La semana pasada asumieron el cargo las y los nuevos alcaldes de los once municipios de Aguascalientes, quienes ahora deberán realizar una gestión eficaz, honesta e innovadora para atender las necesidades de la población en materia de servicios públicos, seguridad, movilidad, entre otras áreas. En ese sentido, además de integrar equipos capaces, implementar políticas públicas innovadoras e invertir mejor en las prioridades reales de los municipios, existen distintas habilidades que las y los alcaldes exitosos suelen aprovechar para realizar una buena gestión y que en Aguascalientes podrían ponerse en práctica para lograr mejores resultados. Veamos.
En primer lugar, esos alcaldes entienden la lógica multidimensional de los territorios que gobiernan, es decir, comprenden la relación y las implicaciones económicas, ambientales y sociales entre los sectores en los que un gobierno municipal puede incidir; y a partir de ello, promueven propuestas de manera más integral con la finalidad de movilizar un mayor respaldo y recursos adicionales para implementarlas. Por ejemplo, construir infraestructura peatonal y ciclista no sólo puede contribuir a mejorar la calidad del aire en una ciudad al reducir emisiones contaminantes, sino también a fomentar la actividad física entre la población, lo que puede generar beneficios en materia de salud; y, además, esa infraestructura puede ayudar a reducir gradualmente el tráfico vehicular, lo que puede incrementar la productividad laboral al reducir el tiempo perdido en un automóvil. En otras palabras, impulsar la movilidad peatonal y ciclista puede repercutir positivamente en el medio ambiente, pero también en la salud pública y la economía local. Entender esa integralidad puede ayudar a los alcaldes a sumar esfuerzos con otros niveles de gobierno y entre distintos sectores –en el ejemplo anterior, entre áreas relacionadas con la obra pública, la salud y el desarrollo económico– para la implementación de alguna acción; y puede ayudar a plantear alguna propuesta de manera tal que la población la perciba con mayor sentido de necesidad y urgencia, lo que a su vez puede facilitar su ejecución.
En segundo lugar, los alcaldes exitosos son capaces de crear sinergias entre distintos actores relevantes para la gestión municipal, tanto para integrar una agenda común que ayude a consensuar prioridades e intereses, como para sumar esfuerzos para incidir de mejor manera en la atención de alguna problemática. Por ejemplo, saben que una coordinación más directa y estrecha con el gobierno estatal puede beneficiar a su propia administración, especialmente si permite atender conjuntamente demandas de la ciudadanía como la incidencia delictiva, la repavimentación de calles, avenidas, entre otras. Igualmente, colaboran con la iniciativa privada en la prestación de algunos servicios públicos, como agua potable o la recolección de residuos sólidos, para garantizar mayores niveles de eficiencia; y cooperan con otros municipios, por ejemplo, de una zona metropolitana, para prestar servicios de forma conjunta.
En tercer lugar, los alcaldes exitosos tienen una visión de futuro, pero logran resultados tangibles en el corto plazo. Es decir, toman decisiones hoy considerando sus posibles implicaciones en el largo plazo en materia económica, ambiental, social, política, etcétera; pues entienden que muchas políticas requieren tiempo para demostrar resultados positivos y que los efectos negativos de una decisión pueden no surgir de manera inmediata sino con el paso del tiempo. Por ejemplo, la construcción de pasos a desnivel puede percibirse en el corto plazo como la solución al tráfico vehicular, pero la experiencia internacional demuestra que en el largo plazo esa infraestructura normalmente incentiva un mayor uso del automóvil hasta saturar nuevamente el espacio vial. Por lo tanto, es indispensable que los alcaldes tomen decisiones conscientes de sus implicaciones a futuro; no obstante, los alcaldes exitosos también logran resultados rápidos y tangibles que la población vea y valore en el corto plazo, pues ello ayuda a mantener el apoyo con el que normalmente cuentan posterior a una elección y a demostrar con hechos que tienen la capacidad para hacer un gobierno exitoso, lo que a la vez puede dar mayor legitimidad y credibilidad a su administración.
En conclusión, las y los nuevos alcaldes de los once municipios de Aguascalientes deberán evitar las ocurrencias y la improvisación y ser responsables y estratégicos en sus decisiones, pues en gran medida de ello dependerá el éxito o fracaso de su administración y el desarrollo de sus municipios.
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