El Instituto Nacional Electoral oficializó la pérdida de registro de tres partidos: Partido Encuentro Solidario (PES), Redes Sociales Progresistas (RSP) y Fuerza por México, ninguna de esas organizaciones obtuvo los votos indispensables en la elección pasada para ser considerados para ocupar un sitio en el sistema de partidos.
Los tres partidos han hecho diversos esfuerzos para continuar viviendo del erario, para seguir recibiendo financiamiento público, ninguna de las impugnaciones o procedimientos se relaciona con el peso real que tienen entre el electorado, sus intentos por mantenerse en la vida política del país no se vinculan con su presencia entre la población, han acudido a tribunales impugnando el conteo de los votos, culpando a los ciudadanos que colaboraron con el INE, lo que muestra la calaña de esas organizaciones.
Para vivir del financiamiento público, los partidos deben obtener al menos un 3% de la votación, el PES obtuvo 2.75% (1 millón 344 mil 835 votos); Fuerza por México obtuvo 2.56% (1 millón 210 mil 384 votos); y RSP ni siquiera rebasó el 2%, ya que sólo contabilizó 864 mil 391 votos, el 1.83% de la votación total durante la elección del 6 de junio. Estas tres rémoras de la Cuarta Transformación todavía cuentan con un plazo para alegar en contra de la decisión del INE, seguramente gritarán, harán escándalo mediático, pero nada impedirá que pierdan el registro.
La oportunidad de que Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México aparecieran en las boletas costó más de 485 millones de pesos, dinero que, ese sí, pudo haber sido empleado para resolver problemáticas verdaderamente urgentes para el país, y los dilapidamos en vergonzosas participaciones.
Lo que vamos a recordar de esos tres partidos es que en toda la República fueron los que abrieron sus puertas a la escoria del espectáculo para convocar al morbo, los que no tuvieron empacho en empujar como representantes a gente sin preparación o arribistas de la política, que hurgaron en el estercolero para revivir viejas glorias que, supuestamente, les traerían el voto duro que despierta el recuerdo de las políticas asistencialistas que acostumbran los que llegan al poder. No sólo eso, gracias a que supieron engañar a las instituciones, armando asambleas con las que fingieron una representación que no tienen (los votos lo reiteran), se presentaron en el escenario electoral sin ninguna ideología que sustentara su existencia y, en el caso específico del Partido Encuentro Solidario, para intentar agrupar a los grupos extremistas mediante un discurso de odio que iba en contra de los derechos humanos y las garantías individuales.
No se les exigirá rendición de cuentas por todos los ridículos y sinvergüenzadas que hicieron, el trámite de pérdida de registro se ocupará de asuntos administrativos, pero de los engaños que enunciaron durante la jornada electoral, todas las promesas o el dinero que robaron, ese ya no se podrá recuperar nada.
Aunque todo indique que esos tres partidos deben desaparecer, como sirven a un interés personal antes que colectivo, de nuevo, los resultados de la elección lo prueban, es seguro que intenten volver a participar; el caso más descarado es el de Encuentro Solidario, que ya había perdido su registro, sólo se cambió el nombre y siguió promoviendo sus ideas retrógradas, pero Fuerza por México y las RSP no se quedarán atrás; ya están buscando cómo ser parásitos de los próximos comicios locales donde se elegirá gobernador en distintas entidades federativas. En el caso de las Redes Sociales Progresistas dependerán de lo que pueda negociar Elba Esther Gordillo y sus familiares con la Cuarta Transformación, mientras que Fuerza por México vive del aliento artificial con que Ricardo Monreal mantiene vivo su plan B en caso de no ser candidateado por Morena en el 2024.
Por supuesto, deben existir algunas excepciones, como en Aguascalientes, que Fuerza por México arrebató un municipio a los panistas y se lo ganó, con votos, a Morena y el PRI, es posible que en la República Mexicana haya más singularidades, sin embargo, al rascarle, como en San José de Gracia, esas excepciones se vuelven irregularidades, pues nadie en su sano juicio puede negar el cacicazgo que jugó la elección en ese municipio. Lamentablemente estos parásitos que ya se deberían ir, no han acabado.
Coda. Con los Idus de marzo se hace referencia a los días aciagos de la transición de la República romana al Imperio, la referencia que mejor lo explica es Plutarco: “Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: “Los idus de marzo ya han llegado”; a lo que el vidente contestó compasivamente: “Sí, pero aún no han acabado”. Y sí, aún no han acabado.
@aldan