La Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró que es inconstitucional criminalizar el aborto de manera absoluta. A partir de este momento, nadie, absolutamente nadie, podrá encarcelar a quien decida abortar, de eso trata la declaración de los 10 magistrados, como señaló el presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, es un “día histórico para todas las mujeres, sobre todo para las más vulnerables. Se termina de tajo con la injusticia de la criminalización de la mujer. Nunca más una mujer en prisión por ejercer sus derechos”. Nunca más.
Esta decisión de la SCJN proyecta lo que como país podemos ser, lo que merecemos, un sistema que con base en argumentos trascienda el debate moral y la imposición de un punto de vista único a cambio del libre ejercicio de las libertades. Una visión de futuro.
Por supuesto, no han faltado los retrógradas que griten y hagan barullo para demandar que se siga castigando al otro porque no cree lo mismo que los demás. Una vez que se difundió la resolución de los 10 magistrados, se puso en marcha la maquinaria mediática que intenta descalificar esta decisión señalando que los magistrados nos están dando permiso de tener relaciones de manera irresponsable, que podemos ir en contra del mandato de un dios y convertirnos en asesinos. Ningún argumento, solo acusaciones, lamentos hipócritas porque ahora, está garantizado el derecho de las mujeres sin el temor de tener que enfrentar consecuencias penales.
Esta decisión de la SCJN no significa, como los conservadores quieren hacer ver, que ahora se puede emplear el aborto como un método conceptivo ni que se puede “asesinar bebes” con la mano en la cintura, quienes mantienen esa postura tergiversan a propósito lo que hizo la Corte para seguir difundiendo un argumento falso, es indispensable atender lo que señaló la magistrada Margarita Ríos-Farjat para comprender las dimensiones de esta decisión, la magistrada indicó que “nadie se embaraza en ejercicio de su autonomía para después abortar”.
La decisión de la Corte es apenas el inicio de un camino al reconocimiento del ejercicio libre de nuestros derechos, no obliga a los congresos estatales a modificar las leyes de cada entidad federativa, pero abre la puerta a no criminalizar al otro por sus decisiones. Lo más importante, es que centra su visión en eliminar la visión punitiva y obliga a pensar en las decisiones del otro, de las mujeres, con independencia de prejuicios morales.
Quien diga que la decisión de la Corte es un permiso para asesinar, miente; quien lo considere un triunfo, limita su visión a una polarización que nada tiene que ver con lo que se discute. La decisión es, apenas eso y basta, un primer paso hacia el reconocimiento pleno de los derechos de todos.
Coda. Todo el día me ha rondado la cabeza una canción de Fiona Apple, Criminal, sé que tiene que ver con el ejercicio del capital erótico, pero en su crítica, señala el callejón al que limitamos a las mujeres:
I’ve been a bad, bad girl
I’ve been careless with a delicate man
And it’s a sad, sad world
When a girl will break a boy
Just because she can
Don’t you tell me to deny it
I’ve done wrong, and I wanna suffer for my sins
I’ve come to you ’cause I need guidance to be true
And I just don’t know where I can begin
@aldan