La FMCH (Federación Mexicana de Charrería) en semanas anteriores remitió a los cuatro puntos cardinales el emplazamiento oficial dedicado a aquellas entidades que pretendieran vertebrar el LXXVIII Congreso y Campeonato Nacional Charro 2022.
No se interpuso demora en la primera respuesta; ésta la dio en alta voz el estado de Zacatecas.
Luego de que se desenvolvió la Asamblea Nacional de la Federación Mexicana de Charrería el miércoles 17 del corriente dentro del círculo de actividades en el recién concluido Congreso Aguascalientes 2021, el gobernador de aquel estado, David Monreal, agradeció a la charrería organizada que se haya elegido nuevamente a la entidad que rige para ser sede del Congreso del año entrante. Entre otras palabras, Monreal dijo a cerca de la charrería: “la charrería es patrimonio de Zacatecas, de México y de la humanidad; es orgullo, ícono y símbolo de hermandad, porque con ella se unen las personas que viven en distintos países, principalmente en Estados Unidos, pero también es admirada en todo el mundo”.
Con la severa pretensión de superar lo realizado en Aguascalientes, el Presidente del Consejo Directivo de la Federación Mexicana de Charrería, José Antonio Salcedo López, destacó que: “En 2022, en Zacatecas se proyecta realizar el Congreso y Campeonato Nacional Charro durante tres semanas, con la participación de 228 equipos, 160 escaramuzas, 16 charros completos, además de tener campeones de México y Estados Unidos”.
De esta suerte el Lienzo Charro Monumental “Antonio Aguilar Barraza” de aquella señora con piel de cantera rosa y vientre de oro y plata, será nuevamente sede del evento más importante de la charrería organizada.
Sobre las páginas del LXXVII Congreso y Campeonato Nacional Charro Dr. Juan José de Alba Martín, Aguascalientes 2021 se escribieron detalles charros a granel.
Vale la tinta y el papel del presente rotativo y la cuartilla al frente, referir un paso de la muerte que resultó histórico. El sábado 20, jornada de semifinales, contendían charramente en el último enfrentamiento Rancho El Quevedeño, Nayarit, Hacienda Guadalupe, Nuevo León y Triángulo de los Arenas, Jalisco.
Triángulo, sólidamente rezagado, el pasaporte a la final se dirimía y gravitaba entre Hacienda Guadalupe y, con mayor relación, entre Montaña Negra, Nayarit que por la mañana había marcado 302 bonos y Rancho El Quevedeño.
Al momento de concluir las manganas, era claro que la situación se tornaría a los pasos de la muerte. Los nayaritas, primeros en el orden de la alternancia en la competencia, conscientes de ello remitieron sin arreadores a su jinete, José Asunción Sáinz; éste, con denuedo extraño, decidido y más que dispuesto, penetró en el anillo montado en pelo, por supuesto.
Yeguas poderosas, grandes, fuertes y manifestando su natural brutalidad había en los corrales y cajones. Pero se necesitaban más de 30 puntos para aspirar a la final. Y llegó a escena la diligencia; José Asunción hizo abrir la puerta del cajón, dio luz a su oponente, se emparejó a ella y a medio ruedo, en paralelo a la barrera, brincó al fuerte dorso de la greñuda la cual, al sentir el cuerpo raro del centauro, reaccionó con reparos, carrera, coses y sacudidas que, sin embargo, no lograron derribar al de sombrero ancho. Épico, dantesco, de epopeya resultó el acto.
La abundante afición que cubría gran parte de los escaños del moderno inmueble se levantó de sus butacas, gritó, se emocionó, aplaudió y bañó la arena con semejante hecho con mil prendas en pleitesía a tan impactante y espectacular paso de la muerte. Con 35 puntos fue calificado Asunción, pero su charrismo tuvo otro valor.
Tómese en cuenta que, por otra parte, la máxima marca de la suerte acotada dentro de Congresos Nacionales, la ostenta Ismael Reyes Villegas de Hacienda El Rosario, Durango, con 37. Obsérvese, igualmente, que es la primera vez que en Congreso se aplicó la nueva forma de calificar con adicionales si el pasador de la muerte sale con un arreador, dos o ninguno…