La apasionante vida de Matilde Montoya, la primera doctora mexicana graduada en la Universidad Nacional - LJA Aguascalientes
16/11/2024

  • Entrevista a Carlos Pascual, sobre Matilde
  • La historia cruenta de la política es la que prevalece, y esta historia luminosa de la ciencia, de la investigación, no la conocemos

 

Matilde Montoya fue la primera doctora mexicana graduada en la Universidad Nacional en 1887. Todo un hito latinoamericano y europeo. María Montessori, la primera mujer graduada de Medicina en Italia lo hizo en 1894, siete años después de Matilde, quien es la protagonista de la novela del mismo nombre del escritor, dramaturgo y guionista mexicano Carlos Pascual, quien nos regala un recorrido histórico de la apasionante vida de Matilde (y de su brillante madre. Sofía Lafragua). Una novela divertida, ágil, que nos permite entender parte de las transformaciones científicas, médicas y tecnológicas, que se estaba fraguando en el mundo a finales del siglo XIX. Un momento de cambios intensos en esa materia.

Matilde Montoya nació el 14 de marzo de 1857 en la Ciudad de México. A la edad de 14 años se examinó exitosamente como partera en Cuernavaca, a donde llegó a radicar después de haber cursado la materia durante un año en la Nacional de Medicina. en la época era inadmisible que la mujer cursara alguna carrera liberal, como derecho o medicina. La Ley de Instrucción Pública de 1867 o la Constitución no lo prohibían, pero se pensaba que la mujer debía estar al cuidado de la casa y la familia. Ante este hecho es que se rebela Matilde Montoya, quien logra terminar la carrera de Medicina, graduándose en 1887 convirtiéndose en la primera mujer médica en nuestro país. Un hito que para el dramaturgo y escritor mexicano Carlos Pascual, retomó en su más reciente novela, titulada así, Matilde y que fue publicada por la editorial Grijalbo.

Carlos Pascual (Ciudad de México, 1964) es guionista, director de teatro y autor de novelas como La Insurgenta (2010), novela histórica que retrata la vida de Leona Vicario, heroína central de la Guerra de Independencia en México. Novela que se hizo acreedora del Premio Grijalbo de novela. Con la novela Matilde, Carlos Pascual reconstruye la intensa vida de la primera doctora mexicana, y además, la intensa vida política y cultural del México de mediados y finales del siglo XIX, una época convulsa, pero en la que se empezaron a cimentar varias de las instituciones que han moldeado la vida académica del país, como la misma Universidad Nacional (ahora Autónoma) de México.

Conversamos con Carlos Pascual, quien nos comentó que la novela surgió porque: “En mi familia hay muchos médicos, y uno de ellos, mi tío Carlos Pascual Góngora, me hizo llegar un pequeño documento por correo, preguntándome si conocía la figura de Matilde Montoya. Ese fue el primer acercamiento, y me di cuenta de que ahí existía un gran personaje, y me dediqué a la tarea de investigación, que duró varios años. Mis procesos son un poco lentos, porque mentalmente iba arreglando la historia, mientras que me iba agenciando al material que iba estudiando, máxime que es un material que tiene que ver con la medicina, con la ciencia del siglo XIX, que desconocía.”

Javier Moro Hernández (JMH): Me parece que una de las líneas narrativas de la novela es justo la reconstrucción del mundo científico-médico del siglo XIX, que fue un tema especialmente brillante en estas áreas.

Carlos Pascual (CP): Fue un siglo extraordinariamente brillante, pero además también me hice la pregunta de cómo es posible que yo, que soy un mexicano contemporáneo, de cincuenta y siete años, no sepa nada de Matilde Montoya. Es vergonzoso, es una gran laguna que tenemos en nuestro programa de educación en México, en donde nos enseñan la historia solamente a partir los presidentes, de los libertadores, de los fusilados, de los emperadores, de la batalla tal, y no es posible que no sepamos de la ciencia en México, no es posible que no sepamos quién fue el Dr. Río de la Loza, quien fue el Dr. Vértiz, que la gente solo ubica por nombres de calles. No es posible que no sepamos quién fue Matilde Montoya. Eso me indigna mucho, porque la historia cruenta de la política es la que prevalece, y esta historia luminosa de la ciencia, de la investigación, y de un nivel altísimo, con una competitivas internacional muy importante, y no se habla de eso, no lo conocemos, yo me tarde cincuenta años en saber quién era Matilde.

JMH: Es la primera mujer médica, no solo de América Latina, sino también en buena parte del continente europeo tampoco había mujeres médicas cuando Matilde Montoya se graduó de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de México.

CP: Siempre pongo el ejemplo de la Dra. María Montessori, que, por supuesto es mundialmente reconocida, está en los billetes de Italia, y fue la primera médica italiana: ella se graduó nueve años después de Matilde: Eso te da una idea del adelanto que vivíamos en materia médica pero también de la terrible lucha que debió haber enfrentado Matilde para lograr sus objetivos.


JMH: Ese tesón, esa decisión de Matilde de ser Doctora, de convertirse en Doctora es una experiencia que aún nos permite aprender muchas cosas.

CP: Matilde Montoya fue de un carácter impresionante, de armas tomar, al igual que su madre, que es el otro personaje esencial de esta historia, Soledad Lafragua, que si no la controlo se hubiera robado, porque es un personaje del cual me enamoré mucho. Pero no solo hay en Matilde Montoya una gran voluntad, un gran tesón para alcanzar sus metas, hay también una inteligencia impresionante, es una mujer muy inteligente, brillante. Me gusta compararla en sus tiempos, en sus campos de conocimiento, con Sor Juana Inés de la Cruz, porque desde niña dominaba las raíces grecolatinas y hablaba francés, y a los 11 años ya había terminado los estudios y ya las materias preparatorias, a los 13 años ya quería ser maestra, a los 15 años se titula como obstetra calificada. Una mujer que la vida le corría por las venas y el intelecto la jalaba siempre hacia adelante, y como se platica en la novela, tuvo que falsificar documentos para entrar a las escuelas, porque no la dejaban por chiquita. Entonces cuando ella se titula a los treinta años, en 1887, que para esa época ya era una mujer madura, pero ella ya tenía en ese momento 17 años de práctica médica, como enfermera, como obstetra independiente. Es impresionante, sin duda.

JMH: Diecisiete años de estudios y de práctica médica personal, como mencionas, como enfermera en la Ciudad de México, como obstetra con su propio consultorio, tanto en Cuernavaca como en Puebla. Cuando ella se titula debía estar más preparada que muchos médicos contemporáneos.

CP: Como Sor Juana sabía más que sus propios maestros, no digamos de sus compañeros. Ella tenía muchas respuestas, pero sobre todo tenía unas preguntas impresionantes que dejaban helados a los maestros. Es una historia muy apasionante el devenir de Matilde Montoya, que me permite pensar que la historia está ahí esperando que alguien la cuente. Eso me permite decir que no he ficcionado gran cosa de la vida de Matilde, porque todo está ahí, todo es apasionante, todo es apabullante, angustioso, trágico. Tiene de todo, lo único que yo creo que le faltó a la vida de Matilde es la historia de amor, y pues por eso yo la use de manera platónica. Pero es un personaje maravilloso, y entonces cree el amor platónico entre el Dr. Francisco Montes de Oca y Matilde, porque además era un homenaje que me permito hacer al siglo XIX y a la poesía mexicana de aquella época ensalzaban el amor platónico, porque era fundamental en la sociedad.

JMH: Otro de los temas que quería abordar era el de los epígrafes de los capítulos, que son tomados de algunas de las mejores poesías mexicanas del siglo XIX.

CP: Soy un gran admirador de la poesía mexicana de esa época, porque la conocí a través de la extraordinaria antología que hizo José Emilio Pacheco, y por supuesto, como no puedo escribir una novela a la usanza del siglo XIX, pero sí me quise apoyar en estos fragmentos de Manuel José Othón, para mi gusto el mejor poeta de esa época, y por supuesto de Manuel Acuña, pero no en el famoso Nocturno a Rosario, que es el más conocido, pero si en el poema de Ante un cadáver, que es un poema fundamental en la literatura, con un simbolismo profundísimo, “calderoniano” básicamente en su existencialismo, y entonces lo fui dividiendo por terceras y me sirven de epígrafes a ciertos capítulos. Esta selección la hice de manera posterior a escribir el capítulo, debo decir. Pero también eso me permite refrendar que las historias están ahí, y de repente cuando tienes una conciencia plena de lo que quieres, van apareciendo. No creas que me tardé mucho tiempo, la verdad es que ahí estaban, los encontré súper rápido. Es un rompecabezas todo, la investigación historiográfica, la investigación sobre la ciencia, sobre la misma Matilde y sus contemporáneos, sobre la época, sobre la poesía, y de repente todo me parece ahí, que es algo impresionante, aunque claro esto representa siete años de trabajo y dedicación.

JMH: La reconstrucción histórica que realizas del México de finales del siglo XIX me parece muy importante. Era un país muy convulso, que salía de varios años de guerras civiles y de intervenciones extranjeras, pero que al mismo tiempo se estaba dotando de instituciones.

CP: La educación que conocemos hoy en México surge del periodo revolucionario, al parecer todo surgió con la Revolución Mexicana, en donde tiramos a Porfirio Díaz, pero los logros del siglo XIX los englobamos en solo dos cosas: La Independencia y el periodo de Benito Juárez. A partir de ahí es como si no hubiera pasado nada en el siglo XIX. Ese es un gran problema, que la historia mexicana está estructurada en bloques. Me voy a ir un poco de contexto, para poner un ejemplo y es sobre uno de los héroes de la Revolución, que fue Francisco I. Madero. ¿Qué sabemos de Madero? Sabemos que se levantó en armas, que escribió el Plan de San Luis, que hizo renunciar a Díaz, que ganó la Presidencia y que lo asesinaron. Pero no sabemos qué hizo en sus dos años de Presidencia, no sabemos absolutamente nada. Si me parecía muy importante tener un contexto general de lo que estaba pasando en la política nacional, porque lo que estaba pasando en el arco narrativo en la vida de Matilde, es impresionante. Ella nace en el último año de la presidencia de Ignacio Comonfort, es decir antes de las Guerras de Reforma, y muere en la presidencia de Lázaro Cárdenas. Le tocó vivir en los periodos de Juárez, el Imperio de Maximiliano, las Guerras de Reforma, Porfiriato, Revolución mexicana, Carranza, Calles y hasta Lázaro Cárdenas. Es impresionante, es todo un mundo convulso, tan lleno de movimiento. Fue del Imperio al gobierno socialista. En ese contexto, ella llegó como una revolucionaria, llegó a romper esquemas, a romper parámetros, diciendo que quería ser médica, y no quería ser madre, pero además participó en el Congreso Feminista, y crea la Academia de Médicas Mexicanas. Es una mujer con una estatura histórica que rompe moldes. Tendría que ser parte del panteón histórico de nuestro país.

JMH: Has mencionado que no consideras que está sea una novela feminista, pero si es una novela que marca las grandes desigualdades de este país. Desigualdades que persisten, por desgracia.

CP: El 80% de mi producción literaria ha tenido que ver con mujeres que rompen esquemas, ya sea en la medicina, como Matilde Montoya, o en la política como Leona Vicario. Es el tipo de mujer a la que a mí me gusta acercarme, pero sería muy fácil y cómodo decir que Matilde fue la primera feminista de México, pero eso no es algo que yo quiera hacer, pero tampoco es posible alejarse de esa visión, por la sociedad en la que estamos viviendo actualmente. Me consideró feminista en cuanto a la búsqueda de la igualdad de los derechos. En ese sentido Matilde, no se enfrentó al machismo, ella se enfrentó a un sistema patriarcal, que está sostenido por muchas personas en esta sociedad. Y una Revolución, que fue lo que hizo Matilde, saca lo mejor y lo peor de las personas, de una sociedad, y en ese parámetro, se encuentran tanto hombres como mujeres, así que fueron las mujeres más brillantes de su época, al igual que los hombres más brillantes de su época, quienes apoyaron a Matilde, y fueron los peores hombres y las peores mujeres quienes atacaron y obstaculizaron a Matilde. 


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