La agenda política y la discusión pública no suelen coincidir, porque cuando lo hacen provocan que las autoridades tengan que rendir cuentas a la ciudadanía sobre los asuntos que ocupan a la sociedad; la más de las veces, la comunicación oficial prefiere que las cosas que se deben hacer no estén en la conversación para que no se le presione con la presentación de resultados; las distracciones funcionan para evitar la rendición de cuentas.
Con las conferencias matutinas, Andrés Manuel López Obrador ha conseguido establecer los temas de la conversación pública, si al presidente se le ocurre que hay que evidenciar a quienes dicen mentiras o dedicar un día a los temas de salud o las gasolineras, se hace y ya, las astucia es de tal magnitud que ni siquiera necesita de patiños que le coloquen el balón, si al final del ejercicio al titular del Ejecutivo federal se le ocurre que no se puede terminar la mañanera sin antes abrir su corazón, interrumpe las preguntas y abre su ronco pecho.
Las mañaneras funcionan porque la oposición sigue pasmada por el asombro y antes que buscar vías para colocar la agenda pública en el centro de la conversación, centra todos sus esfuerzos en responderle al presidente, en jugar en el territorio que López Obrador marca y con las reglas que él establece.
El paso del huracán Grace afectó 62 municipios de Veracruz, el gobierno de Puebla ha solicitado declarar desastre natural en 64 municipios por Grace y son cientos de miles los afectados, la cantidad de muertos sigue incrementando y, hasta ahora no queda claro cómo van a funcionar los fondos de ayuda una vez que se desapareció el Fonden, pero el tema de la mañanera fue la respuesta del presidente al reto de Ricardo Anaya.
El candidato perdedor reta a López Obrador y la oposición considera una victoria el que Ricardo Anaya lograra una réplica del presidente, en la discusión pública se quieren plantar las ideas del panista sobre la justicia como un golpe tremendo a la Cuarta Transformación; y estamos cayendo en la trampa. No comparecer ante la justicia, condicionar la atención al citatorio de la FGR a que sea al mismo tiempo que los hermanos del presidente y ante el mismo juez son privilegios que se puede dar Ricardo Anaya, como huir del país con el pretexto de que es perseguido político; por supuesto que considero la realidad del funcionamiento del sistema de justicia, pero ¿cuántos ciudadanos de a pie gozan de las mismas oportunidades que Ricardo Anaya?, ¿cuántos pueden evadir la rendición de cuentas acusando a López Obrador de todo?, ¿para escapar a Europa o Atlanta, se vale argumentar que quien está detrás de la investigación es el presidente?, ¿cuántos podemos decirle a la Fiscalía que no indicando que no es autónoma?
Colocar el caso de Ricardo Anaya en el centro de la discusión pública e indicar que le arrebató la atención de los medios es absolutamente inservible para solucionar las posibles injusticias de las que podamos ser víctimas todos; priorizar la investigación sobre Ricardo Anaya sobre otros temas de la agenda pública a partir de creer que es una víctima y convertir eso en una victoria, es aceptar la pendencia como política, el contragolpe como solución, cuando lo único que hace es mantener el intercambio violento.
Coda. George Constanza discute con Jerry Seinfeld sobre quién es el más idiota de los dos, George le demuestra que él lleva la delantera, y le pide un poco más de respeto, “porque yo soy Constanza, Lord de los idiotas”, de pronto, una mujer desde la ventana, alienta a los corredores rezagados del maratón de Nueva York gritándoles: “Todos son ganadores”, George la escucha y determina: “súbitamente, una nueva contendiente, me rebasa”, así con aquellos que celebran la victoria de Ricardo Anaya.
@aldan