Ayer se cumplieron los 30 años de la inauguración del Teatro de Aguascalientes, abierto al público el 16 agosto anterior.
Esta joya de la infraestructura artística y urbana de Aguascalientes fue inaugurada por el presidente Carlos Salinas de Gortari. Gracias a esto -no a Salinas, sino al teatro- fue posible que Aguascalientes volviera a contar con una orquesta sinfónica.
La imagen muestra a la pianista Guadalupe Parrondo en plena interpretación del majestuoso quinto concierto para piano y orquesta de Ludwig Van Beethoven, el Emperador, y data de hace 10 años, el 1 de julio de 2011. Viene al caso ahora porque fue ella quien fungió como solista en aquel concierto inaugural del 3 de octubre de 1991, en que se interpretó el exuberante, sensual concierto de Edvard Grieg, acompañada por la Orquesta de Cámara del Instituto Cultural de Aguascalientes.
En el programa de mano, que muy amablemente me obsequió la maestra Esperanza Pérez, esposa del maestro Filiberto Ramos, quien era el director titular de la agrupación musical, y que desde luego dirigió esa noche, se dice que la pianista es una intérprete “de recia personalidad, apasionado temperamento, talento inagotable, que con asombrosa facilidad acumula obra tras obra, la Parrondo es un estupendo ejemplo de virtuosismo pianístico en su máxima expresión, técnica y musicalmente.” Apenas para el concierto de Grieg…
Las otras obras que escuchamos los asistentes a la velada inaugural fueron la obertura de La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart y Bolero, de Maurice Ravel. Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected].