Existe una concepción muy difundida, que podría catalogarse como prejuicio, acerca de los efectos que tienen los videojuegos en la sociedad, principalmente en personas jóvenes. De acuerdo con este pensamiento, estos son causantes de comportamientos violentos, especialmente aquellos cuya temática es la guerra, disparos o peleas.
Esta versión ha sido ampliamente difundida sobretodo por líderes políticos. En varias ocasiones se ha culpado a los medios digitales de ser detonantes de conductas violentas después de tiroteos en escuelas en los Estados Unidos. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, respalda esta versión, mencionando abiertamente en una de sus conferencias de prensa que los videojuegos dañan a las y los jóvenes.
A pesar de la popularidad de este pensamiento, no existe evidencia que lo respalde. De hecho, se han llevado a cabo varias investigaciones en las que no solo se desmiente que las plataformas de entretenimiento digital sean causantes de comportamientos agresivos, sino que incluso se han encontrado beneficios neurológicos.
Un estudio conducido por investigadoras de la Universidad de Cardiff y la Universidad de Oxford publicado en la revista Royal Society Open Science sostiene que no hay una correlación entre jugar videojuegos con contenido violento y las conductas agresivas de la población joven. A través de un análisis en el cual se incluyeron varios factores, se descubrió que no hay una relación de causalidad entre los dos factores.
La misma publicación sostiene que a pesar de no encontrar evidencia que pruebe las hipótesis mencionadas, estas no puede descartarse definitivamente. Aún así, este no es el único estudio científico que trata el tema y que llega a conclusiones similares.
Por su parte, la American Psychological Association (APA) ha reafirmado que atribuir conductas violentas a los videojuegos no tiene una base científica sólida. Añaden que este problema social es muy complejo y hay una gran cantidad de factores que influyen para que ocurra. En su resolución sostienen que es necesario poner atención en otras situaciones que sí son detonantes de conductas agresivas, como el historial previo y la salud mental.
Incluso se han encontrado varios beneficios ocasionados por jugar videojuegos. De acuerdo a lo que mencionan varias expertas, estas actividades ayudan a mejorar la coordinación motriz, así como la capacidad para resolver problemas lógicamente.
Otra investigación publicada también en la Royal Society Open Science establece que existe una correlación entre pasar tiempo jugando y experimentar bienestar mental. Este estudio afirma que los videojuegos tienen beneficios potenciales, ya que son una actividad de entretenimiento que ayuda a alcanzar un nivel de bienestar neurológico.
Jugar videojuegos también ayuda a crear neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo de las personas. No obstante, así como con otras actividades, existen peligros en caso que una persona pase demasiado tiempo frente a una pantalla utilizando plataformas digitales. De acuerdo con la evidencia científica, jugar demasiado puede crear una adicción que termine por afectar otras capacidades sociales y crear problemas de salud.
La evidencia científica sostiene que atribuir conductas violentas a los videojuegos es incorrecto, además que puede desviar la atención de otras problemáticas de importancia. Incluso se ha hallado que estos causan beneficios en las y los jóvenes, pues ayudan a desarrollar habilidades y superar obstáculos.
Para solucionar efectivamente el enorme problema que es la violencia en una sociedad es necesario tener en cuenta todos los factores relacionados, así como apoyarse en argumentos sólidos.