Con el concierto del pasado viernes 27 de agosto terminó el ciclo de tres conciertos que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes presentó en diferentes templos de la ciudad iniciando con una gran presentación en Catedral el viernes 13, la gira continuó el viernes 20 en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Loma Bonita y terminó, como ya lo mencioné, el viernes 27 en la capilla de Nuestra Señora de Fátima en la comunidad de Los Arellano al sur de la ciudad. Para este concierto fue necesario hacer algunos ajustes al programa porque la maestra Margarita Benavides, que había sido convocada para tocar el concierto para dos cellos de Vivaldi sufrió una lesión en su mano que le impidió cumplir con este compromiso. Desde aquí le enviamos un saludo a la maestra y nuestro deseo de pronta recuperación.
Considerando lo anterior, el concierto quedó confeccionado de la siguiente manera: iniciamos con una breve pero deliciosa sinfonía, la No.2 en la mayor del compositor británico W. Boyce. Manteniendo la idea original de presentar un concierto, el maestro Marcelleti convocó a Anderson Rodrigues da Silva, integrante de la sección de trombones de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes para la ejecución del Concierto para trombón alto y orquesta de G. Wagenseil y terminar el concierto como estaba planeado con la Sinfonía para cuerdas en mi menor de Giuseppe Verdi.
La verdad es un concierto muy atractivo, y parte de esta atracción reside en que los dos primeros compositores no son muy conocidos ni frecuentes en los diseños de temporada de las grandes orquestas del mundo, seguramente, por el hecho de que la dotación instrumental es más propia de una orquesta de cámara y no de una sinfónica o filarmónica, pero como ya lo hemos comentado en otras ocasiones, la situación de la pandemia que todos estamos padeciendo nos obliga a reinventarnos, a cada quien en sus diferentes actividades y en el caso de la Sinfónica se hizo necesario acudir a un repertorio que de no haber sido por esta adversidad, difícilmente se hubiera podido programar, esto es convertir un problema en una oportunidad.
Por otro lado, Verdi es mucho más identificable con el lenguaje operístico, claro, además de su monumental Réquiem del que la Sinfónica ya se ocupó en un par de ocasiones, la primera de ellas hace ya muchos años en el Teatro Aguascalientes se presentó la obra completa, no recuerdo todo el elenco pero sí tengo claro que vino la soprano Olivia Gorra después del monumental éxito alcanzado con su participación en La Traviata del mismo Verdi compartiendo el escenario con Jorge López Yañez y Jesús Suaste. La segunda ocasión que la OSA se ocupó del Réquiem de Verdi fue la semana pasada con un arreglo para alientos hecho por el compositor estadunidense Chip de Stefano de algunas partes de esta misa de difuntos.
Ahora no fue ni ópera ni música sacra, fue una sinfonía para cuerdas en mi menor de este compositor italiano, insisto, una obra muy poco probable en circunstancias normales.
No conocía esta obra que para quien esto escribe representaba la gran atracción de la noche. Líneas arriba mencionaba que considero este concierto muy atractivo por lo desconocido del repertorio, incluso de los compositores, excepto Verdi, claro aunque como ya comentamos, lo disfrutamos fuera de su contexto habitual lo que por supuesto, representa una invaluable oportunidad de enriquecer nuestro acervo musical.
El resultado final del concierto estuvo muy por encima de las expectativas generadas al ver el programa, sobre todo con la deliciosa Sinfonía en mi menor de Verdi, y claro, por la maravillosa respuesta de esta comunidad de Los Arellano. La Orquesta ha cumplido con esta serie de conciertos, sobre todo los dos últimos, con el propósito de acercar la música a todo el pueblo. Seguramente no resultará descabellado pensar que algunas de estas personas asistentes al concierto en Loma Bonita la semana pasada o a este reciente concierto, puedan asistir a alguna de las presentaciones de la Sinfónica en su nueva sede, la Sala de Conciertos del complejo Tres Centurias en donde habrán de continuar esta tercera temporada a partir de la próxima semana.
Pero siguiendo con el programa de este tercer concierto, hay que destacar la participación del maestro Anderson Rodrigues da Silva, brasileño, igual que el maestro Marcelletti y que fue convocado para la ejecución de esta preciosa pieza concertante de Wagenseil. Un concierto breve en tres movimientos que el maestro Anderson supo resolver con puntualidad a pesar de la golondrina que revoloteaba por todo el templo, muy pequeño, por cierto, pero que no logró romper la concentración del solista y que el público, aunque atento al concierto, no dejaba de atender el vuelo de la golondrina que claro, tampoco se quiso perder de las exquisiteces de su majestad la música.
La próxima semana, como ya lo hemos mencionado, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes ocupará el que ya en muy breve tiempo será su sede definitiva, la nueva Sala de Conciertos del MECA (Macro Espacio para la Cultura y las Artes) en la Universidad de las Artes en el Complejo Tres Centurias en la avenida Gómez Morín. Para este cuarto concierto de temporada, la OSA nos presenta un programa compuesto por la Sinfonía No. 35 en re mayor, K.385 de Mozart, Kammermusik No.2 y No.12 de Paul Hindemith y termina con el Concierto para marimba de E. Sejourne. El solista será Bryan Flores y el concierto será dirigido por el maestro José Luis Castillo en su calidad de director huésped. La cita es el próximo viernes 3 de septiembre a las 20:30 horas, como ya lo comentamos, en la nueva Sala de Conciertos de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Por ahí nos vemos si Dios no dispone lo contrario.