Entrevista a León Plascencia Ñol, acerca de La música del fin del mundo Una exploración acerca del insomnio - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Con esta novela, señala el autor, también quiso explorar la posibilidad de un occidental que mira el cuerpo como si fuera un oriental

 

La música del fin del mundo es el más reciente libro del poeta, artista visual y editor mexicano León Plascencia Ñol (Ameca, Jalisco, 1968), publicado por la editorial Salto de página. Una novela fragmentaria, anfibia, que se sumerge en la personalidad ambigua, compleja del artista visual Fuzzarro, quien ha iniciado una residencia para preparar parte de su obra en Buenos Aires, acompañado de su amante, la diseñadora coreana Hye, quien por su parte está enamorada de otra mujer que vive en Seúl. Y es así como lo que se planteaba en una estancia relajada en Buenos Aires, se transforma en un imparable viaje hacia los miedos, las obsesiones de Fuzzaro, cuando ella debe volver de emergencia a Seúl. El insomnio, que lo acosaba de tiempo atrás, más su obsesión por el arte, por la luz, por el deseo, por el sexo, se convierten en una trampa de la cuál Fuzzaro parece encadenado, y poco a poco seremos testigos de cómo su personalidad se trastoca.

Fuzzaro es un artista visual del que desconocemos muchas cosas. Solo podemos observar y conocerlo un poco a partir del ahora. Aunque la memoria es un elemento central de La música del fin del mundo sea la memoria. O más bien, la reconstrucción de la memoria. Fuzzaro y Hye recorren Buenos Aires recorriendo museos y galerías con el libro de María Gainza, Nervio Óptico bajo el brazo, en un recorrido dialógico, en donde el narrador (el mismo Fuzzaro) nos va exponiendo sus ideas, impresiones y sus recuerdos sobre la obra de diferentes pintores y artistas. La Música del fin del mundo es así una novela que dialoga con el insomnio, con la luz, con el arte, y aborda el decaimiento personal.

León Plascencia Ñol dirige la editorial Filodecaballos, y es autor de libros como Enjambres (1998), El árbol la orilla (2003), Satori (2009), Seúl es una esquina blanca (2009), Revólver rojo (2011). En 2017 publicó en Malpaso el libro Tratado de la infidelidad, una colección de relatos escrita en colaboración con Julián Herbert. Entre los premios que ha recibido se encuentran el Nacional de Poesía Ramón López Velardo en el 2016, el Nacional de cuento Agustín Yáñez en 2008, el Nacional de Literatura Gilberto Owen en 2005. Conversamos con el autor sobre su novela La música del fin del mundo y esto nos comentó sobre el proceso de creación de esta novela: “Es una novela que no estaba pensada como tal, porque el primer borrador intentaba ser un cuaderno de viajes. Cuando viví en Seúl, Corea, escribí un libro que se llama Seúl es una esquina blanca, que es una mezcla de diario de viajes y diario personal. Y esa era mi idea. A fines de 2016 pasé una temporada en Buenos Aires, y pensé en escribir un libro parecido y empecé a hacer una serie de notas, que eran al mismo tiempo crónicas, ensayos. Iba apuntando las cosas que hacía a diario, para que fuera como un borrador del presunto libro. Al mismo tiempo que lo estaba escribiendo me encontré un libro que me gusta mucho y que me cambió la idea por completo, que se llama El Nervio Óptico, de María Gainza, que fue publicado por la editorial Mansalva. Es un libro que nos habla de cuadros de grandes artistas, pero de alguno de sus cuadros menores. Me pareció una buena idea visitar los cuadros acompañado por el libro. Un día salí del Museo Nacional, acababa de llover, cruce porque casi al frente está la Biblioteca Nacional, que fue en donde trabajó Borges, y pude observar a una pareja debajo de un árbol: Él estaba sentado, ella estaba parada y el chico estaba desconsolado, la chica intentaba consolarlo, ayudarlo. No me quise quedar mucho tiempo, pero pensé que ahí había una historia. Ahí había una historia. Cuando regresé a México me di cuenta de que había algo que no me terminaba de convencer y surgió la idea de contar la historia de ese hombre que estaba ahí y cuento todos estos elementos que ya tengo, lo que me pasó a mí, pero completamente transformado.

Javier Moro Hernández (JMH): La Música del fin del mundo es un libro que bucea en diferentes géneros literarios, un libro anfibio.

León Plascencia Ñol (LPÑ): De pronto parece crónica, de pronto es una novela como tal, pero también tiene algunas secciones de ensayos, reflexiones, es un poco de todo.

JMH: Pero podríamos considerar que el elemento central es el diario. De hecho, nos encontramos con una nota de Ricardo Piglia, que dice que el diario es un género cómico, en donde el personaje se convierte automáticamente en un clown. Te transformas en el personaje al que observas todo el tiempo.

LPÑ: Me di cuenta de qué si yo lo contaba en primera persona, en forma de este diario, podría intentar entender a este personaje y saber qué estaba pasando con él, porque finalmente la novela es una historia de amor, pero también de desamor, es de un absoluto quiebre en el personaje, que es un personaje roto, que no sabe cómo recomponerse.


JMH: La novela nos da cuenta de la ruptura de la relación entre los dos personajes principales, pero también nos da cuenta de una ruptura personal, la ruptura de Fuzzaro. Se aferra a esta mujer, pero da la impresión de que está muy roto.

LPÑ: Es un personaje que anda por el mundo como una especie de vagabundo, de hecho, es un homenaje que le quise a hacer al Maqroll el Gaviero, el personaje de Álvaro Mutis, que es un personaje que fue muy importante en mi adolescencia, en mi juventud, y cuando surgió este personaje de Fuzzaro, que es un personaje que me viene siguiendo hace mucho, de inmediato pensé que debía ser un homenaje a un escritor y a un personaje que a mí me obsesionaba desde hace mucho tiempo. Fuzzaro de hecho surgió cuando yo vivía en Seúl, en el 2007, y quise hacer una novela que no funcionó, y terminó en una serie de cuentos que realicé en colaboración con Julián Herbert, que se llama Tratado de la infidelidad.

JMH: Sin duda uno de los temas centrales de la novela es el del amor (y el desamor), pero Fuzzaro, Hye y Emile, mantienen una relación atípica, distinta, una pareja de tres. Un amor distinto para los cánones occidentales.

LPÑ: Traté de plantear un amor distinto, que fuera no convencional, para que me funcionará con la historia del personaje. Porque al estar completamente roto, y al quedarse completamente solo en Buenos Aires, y al tener esta relación con Hey, decide explorar otras cosas, porque Fuzzaro es una especie de filosofó un poco extraño, que cree que el sexo es la purificación total, intenta a través del sexo con otras personas como purificarse y salvarse a sí mismo.

JMH: Es una novela en donde el sexo ocupa un espacio central, importante, hay muchas reflexiones sore el cuerpo, hay reflexiones en donde se habla de la pintura y se menciona que el cuerpo es una extensión del mismo movimiento corporal

LPÑ: Era tratar de poner en boca de Fuzzaro y de la historia que estaba contando, mis lecturas de joven y de adolescente, a algunos autores como Bataille, por ejemplo, o ciertos planteamientos filosóficos, como el tema de la sociedad secreta de los Jesuitas, que se reunían en los templos con algunos laicos, y se desnudaban y tenían orgías para que a través del sexo continuado y extenuado podían llegar a purificar sus espíritus, hasta que los descubrieron y los llevaron a la hoguera.

JMH: Fuzzaro parece estar más que enamorado obsesionado por Hye, obsesionado por su cuerpo, la observa mucho, la estudia, de alguna manera es como una obsesión visual y un objeto de estudio para él.

LPÑ: Eso tiene que ver con un interés particular que tengo, porque cuando viví en Corea me fascinó descubrir la obsesión que tienen los coreanos por su cuerpo. Veía anuncios de maquillaje para hombres en la calle, algo que me sorprendió muchísimo, porque veías a dos hombres desnudos del torso, anunciado maquillaje, algo que no tenía nada que ver con implicaciones sexuales al estilo occidental. Y ese tipo de cosas siempre me llamaron la atención y con la novela también quise explorar la posibilidad de un occidental que mira el cuerpo como si fuera un oriental.

JMH: Hay una parte que menciona Fuzzaro, que dice “Buenos Aires me expulsó”. En el tema de lo anfibio de la novela, Buenos Aires resulta un escenario muy ad hoc para esta novela.

LPÑ: De alguna manera la novela intenta ser una exploración de los sentimientos del personaje y de cómo una ciudad, que él ama profundamente como a Hye, terminó por expulsarlo, es una metáfora de lo que le pasa con Hye.

JMH: El tema del insomnio es otro de los elementos centrales de la novela. El mismo Fuzzaro lo dice, con “el insomnio llegó la depresión”.

LPÑ: Yo padezco insomnio desde ha un buen rato, y entonces es un tema que me ha preocupado muchísimo, es un tema sobre lo que me la pasó investigando, sobre qué es el insomnio, cómo funciona, y como Fuzzaro he estado medicado, durante mucho tiempo. También para mí fue una especie de purificación la escritura de la novela, y como una exploración también para entender de dónde viene el insomnio, y cómo funcionan nuestros cuerpos.

JMH: Los días blancos, como se menciona en la contraportada, es decir, pasar las noches en vela, en blanco, me parece que es una imagen muy certera, pero justo nos habla del tema de la luz, que es uno de los temas también centrales para Fuzzaro, en su quehacer artístico. Pero pasar las noches en blanco también trastocan su visión.

LPÑ: La idea de la novela funciona también en su arquitectura o en su estructura narrativa, como una especie de desaparición, porque él está desapareciendo emocionalmente, y también la escritura va desapareciendo a lo largo de la novela. Conforme él se va derrumbando y se va rompiendo cada vez más, también la escritura se va rompiendo y lo vemos en la última parte, en el último mes que es el mes de la locura, en donde él entra en uno de estos círculos del infierno planteados por Dante, ahí en la misma estructura de la novela, la prosa empieza como a borrarse, entonces pudiera parecer que está escrito en verso, cuando en realidad es una prosa rota también, como la idea de que el personaje se está rompiendo.

JMH: Fuzzaro empieza a tener alucinaciones visuales y auditivas en esa parte de la novela.

LPÑ: Quise mostrar los procesos por los que pasa un ser humano que tiene problemas con el insomnio, y cómo el insomnio y el uso de los medicamentos pueden generar quiebres que pueden pasar factura a la salud emocional y mental. De alguna manera ese elemento sería de lo que yo estaba enfrentándome al proceso del insomnio, cuando regresé a vivir a la Ciudad de México, cuando me puse a escribir la novela de manera febril. De alguna manera también se lo transmití al personaje, es como si los dos hubiéramos tenido esta experiencia de manera paralela.

JMH: No es tu primer libro de narrativa publicado, pero quería preguntarte cómo fue el proceso emocional de trasladar estas ideas, estas obsesiones, estos pensamientos, a la narrativa.

LPÑ: Nunca he pensado en que estoy cambiando de género literario simplemente cuando escribo la misma escritura encuentra distintos cauces, pero todo proviene de una misma respiración. Entonces no me cuesta trabajo cambiar, si es que pienso en cambiar, porque más bien, pienso que hago lo mismo solamente que con discursos distintos.

JMH: Quería preguntarte por la forma en la que Fuzzaro ve el arte, la pintura, porque justo nos va mencionando la obra de varios artistas y cómo dialoga con el arte,

LPÑ: Al final, Fuzzaro es un artista visual, aunque no sabemos muy bien de dónde es, porque no sabemos si es mexicano, colombiano, argentino, pero es un personaje que ante todo sabe mirar, y a partir de la mirada es que traslada todo a su vida, a su vida amorosa, a su vida sexual, a su vida artística, todo tiene que ver con la mirada.

JMH: La estructura de la novela es compleja, muy rica, muy variada, porque juegas con las notas al pie de página con las referencias a otros escritores, a otros artistas. Lo cual nos abre muchas puertas y muchas preguntas.

LPÑ: Quité muchas citas, muchas referencias, notas a pie de página, le quité bastante, pero mi intención era que el libro pudiera dialogar o que el lector que estuviera leyendo este libro pudiera dialogar con otras cosas, con los otros intereses de Fuzzaro que no se ven ahí, incluso mientras escribía la novela realicé una playlist de la música que el personaje está escuchando, la música que se menciona, porque me imaginé que la misma novela puede leerse como una película, y que cada capítulo era un día en la vida de Fuzzaro y por lo tanto podía tener la música adecuada.


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