- Es un paso a la renovación de los sistemas arcaicos y obsoletos de movilidad
- El Congreso de la Unión está en el momento de decidir, dice la senadora Patricia Mercado
Aunque constitucionalmente ya está prevista la movilidad como un derecho, en la práctica este todavía tiene un largo camino por recorrer, tanto así que todavía ni siquiera se publica una Ley General de Movilidad que sirva como base para que se renueven y se diseñen nuevas políticas públicas al respecto y con ello dejar atrás los esquemas arcaicos que todavía se observan en distintas entidades federativas.
Al respecto, la senadora Patricia Mercado informó en su participación dentro del Foro Nacional de Autoridades Mexicanas de Movilidad que el dictamen para dicha ley ya está a punto de votarse en la Cámara de Senadores, para que de ahí pase a la de Diputados y que, en caso de ser votada a favor, se logre su publicación.
La legisladora de Movimiento Ciudadano espera que el dictamen se vote en el Senado a finales de octubre, pero ello todavía no es un hecho.
Señaló que actualmente el gran reto es que se encuentre un balance entre la clase política, los gobiernos y las asociaciones civiles de expertos para poder generar una ley que trate de cubrir las verdaderas necesidades y prioridades del transporte público y de los sistemas de movilidad en todo el país.
Actualmente, el proyecto del dictamen a aprobar tiene como bases y principios para la movilidad la seguridad vial, igualdad, accesibilidad, eficiencia, sostenibilidad, calidad e inclusión.
Además, la Ley General de Movilidad busca establecer tres bases para desarrollar políticas públicas en dicha materia, mismas que se consideran como los mínimos nacionales para poder generar nuevos programas:
- Un enfoque de seguridad
- Coordinación del Sistema Nacional de Movilidad y Seguridad Vial
- Generar plataformas de información nacional y de las entidades federativas
Con lo anterior se busca una planeación integral de desarrollo urbano y metropolitano que contemple políticas de movilidad y seguridad vial y que a su vez contemple la jerarquía de movilidad, que implica dejar de priorizar a los vehículos automotores y desarrollar infraestructura y programas para mejorar el transporte público, las vías para peatones y las vías para ciclistas.