- Los gobiernos deben trabajar para que puedan garantizar al ciudadano que una denuncia de corrupción puede trascender
- Sin embargo, no ha habido la respuesta o la confianza necesaria, reconoce el contralor
Aunque con el paso del tiempo la lucha contra la corrupción se ha hecho cada vez más tangible, la realidad es que sigue siendo uno de los cánceres que permea en la sociedad actual, impidiendo un mejor desarrollo.
De cara a las segundas Jornadas de Acciones Contra la Corrupción, que se están llevando a cabo desde el pasado 8 de octubre y que terminarán hasta el día 15 del mismo mes, el titular de la Contraloría del Estado, Arnoldo Hernández Gómez Palomino, opinó que uno de los retos que las instituciones tienen frente a este mal es trabajar para que los gobiernos puedan garantizar al ciudadano cómo una denuncia en verdad podría trascender.
“Corrupción, entendámoslo, son prácticas oscuras que rompen con las reglas de la participación”, destacó Gómez Palomino. También explicó que las corruptelas no solamente son negocios opacos transnacionales en los que se involucran muchos actores, sino que también pueden darse en la supuesta entrega de apoyos pequeños que son para la sociedad pero que por alguna razón no llegan.
“cuando no se respeta el orden de prelación, cuando quien cumple los requisitos para poder ser adjudicado no es adjudicado, ahí estaríamos hablando nosotros de casos de corrupción”.
El debate y el punto que desde la percepción del contralor en el estado debe atenderse para ir acabando con la corrupción es, entre otras cosas, trabajar en “cómo podemos garantizar al ciudadano, efectivamente, que pueda trascender una denuncia”.
Si bien los buzones en las instituciones como las contralorías o las fiscalías están abiertos, y aunque las denuncias pueden ser anónimas, todavía no se tiene una respuesta o confianza óptima por parte del ciudadano, lo cual podría derivarse de que el gobierno no ha logrado edificar una institución creíble ante la sociedad, con la cual se puedan intercomunicar para luchar contra hechos de corrupción.
Sobre esto y sobre el papel que deben tomar las contralorías, Gómez Palomino concluyó: “en la medida en que nosotros podamos empoderar a la gente desde los procesos, y creo que es el gran reto de las contralorías, acompañar al ciudadano desde los procesos y que ellos nos indiquen cuáles son las etapas más cruciales para poder acompañarlos o estar cuidándolo”.