APRO/Roberto Ponce
Si la Malinche ha robado el imaginario femenino prehispánico, la figura de Isabel de Moctezuma, hija de Moctezuma II, surge como el último baluarte del antiguo Anáhuac cuya voz reivindican, a 500 años de la caída mexica, los actores Angélica Aragón y Roberto D’Amico en el CD Isabel y Hernando.
Se trata de un álbum doble sonoro de reciente aparición que desde 2019 impulsó Pável Granados, director de la Fonoteca Nacional. A su vez, Canal 53 de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) grabó otra presentación en vivo de los diálogos en escena por Aragón y D’Amico, así como la música.
La primera actriz Angélica Aragón dice entusiasta a este semanario: “Isabel simboliza el último bastión de los mexicas. Testiga y luchadora en la conquista, la hija de Moctezuma Xocoyotzin se llamaba Ichcaxóchitl Tecuichpo, princesa Flor de algodón, apodada en diminutivo náhuatl de cariño Ixapeltzin (Isabelita) por haberla bautizado como la reina de Castilla. Nació en 1509 y fue la última princesa del Anáhuac. La casaron con su tío Cuitláhuac y luego con Cuauhtémoc (colgado en 1525). Cortés abusaba de ella y tuvieron una hija, Leonor. Tras la catástrofe mexica, ella abogó mucho ante los frailes evangelizadores por los niños para que no les quitaran su lengua”.
Creó el convento de la Orden de San Agustín en la Ciudad de México, que devino en la Biblioteca Nacional, y además “abogó por hacer un hospital para mujeres y niños, es una precursora de los derechos humanos dentro de un contexto totalmente impositivo, ella cavó un hueco menos opresivo para educar a la infancia de su pueblo apenas se impuso la Nueva España. Isabel comenzó a allanar el camino para las mujeres que estamos ahora disfrutando por lo menos la posibilidad de hablar de libertad de género, de salario, del derecho a una vida sin violencia. Todo ello se vino gestando desde entonces”.
También, la UANL distribuye gratuitamente entre sus estudiantes el libro de Isabel y Hernando, textos pulidos por ambos actores siguiendo la dramaturgia original que allá por 1990 escribió para Angélica Aragón el veracruzano Hugo Argüelles (su trilogía colonial ‘La dama de la luna roja’, ‘La ronda de la hechizada’ y ‘Águila Real: Isabel Moctezuma’ se publicó en Plaza y Valdés, 1992). Escribe Rodrigo Martínez Baracs, historiador miembro de la Academia Mexicana de la Lengua en las notas del álbum doble:
Hace tiempo, Angélica Aragón y Roberto D’Amico comenzaron a estudiar la conquista de México a partir de la obra Águila Real del dramaturgo Hugo Argüelles (1932-2003), representada en 1991 bajo la dirección de la maestra Maricela Lara. Esta obra dio cuerpo y significado a la desgarradora muerte mística de doña Isabel Moctezuma, hija del emperador Moctezuma II, también llamada Ichcaxóchitl (Flor de Algodón), Tecuichpo (Princesa) y Tonan Ixapeltzin (Nuestra Madre Isabelita).
Desde entonces los dos actores no han dejado de hacerle adaptaciones y montajes. Por ejemplo, en mayo de 2019 lo escenificaron con gran elenco en las Jornadas Alarconianas de Taxco, bajo la dirección de Maricela Lara, quien recibió un homenaje por su cumpleaños 93. Aragón misma hizo traducciones para escenificarla en Los Ángeles y Nueva York. Prosigue Martínez Baracs:
Estos discos nos ofrecen un espectáculo original, cuya primera parte, “Relatos de Vida”, se refiere a episodios previos al encuentro en Tenochtitlan. En la segunda, “Confrontación”, entramos de lleno en el conflicto esencial, protagonizado por el conquistador español extremeño y guadalupano Hernando Cortés, y la última reina mexica doña Isabel Moctezuma (…) Angélica Aragón busca la balanza en los textos teatralizados y “establecer un equilibrio entre las voces, porque la mayor parte de los historiadores cuentan las anécdotas desde el punto de vista exclusivamente de los conquistadores en una visión europeizante, eurocéntrica, maniquea”.
Nada se inventa, nada es novelado. Parte de la historia se basa en el estudio de José Luis Martínez, ‘Hernán Cortés’ (FCE, 1990). El subtítulo del álbum es: “Crónica apasionada de Isabel Moctezuma y Hernán Cortés. La última estela luminosa con brillo propio en el firmamento azteca, frente a la ambición arrolladora del conquistador español”.
Flor áurea bajo el fango
El primer CD de Isabel y Hernando se llama “Relatos de vida”. Los dos protagonistas alternan diálogos, comenzando con “Coatítzal, encarnación de la verdad transparente” por Isabel (Aragón), y “El mar, la gran tentación”, por Hernando (D’Amico); se entretejen luego “Tecuichpo Ichcaxóchitl”, “Aventuras en las Antillas”, “Moctezuma Xocoyotzin”, “Un solo camino. Tenochtitlan” y “Matrimonios”.
Momentos de horror emanan desde que Angélica Aragón destapa los oráculos de La Llorona y desmenuza la degradación sexual a la que es sometida Isabel de Moctezuma por el católico Cortés y cómo éste la comparte o literalmente la da de esposa a sus compinches, cual objeto multidesechable.
El plato láser “Confrontación” contiene, según Pável Granados, “no sólo una notable belleza, sino la más profunda narrativa al mostrar la caída de México Tenochtitlan que marcará para siempre a nuestra raza”. En una hora, se desencadenan los parlamentos “Muerte de Moctezuma”, “Las mujeres de Hernán Cortés”, “Catalina Suárez La Marcaida”, “Las matanzas de Cholula y del Templo Mayor”, “Noche triste”, “Cuitláhuac y Cuauhtémoc”, “Expedición de las Hibueras”, “Muerte de Cuauhtémoc” y “Cortés en la corte española”.
Defensora de los derechos de la mujer, contraria al abuso sexual y el machismo, así como protagonista de obras teatrales sobre mujeres poderosas de la humanidad, Aragón buscó a Proceso para explicar el porqué decidió dar a conocer la historia de Isabel a 500 años de la caída de los mexicas.
“Inicialmente, el rescate del personaje de Isabel de Moctezuma para el teatro y de alguna manera también para la historia, lo hizo Hugo Argüelles hace 30 años con una obra que se llamó Águila Real, y él me dijo que me había escrito ese papel a mí. Yo traigo a cuestas este personaje desde entonces”.
En un diálogo, Cortés (D’Amico) le dice a la hija de Moctezuma II:
Señora, yo pasaré a la historia como el gran héroe épico del siglo XVI y vos no sois más que una sombra.
“Mi tarea –explica Aragón–, mi labor, porque así me escogió el destino, es evitar que esa sombra desaparezca del todo, tratar de que la voz de Isabel se escuche, se conozca, máxime cuando se han dado una cantidad de circunstancias en el mundo que de alguna manera nos acompañan en esta búsqueda por equilibrar los puntos de vista en la historia de la conquista”.