Sarah es una ciclista nacida en Manchester, aunque no toda su vida se dedicó a la pista, también a la natación.
Desde antes de nacer tuvo una complicación en su mano izquierda, ya que su brazo se enredó en el cordón umbilical, lo que ocasionó que no se desarrollará de manera normal su extremidad, aún así, en 1977, el mundo no estaba preparado para que lo que la británica iba a hacer.
Su primera inspiración la encontró a los 6 años y fue Sarah Hardcastle cuando corría el año de 1984 en los Juegos de Los Ángeles, y comenzó a nadar hasta que cumplió su sueño de unos Paralímpicos, que llegó en Barcelona 1992. En esos Juegos se adueñó de 2 oros, 3 platas y 1 bronce, después 5 oros en justas veraniegas y en 6 mundiales hasta el 2005, cuando tuvo que dejar ese legado. Una infección en el oído que le duró meses la hizo abandonar aunque eso le vino mejor porque encontró su verdadera pasión, la bicicleta.
En ese mismo año que hizo que se retirará de las aguas logró varias pruebas del torneo Europeo, hasta fue campeona mundial un año más tarde, después de eso vendría su época dorada empezando por Beijing 2008: “Mi mayor motivación es disfrutar de lo que hago mientras trato de encontrar la mejor versión de mí en una bicicleta”.
Actualmente ya cuenta con 15 preseas doradas junto a 8 platas y 3 bronces, pero que la convierte en la segunda máxima británica de la historia, quedando a una presea amarilla del nadador Mike Kenny.
Además cuenta con 11 récords mundiales, el título de Dama y la Orden del Imperio Británico y dos condecoraciones del más alto nivel, no obstante, el The Sunday Times la premió como la deportista del Año en la rama para atleta del año pasado, “No creo que Tokio necesariamente vaya a ser el final, creo que de alguna manera siempre correré, pero si corro internacionalmente, quién sabe” confesó para la BBC, por eso ni sus 43 impedirán que gané más medallas en Tokio 2020.
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