Siempre que se habla del voto de las y los mexicanos residentes en el extranjero, inmediatamente viene a mi memoria la Canción Mixteca, una melodía más nostálgica que triste de la autoría del músico oaxaqueño José L. Alavez, compuesta desde la lejanía del terruño, y que sale a colación dado que desde su primera estrofa el autor afirma encontrarse en la lejanía de la patria chica, la cual conserva en el pensamiento en una aproximación a lo que en el portugués se define como saudade, sentimiento que carece de una exacta traducción al castellano. Me explico:
La Real Academia Española de la Lengua admite el vocablo saudade, como sinónimo de soledad, nostalgia o añoranza. Sin embargo, más que la estricta traducción, la interpretación de la palabra nos habla de un sentimiento un tanto melancólico, influido por la distancia, a veces temporal y a veces física, de algo por lo que se siente un cariño superlativo, quizá hasta llegar al grado de amor. Lo interesante del concepto lo es el saber de antemano que ese algo por lo que se tiene afecto, es seguro que, aún suprimiendo la distancia, simplemente no volverá a ser aquello que se añora.
Esta serie de conceptos y sentimientos entremezclados no nos deben ser desconocidos. Ya para la elección del año 2016, se organizó la primera votación local desde el extranjero, misma que volveremos a ver seis años después. El sentimiento sigue siendo el mismo: ¿Qué estarán pensando las y los aguascalentenses que radican en el extranjero sobre las próximas elecciones? ¿Les será importante? ¿Alguna vez habrá pasado por su mente el volver? ¿Alguna vez habrán vuelto? ¿Qué habrán encontrado diferente? Y si vamos más profundamente en las cavilaciones ¿Qué los llevó a la diáspora?
En vísperas del inicio del proceso que nos llevará a renovar la primera magistratura del estado, nos encontramos desarrollando los trabajos, actividades y proyectos que permitirán el voto de las y los mexicanos en el extranjero, de manera conjunta con la autoridad nacional, y con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil bajo el auspicio de dependencias e instituciones de los tres niveles de gobierno, y es que no es algo fácil saber quiénes son, cuántos son y dónde están las y los aguascalentenses que, por trabajo, estudios, o por cualquier otra razón, se encuentran residiendo fuera del país.
Esta modalidad de votación se permite en la legislación de la entidad solamente para el caso de la elección de la gubernatura, y debe ser organizada con el mismo estándar de calidad de la jornada habitual, salvando la distancia física que media entre votantes, candidaturas y autoridades electorales, de manera tal que, por un lado se requiere la credencial para votar, garantizando la libertad y secrecía del voto, y por el otro extraordinariamente se permite el voto a distancia, postal o electrónico.
Mucho se ha dicho acerca de que personas que no residen de manera habitual en una circunscripción tengan derecho a votar; no obstante, nos encontramos en una época en la que priva la extensión de los derechos y, estrictamente hablando, aquellos que residen en otro país no por ese solo hecho pierden la ciudadanía mexicana y, con ello, los derechos políticos inherentes.
Esta vez se pretende diseñar una estrategia para impulsar la credencialización de las y los connacionales, dado que este será el instrumento que les permita acceder al sufragio. Una vez obtenida la credencial para votar, habrán de registrarse en la lista nominal, teniendo como límite el mes de marzo del año que entra, y podrán emitir su voto, a través de una logística que abarca el envío de la boleta y la garantía de su retorno seguro, si el voto fuera postal, o el resguardo y la secrecía necesarias si la emisión fuera a través de la utilización de herramientas tecnológicas.
La autoridad electoral habrá de allegarse de instituciones aliadas a través de un programa de vinculación. Por poner un ejemplo: en el Gobierno Estatal existe una oficina de atención al migrante y sus familias. No es casual dado que, según información estadística oficial, entre 2015 y 2020 casi 17,000 personas salieron de la entidad para radicar en otro país. El 77 por ciento, como puede suponerse, eligió a los Estados Unidos de América como destino. Las razones de la migración van desde reunirse con otros miembros de la familia, como ofertas de trabajo, matrimonio o por estudios. Por ello, además, otros aliados serán las instituciones educativas que tienen programas de intercambio estudiantil.
Hoy en día, mil 687 aguascalentenses ya se encuentran inscritos en la Lista Nominal de Residentes en el Extranjero del INE, por radicar en países como Japón, Italia, Reino Unido, España, Alemania, Canadá o los Estados Unidos. Pueden parecer muchos, no obstante hay más de 12 mil personas que han tramitado su credencial y más de 10 mil ya la han obtenido, faltando solamente actualizar el registro para que puedan ejercer su voto.
¿El objetivo? Más allá del numérico que supere los 837 votantes aguascalentenses desde el extranjero en la elección presidencial de 2018, deberá ser el unir, aunque sea por un momento, las realidades que se viven en otros países con la de Aguascalientes. El volver la vista a otro tiempo y a otro espacio, sabiendo que hay un sentimiento que nos une, que es probable, por no decir seguro, que ese momento que se añora no volverá. Que por un instante, al revisar las propuestas de las candidaturas y al marcar la boleta, se escuche en el fondo el silbato del ferrocarril, se perciba un ligero viento del oriente que mueva una bugambilia, se pueda oler como si se estuviera en la panadería del barrio, y que, aunque sea por un efímero instante, en cualquier parte del mundo, el cielo sea un poco más azul, el agua más pura por su claridad, la tierra más buena en cualquier latitud, y la gente buena aquí y allá.
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