Yo soy el Loco Ecoloco
soy el destructor siniestro,
amo el ruido y el smog,
agua y jabón yo detesto…
El Ecoloco – Odisea Burbujas
El cambio climático es una realidad atroz. En este año, sólo en nuestro país, vivimos distintas experiencias cruentas relacionadas con catástrofes atmosféricas y ambientales. En abril pasado, hubo una sequía sin precedentes que devino en que las presas de la mayor parte del país se desabastecieran de manera crítica, y –por ejemplo- el lago Cuitzeo, en Michoacán, terminó prácticamente desecado. Poco después, la temporada de lluvias mostró su lado más agresivo, al dejar inundaciones en el Estado de México, Jalisco y Chihuahua, también se desbordó el río Tula, en Hidalgo, con pérdidas no sólo materiales, sino incluso de vidas humanas.
Hay una causalidad clara que puede explicar el aumento en estos fenómenos. La acumulación de gases de efecto invernadero. En ese tema, México es uno de los 15 mayores emisores de este tipo de gases, con una “aportación” al total global del 1,47%. Por su parte, nuestra empresa energética, dependiente del Estado Mexicano, Pemex, está entre las diez empresas (públicas o privadas) más contaminantes del mundo. Esto impacta decididamente en los grados en los que aumenta el calentamiento, ya no global, sino del territorio nacional. Nuestro país tiene un calentamiento por encima de la media mundial. De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), de 1985 a 2021, México se ha calentado dos grados centígrados. Pareciera poco, pero la cifra es alarmante.
Dado que el problema es mundial, y no sólo nacional, diversos países del mundo llevan tiempo planteando estrategias para revertir o estacionar el calentamiento global. Entre estas estrategias se encuentran las de la COP26, que es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. En este 2021 celebró su edición 26. En ésta, los países integrantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), han estado discutiendo en la ciudad de Glasgow, Escocia, desde el 31 de octubre y hasta este sábado 13 de noviembre, las maneras de llegar a un objetivo concreto: limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados para 2100.
En esta conferencia internacional se han intentado establecer mecanismos para contribuir con el objetivo de limitar el cambio climático. Entre éstos, países como Dinamarca, Costa Rica, Francia, Irlanda, Suecia, Reino Unido, Canadá, Groenlandia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Portugal e Italia se han unido en una iniciativa llamada Alianza más allá del petróleo y el gas con el compromiso de acabar con la explotación de estos recursos fósiles, en una transición justa y bien gestionada.
Ante esta iniciativa, los países más vulnerados económicamente reclaman a los países ricos la creación de un fondo financiero para amortiguar el costo de la transición energética en lugares en los que la dependencia de energía fósil y la pobreza económica hacen complicado el escenario de transición. Por su parte, México llega a esta cumbre con el siguiente contexto.
Nuestro país mantiene políticas para relegar la energía renovable, promover el uso del carbón y el combustóleo, lo que ocasionaría que las emisiones de México fuesen superiores en 2030 respecto a las de 2010. También, México llegó a la cumbre con la cancelación del Fondo para el Cambio Climático, la construcción de una refinería y la rehabilitación de otras seis, y con las mismas metas de reducción de emisiones que teníamos en 2016, mientras destina un presupuesto público de menos del 1% al sector ambiental. Sin duda, en este tema, seguimos en el atraso.
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