La pandemia de COVID-19 ha causado numerosos problemas a nivel económico, pues las medidas de contención impuestas por las autoridades del mundo ordenaron la suspensión de actividades de muchas industrias. Una de ellas fue el cine, la cual, al ser considerada como una actividad no esencial, fue obligada a cerrar sus puertas durante varios meses.
En México, la mayoría de las salas de cine están en manos de dos empresas: Cinépolis y Cinemex. Durante los primeros meses de la emergencia sanitaria, estas empresas mantuvieron actividades a través de la venta de alimentos mediante aplicaciones, así como proyecciones en plataformas digitales, como Cinépolis Klic. No obstante, con el pasar de tiempo, tuvieron que tomar medidas más contundentes.
Las pérdidas de la industria
De acuerdo a datos del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) publicados en su Anuario Estadístico del Cine Mexicano 2020, en este año la industria del cine mexicano tuvo pérdidas por 27.7 millones de pesos y una reducción de asistencia del 84% respecto al 2019.
No solo eso, sino que alrededor de 300 proyectos que se encontraban en etapa de producción fueron cancelados o suspendidos, por lo que no llegaron a proyectarse. Además, hay que tener en cuenta que numerosos estrenos fueron pospuestos, sobre todo de cintas extranjeras que atraen una gran cantidad de público.
Teniendo en cuenta las pérdidas y la lenta recuperación económica, muchos establecimientos relacionados a esta actividad fueron cerrados. De acuerdo con datos del mismo documento, en todo el país 149 salas dejaron de funcionar de manera definitiva, la mayoría de ellas en Ciudad de México, Nuevo León y Guanajuato.
El caso de Aguascalientes
Aguascalientes también sufrió los estragos de la pandemia en este sentido, pues varios centros de distribución cinematográfica fueron clausurados de forma permanente. Específicamente, la empresa Cinemex perdió gran parte de sus locaciones en este estado, quedando solamente dos, una ubicada en la capital y otra en Rincón de Romos. Por su parte, Cinépolis pudo mantener sus ubicaciones después de varios meses sin público.
No obstante, las salas de cine independientes fueron las más perjudicadas por la contingencia sanitaria. Sobresale el caso de la Sala Alternativa, un espacio donde se proyectaban películas independientes y extranjeras. Contando también con estrenos de gran convocatoria, este lugar se posicionó como una gran opción para las personas amantes del cine en esta ciudad.
Finalmente, este lugar dejó de funcionar en diciembre de 2020, luego de varios meses sin poder recibir público. Con ello, se perdió un proyecto relevante para la difusión del cine en este lugar, fuera de las dos mayores empresas cinematográficas de nuestro país.
La pandemia dejó grandes pérdidas a nivel económico para la industria del cine, sin embargo es necesario tomar en cuenta también los perjuicios que hubo para quienes perdieron su empleo en este periodo. Además, la extinción de espacios como la Sala Alternativa reduce los espacios para la difusión cultural en este estado, limitando aún más las opciones que se tienen para ver cine.