Puede ser que nunca haya escuchado un disco de sus satánicas majestades, o que no le guste el rocanrol, o que prefiera a los Beatles sobre los Rolling Stones, lo que sí es un hecho es que, como parte de la cultura pop occidental y aunque el género no remita al estilo de música, Charlie Watts formó parte de un cambio sociocultural y cambió la forma de ver a los jóvenes de la década de los sesenta.
Este martes los amantes del rock nos quedamos sin un Rolling, Charlie Watts partió con dignidad, aplausos y reconocimiento, deja la banda para unirse con todos esos virtuosos músicos que ahora deben hacer ensambles celestiales para deleite de ellos mismos.
En esto de la música rock definitivamente existe un antes y un después de los Rolling Stones, quienes compartieron fama y gloria con el cuarteto de Liverpool.
La banda más longeva hasta el pasado martes, porque aunque consigan un reemplazo para Charlie Watts, ya no será lo mismo. Charlie se unió a sus satánicas majestades en 1963 y desde entonces hasta el 24 de agosto de 2021 estuvo con ellos, pero ¿por qué ese mote para la banda?
Existe un álbum lanzado en 1967, de alguna manera experimental llamado “Their Satanic Majesties Request” y de ahí el sobrenombre; de hecho es una referencia directa a la frase que aparece en los pasaportes británicos “Her Britannic Majesty’s Secretary of State requests and requires…” es el sexto álbum de estudio en el Reino Unido y el octavo en la unión americana, el cual también marcó la partida de Brian Jones de la banda.
Para este Long Play, los Rolling se olvidaron del blues que los caracterizó en sus primeras producciones y le entraron de lleno al estilo Beatles, incluso la portada de este disco es parecida al psicodélico “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”.
Si le gusta el rock seguramente identifica la portada y el sencillo que de este se desprendió, “She’s a Rainbow”, también pude encontrar la versión original de “2000 man” que después, en 1979 Kiss presentara a manera de cover en su disco Dynasty.
Mick, Keith, y Ronnie, sin Charly, los Stones tienen una nueva historia que escribir, el tiempo nos permitirá saber si seguirán, o cerraran la cortina (como lo debió hacer Queen cuando Freddie partió), lo cierto es que en este momento la noticia, si bien no es ocho columnas en la política, ni va a cambiar el rumbo de una nación, si entristeció al mundo del rock.
Los Rolling Stones tienen programada una gira por los Estados Unidos que arranca el 26 de septiembre en St. Louis Missouri en la cual se sabía que Charlie no iba a participar por una cirugía pendiente y el proceso de recuperación; la primera y única vez que no participaría en una gira junto con su banda desde 1963, nunca les falló hasta ahora que decidió cambiar de residencia. “Estoy trabajando duro para estar completamente en forma, pero hoy he aceptado, siguiendo el consejo de los expertos, que esto llevará un tiempo”, la última declaración de Charlie.
Agentes de cambio social, melenudos que, en las décadas de los sesenta, iniciaron con la verdadera búsqueda de su identidad, fenómenos sociales que cimbraron a los cinco continentes, decadentes sistemas políticos, opresores de la sociedad por fin eran cuestionados, las manifestaciones públicas se hicieron más frecuentes, más hostiles y la música, los Rolling Stones, sus integrantes no estaban exentos del entorno; molestos, hartos de la década anterior a los sesenta, entre los sentimientos confusos de la madurez y la nula atención por parte de ese sistema sociopolítico herido de muerte por los conflictos bélicos internacionales, léase la “Segunda Guerra Mundial”, los jóvenes de aquellos tiempos formaban parte de una generación dispuesta a enfrentarse a todo lo que sonara a autoridad, a represión, listos para salir a las calles y haces escuchar su voz; en realidad esos jóvenes, ahora personas de la edad de los Rolling Stones formaron parte de lo que pudiéramos llamar la primera revolución juvenil mundial de la historia. Listos para liderar un combate frontal con el poder político imperante, un movimiento que no encabezaban los jóvenes de los sectores más vulnerables sino los hijos de las privilegiadas clases sociales, las clases medias, las personas “preparadas”.
Y mientras eso sucedía, Charlie y sus amigos no pasaban las tardes en su modo rockstar, podemos identificar muchas canciones de protesta que coadyuvaron a que esa revolución juvenil tomara fuerza y respeto.
(I can’t get no) Satisfaction (1965) usualmente referida hacia un contexto sexual, esta rola deja ver a unos frustrados jóvenes que denuncian el voraz consumismo, que apelan a enterrar las ideas de la generación de sus padres y cuestionaban la sociedad capitalista. Street fighting man (1968) escrita después de que Mick Jagger acudió en Londres a una populosa manifestación contra la Guerra de Vietnam. Sympathy for the devil (1968) que no tiene nada que ver con la magia negra, es más una dura crítica al cinismo y la inmoralidad de las cúpulas del poder en el mundo. Que tal Gimme shelter (1969) escrita en plena guerra de Vietnam, los versos son duros, directos y sin censura a los magnicidios que pasaban ahí, en la guerra. Sweet black angel (1972), tal vez la más directa de todas, está dedicada a Ángela Davis, una activista afroamericana que luchó (y lucha) en defensa de los derechos humanos y la igualdad. Militó en el Partido Comunista de EU. Este fue uno de los motivos por los que fue perseguida en su país en los años sesenta y setenta. Davis fue expulsada de su trabajo como profesora universitaria y arrestada por su presunta implicación (fue absuelta) en un asesinato de un juez. Dijeron que las armas utilizadas estaban a nombre de ella. Fue declarada inocente, aunque pasó 18 meses en la cárcel.
Sus satánicas majestades de Charlie Watts y el resto de la banda, no sólo se envuelven en el glamour de las bandas de rock, desde sus inicios y hasta la fecha influyen y son cronistas de lo que en realidad pasa en este mundo alocado, es por eso que creo los Rolling Stones sin Charlie, deberían bajar la cortina, hoy la banda ya no está completa.
@ericazocar