional como pública, la diputada panista María de Jesús Díaz Marmolejo, presidenta de la Comisión de Seguridad Pública en la LXV Legislatura, opinó que en municipios como Cosío y Asientos, que colindan con Zacatecas, los militares deberían de vigilar las calles.
Con el panorama de violencia que se vive en la frontera con Zacatecas, donde cárteles del narcotráfico han sido autores de distintos asesinatos, la diputada fue cuestionada sobre si las Fuerzas Armadas deberían salir de sus cuarteles para dar frente al crimen organizado y ella contestó: “sí, creo que es necesario, sobre todo en esa parte que nos está afectando al estado”.
-¿En qué municipio considera que serían necesarios los militares en las calles?
-En Cosío y en Asientos, respondió.
Las declaraciones de la legisladora del blanquiazul se dan en un contexto de constante militarización del país donde no solamente al Ejército Mexicano se le han dado facultades para las que no tienen preparación, como la seguridad pública o la vigilancia de obras públicas, sino que se dan después de que en el 2006 la declarada “guerra contra el narcotráfico”, política calderonista, no dejara evidencia de que realmente los militares pueden ayudar a contener los crecientes grupos de la delincuencia organizada.
Las Fuerzas Armadas sí tienen la facultad de combatir a los grupos del crimen organizado por el riesgo que estos representan, no obstante, por otra parte también se han documentado abusos de poder por parte de agentes militares, lo cual también podría representar un problema de derechos humanos.
Además, actualmente todavía no se ha formalizado un convenio de trabajo entre la Guardia Nacional y Aguascalientes y, aunado a ello, en la entidad aún no se ha logrado consolidar la política de mando coordinado, con la cual se busca fortalecer a municipios como Cosío y Asientos, que tienen un cuerpo policíaco por debajo de sus necesidades.