Conocer la propia cultura es necesario, acoger y valorar las creaciones materiales e inmateriales, es indispensable para la vida espiritual y material de los pueblos.
Eso lleva a hurgar y saber cómo a lo largo de la historia, los grupos humanos, han producido, conservado y enriquecido su propia cultura que se encuentra indisolublemente ligada a su medio natural y al mundo construido.
En su propio entorno rural, en Bosque de Cobos, un grupo de niñas y niños de la comunidad Los Pargas, perteneciente al Municipio de Aguascalientes, han participado de una gama de talleres de creación artística, que tienen por esencia la conexión con su medio y con su cultura, en el propio lugar que los ha visto nacer, donde viven, estudian, juegan y se desarrollan.
En este tipo de talleres, como es el caso del llamado, La Instalación Sonora “Basura”, se da en el marco de las Caravanas Culturales 4 x 4, Cultura a todo terreno, que promueve el Instituto Cultural de Aguascalientes, con apoyo del gobierno federal, en el que asoma un interés por que las niñas y los niños a través del juego, desarrollen sus capacidades creativas, para que por sí mismos sean capaces de comprender en sus propios términos, que la cultura es un proceso de producción colectiva que se manifiesta a través del color, la luz, los sonidos, la palabra, la materia, la tierra y la fantasía, y que es posible desde su propio ser, proyectarse sobre su comunidad.
En este contexto de inclusión, de acceso a los servicios educativos y culturales, estos infantes, son partícipes y creadores en el marco del quehacer cultural propio. Sus creaciones, por ejemplo, informan cómo han aprendido a observar, a escuchar e interpretar los sonidos producidos por el paso del viento entre el follaje de los árboles y del zacate, el canto de las aves y los grillos, el ladrido de los perros y de la biodiversidad y la vida silvestre que los acompaña de noche y de día. Ruidos y sonidos que los llevan a interpretar los mensajes que guardan para ellos sus paisajes culturales, de los cuales son receptores activos. Más que espectadores, son cocreadores de la riqueza biocultural, a los cuales también se unen igualmente, las propias resonancias corporales, a los ecos y murmullos estomacales, a los ronquidos o rechinar de dientes.
En este punto, llega a la comunidad Paco, un artista diferente a compartir y vivenciar con ellas y ellos, un taller que nunca es el mismo, pues cada lugar tiene sus propias particularidades. Él es integrante de un grupo musical sui generis, que invita a redescubrir a las niños y niñas de forma amena y placentera, las posibilidades que materiales, objetos encontrados, en desuso o de desecho, nos brindan y que pueden ser utilizados para promover aprendizajes significativos con base en la música y el juego.
Aprender y a disfrutar jugando, lo que en el fondo desarrollará un sentido crítico y sensible, pues el taller busca que los infantes descubran, creen e investiguen, guiados por la curiosidad y la experimentación, además por el placer de encontrarse con lo impredecible e impensable, como expresión vital de los menores.
Sobre el grupo musical al que pertenece Paco, la Secretaría de Cultura informa que: “La Orquesta Basura es un proyecto musical independiente mexicano que interpreta su música a partir de instrumentos informales construidos con material reciclado y artefactos de uso cotidiano” y que, “ La agrupación nació de la creatividad de cuatro jóvenes músicos interesados en experimentar con ritmos de diversas culturas acompañados de 30 instrumentos informales, construidos, afinados y ejecutados por los integrantes. La Orquesta Basura interpreta música de calidad con un gran sentido del humor”.
Con ese capital artístico, es posible vincular las acciones culturales a la comunidad, ya que genuinamente proviene de la cotidianeidad, por lo que sale de los foros convencionales para encontrarse con la cultura viva, que les da fundamento.
La realización de este tipo de talleres representa una oportunidad de abrir otras puertas que cuentan con el apoyo de las autoridades comunitarias, de los padres de familia y de grupos de la sociedad civil como Movimiento Ambiental, que las impulsan y alientan, que comparten propósitos educativos que se vinculan a la vida en sus propias localidades, que claramente fortalecen aspectos identitarios de estos niños y que contribuye a su formación que fortalece sus raíces culturales.
Inspira multiplicar más acciones culturales con esta esencia, desde ese micro mundo, con y para la infancia, que se orientan a mejorar la calidad de vida humana, que sienten las bases que impulsen la solidaridad, que inviten a vivir en comunidad para hacer frente a las problemáticas socioambientales, a la inclusión y apreciar la pluralidad cultural, a perseguir la justicia social, y a hacer frente a la penetración cultural, ante la pérdida de los auténticos valores, para construir hoy, un mundo cuyo horizonte sea el Buen Vivir y la Comunalidad, participando del rescate, la construcción y florecimiento de las culturas populares, comunitarias y las propias, en un marco de respeto, colaboración y trabajo grupal, ante la enajenante globalización.
[email protected] | noviembre de 2021
