“Pido que se haga justicia, porque aquí la mayoría de la población es inocente”. Esas fueron las primeras palabras de María Isabel San Agustín al salir de prisión este jueves, donde permaneció 11 años, con una sentencia de 65, acusada de secuestro con base en una declaración obtenida bajo tortura.
Minutos antes de las 18 horas, en la puerta del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, la mujer originaria de Hidalgo no supo explicar cómo había obtenido su libertad. Entre llanto, apenas alcanzó a decir: “Sólo sé que pasé 10 años inocentemente en este lugar”.
La prensa le preguntó lo que pasó hace 11 años en la alcaldía Milpa Alta, donde fue detenida y torturada, pero ella solo movió la cabeza y dijo: “Ya no quiero hablar de eso. Ahora sólo quiero ver a mi familia y a mis hijos que no los he visto”.
Minutos antes, su madre, su padre y otra familiar la abrazaron con fuerza, entre llanto de felicidad e incredulidad. La acompañaba la secretaria de las Mujeres del gobierno local, Ingrid Gómez.
Cuando María Isabel subió a la vieja camioneta de su padre, él apenas podía hilar palabras: “Estoy muy emocionado, no tengo palabras. ¡Ya se hizo justicia, gracias a Dios!”.
Contó que el jueves pasado se enteró en las noticias del anuncio de decreto que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador para liberar a presos de cárceles federales, mayores de 65 años o muy enfermos y que no hayan cometido delitos graves, que lleven más de 10 años sin sentencia o que hayan sido torturados, y que ello haya sido comprobado bajo el Protocolo de Estambul.
Poco después el adulto mayor contó que recibieron una llamada de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, para avisarles que revisarían el caso de su hija. “No lo creíamos, después de tanto tiempo, tantos años, pero ya la tenemos, ya vamos a ir a la casa”, añadió.
La mañana de este jueves, la mandataria local adelantó la noticia: “Me comuniqué con la familia de la señora María Isabel San Agustín para informarle sobre su liberación en las próximas horas, después de sufrir tortura y pasar once años injustamente presa. Estamos trabajando en otros casos similares en la Ciudad de México”.
María Isabel San Agustín fue detenida en 2011 en la alcaldía Milpa Alta, acusada de secuestro, aunque no había pruebas en su contra. En 2013 fue sentenciada a 65 años de encierro. En 2018 la entonces Procuraduría General de Justicia capitalina ordenó la reposición del proceso para que se le aplicara el Protocolo de Estambul, que es un conjunto de normas internacionales para documentar la tortura de personas. El estudio comprobó el hecho.
Para su liberación colaboraron autoridades del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, la Fiscalía General de Justicia local, la Consejería Jurídica y de Servicios Legales y la Secretaría de las Mujeres del gobierno capitalino. Estas autoridades trabajan en la elaboración de un decreto similar al anunciado por López Obrador para aplicar en el Sistema Penitenciario de la Ciudad de México.
En la capital mexicana hay al menos 479 personas presas que fueron torturadas y pasaron por el Protocolo de Estambul, de acuerdo con 44 Recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), emitidas entre 2003 y 2015, informó el pasado lunes la presidenta del organismo, Nashieli Ramírez.
De ese total, en 49 casos –40 hombres y 9 mujeres– ya está acreditado que la tortura pudo haber interferido en el proceso de investigación del delito por el que fueron acusados.
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