Nuestra amada Orquesta Sinfónica pasa ahora un período de transición como otros que ha tenido. Especialmente importante este momento por varias cosas: el sorpresivo cambio en la dirección artística y en la gerencia, el lugar que deja Sonia Melgarejo que hasta hace unos días era la gerente, ahora será asumido por el licenciado Alejandro Moreno, quien ya ocupó el puesto de director general del Instituto Cultural de Aguascalientes en la administración de don Felipe González. Como director de nuestro máximo órgano rector de la cultura hizo cosas interesantes, entre ellas la importante presencia operística que durante su administración se llevó a cabo, fue con quien se presentaron grandes funciones de ópera empezando con La Traviata de Verdi y vinieron otras como La Bohemia de Puccini, Rigoletto también de Verdi, Lucia di Lammermoor y Elixir de amor, ambas de Donizetti, en fin, no pretendo y el espacio tampoco me lo permite, hacer un recuento de todos los títulos de ópera y conciertos especiales que pudimos gozar con esta administración, el Gloria de Puccini en Catedral, presentaciones exitosas como el Réquiem de Verdi o la Sinfonía No.8 De los Mil de Mahler, una de las obras más ambiciosas cuya dificultad es evidente desde la cantidad de músicos entre orquesta y coro que se necesitan para una digna ejecución de este monumento sinfónico. Así que considerando los antecedentes, no esperamos menos de esta gerencia, sé con total certeza, que el licenciado Moreno tiene con qué responder.
Por otro lado, está el tema del cambio de director titular de la OSA. La verdad no deja de sorprenderme, nunca me lo imaginé. El maestro Lanfranco Marcelletti tenía un contrato de tres años y apenas había cumplido poco más de uno cuando, según tengo entendido, él decidió emprender otros proyectos en el extranjero. Buscaré la manera de hablar con el maestro para que me platique qué fue lo que sucedió y dejar de especular.
La Orquesta Sinfónica de Aguascalientes ha sido dirigida por algunos de los más grandes directores de México, algunos de ellos no necesariamente mexicanos pero que trabajan aquí, tanto en su puesto de titulares, como de los huéspedes, que han enriquecido con su sapiencia a nuestra orquesta.
Haciendo un repaso rápido a los directores de la OSA, esta nueva y definitiva versión que inició en febrero de 1992, -recordemos que desde por lo menos 1923 hay una formación llamada Orquesta Sinfónica de Aguascalientes-, tuvo como primer titular al maestro Alfredo Ibarra, y todavía recuerdo aquel primer concierto con un teatro lleno y un programa sumamente atractivo: la Obertura de la novia furtiva de Carl Maria von Weber, el Concierto para piano No.2 de Rachmaninov con la participación de la maestra Guadalupe Parrondo en el instrumento solista, y finalmente la celebérrima Sinfonía No.5 de Ludwig van Beethoven. Ahí inicia esta nueva historia de nuestra querida Sinfónica.
Después del maestro Ibarra llegó Gordon Campbell que la dirigió durante seis años. Fue justamente en la administración del licenciado Lozano como director general del ICA que es convocado el maestro Enrique Barrios para asumir el puesto de director, en mi humilde opinión este fue uno de los mejores y más fructíferos períodos de la OSA, se grabó un disco para el sello Naxos, de distribución internacional, con música de Silvestre Revueltas: versión orquestal de Sensemayá, Suite del ballet La Coronela y La noche de los mayas. Gracias a esta grabación el público melómano de grandes capitales europeas como Berlín, Londres o Barcelona supieron que en el centro de México hay una ciudad llamada Aguascalientes, que tiene una gran orquesta sinfónica, desde este momento, creo yo, la OSA cumplió sus funciones de embajadora cultural del estado, nombramiento que digna y merecidamente el fue otorgado oficialmente en el año 2017 por el gobernador Martín Orozco Sandoval.
Después del maestro Barrios, en el 2004 vino una temporada sin titular y en febrero de 2005 fue nombrado el maestro Román Revueltas que durante 12 años se mantuvo al frente de nuestra orquesta. En su administración se grabaron tres discos, dos de Ponce con los tres conciertos compuestos por él y uno de Revueltas en donde destaca la versión original para orquesta de cámara del poema sinfónico de Sensemayá.
Después del maestro Revueltas viene una breve transición en la que es nombrado como interino el maestro López Reynoso para dejar el puesto a José Areán quien definitivamente dejó su huella, lamentablemente vio frustrados los dos intentos de presentar la ópera de Rossini, el Barbero de Sevilla, a causa de la pandemia, y así, después de tres años fue sustituido por el maestro Marcelletti después de otro período de transición que otra vez le fue encomendado al maestro López Reynoso para dejar la titularidad a Lanfranco Marcelletti.
Ahora el puesto lo toma el maestro Jesús Andrés García Santín, debo ser franco, soy escéptico, no estoy muy seguro de que su trayectoria y experiencia le permita asumir con puntualidad y solvencia la dirección titular de una de las mejores orquestas de México que entre sus huéspedes se cuentan los mejores directores mexicanos, entre ellos Enrique Bátiz, Luis Herrera de la Fuente, Francisco Savín, Eduardo Díazmuñoz, Juan Carlos Lomónaco, Fernando Lozano, y algunos más, entre algunos extranjeros de prestigio incuestionable como es el caso del maestro Yeruham Scharovsky. Ahora la responsabilidad recae en una batuta que desde mi punto de vista, finalmente no es más que mi punto de vista, le falta la experiencia necesaria para dirigir una orquesta que ha logrado, con trabajo y esfuerzo, ubicarse entre las mejores de México, pero le concedemos al maestro García Santín el beneficio de la duda y deseando que demuestre a los escépticos que estamos equivocados.