- Quincena recortada y amenazas de despidos provocaron esta acción
- La escuela es atendida por sólo cuatro maestros que trabajan con más de 100 estudiantes
Equipo docente de la Universidad Benito Juárez, ubicada en el municipio de Calvillo, trabajan bajo protesta debido a que los cuatro maestros que atienden a un centenar de estudiantes recibieron su última quincena de agosto recortada, confiados que se trataba de un error administrativo solicitaron a su dirección académica una aclaración, cuya respuesta fue que así continuaría, al percibir una actitud muy autoritaria que pone en riesgo su fuente de empleo, ya que en julio fue despedida una asistente académica. Así lo expresó Salvador Medina, coordinador académico de la sede donde se imparte la carrera de ingeniería ambiental para la sustentabilidad a más de 100 estudiantes, con la sobrecarga laboral que esto implica.
El pasado domingo llegó a esta sede un correo de la directora general de las universidades Benito Juárez, Raquel de la Luz Sosa Elizaga, quien con un tono amenazante, en el que además de no responder a la inquietud de los cuatro docentes, justifica la rebaja en los salarios, a pesar de que este equipo académicos atiende a cinco generaciones de 106 estudiantes, a quienes se les imparten 25 materias.
Sabedores que desde julio del 2020 comenzaron en varias sedes del país una serie de despidos de maestros, al quedarse también sin una asistente académica, y que ha sido noticia nacional, ahora perciben una actitud hostil en la que se les cuestiona desde su pertinencia en su formación y experiencia profesional, no son valoradas las formaciones de posgrado, además de dejarle entrever a él como coordinador académico la necesidad de que haya un relevo, a lo cual no tiene ninguna objeción, aunque sí los motivos que le exponen que considera totalmente cuestionables.
“Vivimos en un clima de acoso laboral que nos ha lastimado demasiado, además decir que desde que iniciamos actividades hemos estado sujetos a una especie de convenios de prestación de servicios cada seis meses, que no representan ningún derecho laboral y si así lo determinan por la razón que sea simplemente terminan en convenio”, manifestó.
Explicó que él y los cuatro maestros que integraban la plantilla original respondieron a una convocatoria en el 2019 con todos los requisitos que en ella se exigía, pasaron por un escrutinio curricular, fueron sujetos a entrevista y tras ese proceso recibieron su nombramiento, es decir que todos cumplieron con los requerimientos, y ahora Sosa Elizaga lo cuestiona y asegura que estuvo mal realizado, desacreditando todo el trabajo realizado, además de echar por tierra el compromiso de que a más tardar en año y medio serían contratados formalmente.