En 1848, Marx y Engels comenzaron el Manifiesto del Partido Comunista con la famosísima frase “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”, más de 170 años después, la reacción europea trastoca el sentido de esa frase para justificar sus fobias, inventarse un enemigo y aprovecharse del descontento de los sectores más conservadores de la población para posicionarse en el electorado.
En el simplón esquema político de izquierda y derecha, los extremos son radicales que invariablemente, en el ejercicio de gobierno terminan atentando contra los derechos y las garantías individuales, con el pretexto de la ideología, los extremos cuando llegan al poder se convierten en tiranías o dictaduras.
El miedo y la ignorancia dificultan el aprendizaje, antes que el bien común se busca un responsable de las desgracias y fracasos personales, así se podría explicar el avance de los radicales, el apoyo popular que usan los dictadores para justificar extenderse en el poder y que se inventen un enemigo para así focalizar los rencores y odios de la población. Lamentablemente parece que no aprendimos de la historia, de todo lo que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial y los estragos de la Guerra Fría, ni del 11 de septiembre en Chile o los ataques terroristas en Nueva York en esa misma fecha. Trump puede ganar una elección y un partido como Vox ganar más de 15% en las votaciones en España, cuando es una organización que basa su existencia en los discursos de odio.
Vox es un partido de ultraderecha, sus militantes lo saben, están en todo su derecho en afiliarse, finalmente, los miembros de esa organización jamás indican abiertamente que se basan en la discriminación y el odio, se presentan como conservadores de una tradición y con el discurso de recuperar la grandeza de antaño o mantener la unión nacional a toda costa, se venden como opción. Lo que es temible del avance de Vox son sus acciones, sus propuestas populistas de bajar los impuestos, su homofobia, que niegan el cambio climático y su nacionalismo a ultranza que se traduce en la discriminación a los migrantes y la islamofobia.
En uno de sus peores momentos como organización política, un grupo de legisladores del Partido Acción Nacional decide invitar al dirigente de Vox, Santiago Abascal, y firmar la Carta de Madrid, en supuesta defensa de la libertad y la democracia en la Iberosfera. El compromiso principal de ese documento es combatir al comunismo, porque es una “amenaza para la prosperidad y el desarrollo de nuestras naciones, así como para las libertades y los derechos de nuestros compatriotas”.
La Carta de Madrid asegura que “parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países. Todos ellos, bajo el paraguas del régimen cubano e iniciativas como el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder para imponer su agenda ideológica”; por supuesto, aseguran que defenderán el Estado de Derecho, el imperio de la ley, la separación de poderes, la libertad de expresión y la propiedad privada, pero eso es discurso, en los hechos, los panistas serán cómplices del avance del odio y la discriminación.
No hay una sola prueba de que el comunismo avance en México, que los panistas pretexten el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para unirse al infame Vox es la muestra concreta de su falta de imaginación para ser oposición, son un grupo de políticos miserables que quieren lograr posicionarse empleando la polarización política que se vive en México. Lo que se les olvida es que López Obrador logró concentrar en un objetivo el descontento de millones, que así ganó la presidencia, no como quieren hacer los panistas al firmar con Vox, porque tratan de emplear el miedo y la ignorancia para sumar simpatías.
El fantasma que recorre la política mexicana no es el comunismo, es el odio disfrazado de una causa justa.
Coda. Sentenció Goethe: “Las ideas generales y los grandes conceptos siempre están destinados a provocarnos grandes infortunios”, como el de la alianza entre el PAN y Vox.
@aldan