Los feminismos en Aguascalientes, un caleidoscopio diverso - LJA Aguascalientes
21/11/2024

  • Entrevista con Karina Leyva Rodríguez, sobre su tesis de maestría “Significados de feminismos y contextos sociopolíticos contemporáneos: reconfiguraciones locales y movimientos en Aguascalientes”
  • La documentación del movimiento feminista en Aguascalientes sirve para dialogar con la historia y marcar un rumbo

 

 Para la socióloga Karina Leyva, la documentación del movimiento feminista en Aguascalientes sirve para dialogar con la historia y marcar un rumbo. Con un análisis de los contextos sociales, culturales y políticos dejó plasmadas en su tesis de maestría las permanencias y cambios en el movimiento feminista del estado, así como la definición del papel de organizaciones civiles de los años 90 a la fecha. Por su relevante análisis desde la sociología y la ciencia de datos con perspectiva de género, LJA.MX realizó una entrevista a Karina Leyva Rodríguez, quien ganó el concurso de la maestría en Ciencias Sociales del Centro Universitario de Ciencias Sociales de la Universidad de Guadalajara, cuyo premio es la publicación de un libro que tiene como parteaguas la tesis de maestría “Significados de feminismos y contextos sociopolíticos contemporáneos: reconfiguraciones locales y movimientos en Aguascalientes”, por abordar la realidad social, los cambios simbólicos en el discurso, que recupera la historia y la pone a dialogar. Para la realización de la tesis, Karina utilizó un software que se caracteriza por utilizar el lenguaje de programación “R”, para el procesamiento y el análisis de los datos obtenidos. 

El movimiento latinoamericano por la despenalización del aborto, destaca Karina Leyva, es el resultado de las movilizaciones de mujeres en Argentina por la interrupción legal del embarazo. En Aguascalientes, como en el resto de la república, la influencia de las movilizaciones durante 2018 en Argentina sirvió de inspiración para volver a visibilizar la carencia de la garantía y el acceso pleno de las mujeres a los derechos sexuales y reproductivos, produciendo en consecuencia manifestaciones en el contexto local, se lee en su texto. 

“Después de diversas acciones que comenzaron a surgir en Aguascalientes para que las mujeres puedan abortar, sucedió algo extraordinario, se organizaron un montón de mujeres jóvenes para manifestarse a las afueras del Congreso, esto en 2018. Estaban las movilizaciones masivas en Argentina pero acá no lo habíamos visto, el antecedente fue la Primavera Violeta en 2016, que sí fue una marcha grande, pero la dimensión y la espontaneidad con la que se dio esta última me impresionó, y dije por supuesto que la tengo que estudiar, tengo que saber quiénes son ellas, de dónde salieron, identificaba a algunas compañeras feministas que suelen estar presentes constantemente pero había un montón de chavitas, nuevos personajes que no alcanzaba a identificar, por eso dije, tiene que quedar documentado. Además, la historia del feminismo siempre se ha centrado en la CDMX y alrededores, grandes urbes, como Guadalajara, pero sobre Aguascalientes nadie estaba escribiendo propiamente del movimiento, aunque tenemos mucha producción de estudios de género, no de esta parte política histórica, de ahí surgió mi interés por hacer esta tesis.

“Aunque Aguascalientes viene de contextos hostiles, no se veía la efervescencia de ahora, y yo decía pero si Aguas no es eso, sí tenemos un contexto conservador, pero la represión no es como una dictadura, no estamos sitiados militarmente, ahora lo que ocurrió el 8M es un tema a discutir, pero antes no se veía represión en la calle por parte del Estado. Derrida hablaba mucho de la hostilidad al extranjero, aquel que es diferente, aquel que no encaja en lo que la sociedad quiere, esa fue mi inspiración, esa hostilidad. 

“Yo propongo contextualizar como hostiles aquellas totalidades en las que existen sociedades conservadoras donde predomina la heterosexualidad como estructura, no sólo como una orientación sexual, sino toda una estructura en donde las mujeres tenemos que ser calladas, obedientes, dedicadas al espacio privado, una carga de valores judeocristianos y una política basada en la protección del Estado, aunque simultáneamente el Estado se encuentra ausente y promueve esta exclusión de aquellos que no cumplen las normas ni valores, y eso lo que genera es un estado de precariedad y vulnerabilidad para poblaciones como mujeres heterosexuales, mujeres lesbianas y mujeres trans. Lo pensaba yo más como hostilidad más que como una violencia explícita, más simbólica y desde las esferas del poder.

En el documento, Karina Leyva expone que la Comunidad Feminista es resultado de la unión entre diferentes generaciones de feministas, las históricas, con activismo desde 1990, las millennials, que utilizan las tecnologías de información y comunicación y las adolescentes del nivel educativo de secundaria y de bachillerato, que están acercándose al feminismo por medio del consumo. También destaca el trabajo de la XEUAA, que tuvo en los micrófonos a Claudia Rodríguez, Verona Valencia y Marcela Martínez Roaro, quienes a través del Centro de Capacitación para el Desarrollo Comunitario radiofónico contaba con una perspectiva crítica, de sensibilidad social, este medio de comunicación era la alternativa ante la prensa, televisión y radio comerciales que existían entonces.

“Este movimiento que se desarrolla en la actualidad acá en el estado es parte de una tradición de otros movimientos sociales, unos no muy obvios, quizá no eran masivos o visibles, pero estaban, las primeras asociaciones civiles que empezaron a retomar temas sobre mujeres no fueron propiamente feminista o el feminismo que conocemos ahora, empezaron en 1990, y a lo que me dediqué fue a saber cómo llegaron a esa manifestación [diciembre, 2018] y cómo siguieron organizándose después de la manifestación.

“Para la investigación, comencé a tejer las redes con la pregunta de a quién acudes con quien te alías, incluso con quien no quieres trabajar cuando necesitas ayuda emocional, física, económica, de soporte, y ahí comenzaron. Hay dos tipos de alianzas feministas en Aguascalientes, hay dos generaciones de feministas, una que surge a partir de los noventa, que no es que se asumiera feminista sino que trabajan en pro de los derechos humanos de las mujeres, y una nueva generación trabaja en contextos virtuales, muchas organizaciones así surgieron, y tienen un gran poder de convocatoria, a la generación de los 90 las llamé las Históricas, marcan un parte aguas. La nueva generación se denominó feministas Millennials, pero contrario a lo que parecía al inicio, no hay rivalidad o enemistad entre esas dos generaciones, al contrario, al apoyarse mutuamente, las millennials reconocen el trabajo de las históricas al poner grandes cimientos para el cambio, ahora accionan en otros niveles pero piden el consejo y la ayuda, las históricas reconocen las nuevas herramientas de las millennials, que no tienen miedo de nombrarse feministas, que usan las redes sociales, que no necesitan estar en un espacio físico, las históricas quieren negociar con el Estado, mediar, las milenias ya no, no confian en el Estado, en ese diálogo surge la Comunidad Feminista que no integra a todas las feministas del estado, pero sí a un número importante y una diversidad, hay un caleidoscopio de organizaciones feministas, no todas están en diálogo constante, no todas trabajan juntas en todo momento, pero sí existe una red importante que está latente, existen dos tipos de red, una que permanece en el tiempo como las históricas, que se siguen apoyando, pero desde los 90 hasta ahora, las mileniales, que todavía no tienen una agenda completa, un plan de trabajo concreto al menos en el primer momento de mi estudio en 2018-2020, pero cuando surgía una amenaza todas se unían y rápidamente sacaban un plan de acción, esa red se disolvía después de la amenaza. Las históricas son plurales, le entraban al rollo ecologista, también a combatir el VIH, los derechos sexuales y reproductivos, eran aliadas de la comunidad LBGT, formaban parte de muchas luchas, aunque no se tratara de las mujeres específicamente, las millennials trabajan de otras maneras, su lucha es porque no se criminalice más a las mujeres o contra acciones legales como “proteger la vida desde la concepción”, ellas son una marea verde que está contra una muy grande que es la celeste, que tiene fuerza en este contexto.


A la par, Karina Leyva documentó que si bien no fue la primera organización por los derechos de las mujeres, sí fue la que logró abrir espacios para temas que eran inimaginables en el contexto conservador de Aguascalientes en los años 90: el colectivo Movimiento de Acción Lesbofeminista “El MAL de Aguascalientes”, con Chuy Tinoco, sus militantes fueron las primeras en conformar un espacio de reflexión feminista a través de la escuela de feminismo libre Dolores Jiménez y Muro en el 2005, donde se formaron un número significativo de las activistas que actualmente conforman los grupos feministas y LGBT más fuertes de la entidad, como el Observatorio de Violencia Social y de Género, con Mariana Ávila, Morras Help Morras con Dahlia de la Cerda, Movimiento Disidente y Colectivo Raíz, con Sara Montes.

“Dentro del caleidoscopio que son las organizaciones, está muy focalizado el poder en unas pocas, no me refiero a que sean tiranas, sino a que centralizan los recursos, tienen mayor acceso a estos y los comparten con las demás, tienen mucha información y la comparten con las demás, se expande a las orillas de la red, en la crisis funciona bien, toman la batuta y organizan a las demás pero esto mismo luego puede ser un punto de conflicto, digamos, si alguien hiciera ese mapeo y detectara al ente que tiene el poder, y quisiera desarticular el movimiento feminista diría con eliminar estas organizaciones desbarato todo, porque son las que unen la red, las acciones dependen de unas pocas.

“El movimiento feminista y el LGBT están muy unidos, les preguntaba yo a las feministas, a quién acudes cuando tienes que hacer una manifestación y continuamente surgían los nombres de organizaciones LBGT, y al revés, sí hay un intercambio pero en momentos de crisis, lo que no hay es una agenda a largo plazo o un programa continuo entre ambos movimientos, yo originalmente quería estudiar era la red de lesbianas organizadas y me encontré con que no hay en el aspecto político, en una agenda a largo plazo, justo las mujeres lesbianas no tienen un programa propio de las mujeres lesbianas, sino que se encuentran insertas en organizaciones feministas.

“Hasta este momento hay 28 organizaciones activas que trabajan desde diferentes espacios pero que cuando surge una amenaza concreta rápidamente se unen, se dejan a un lado las diferencias que puede haber, en todo movimiento social hay diferencias, desencuentros, nada es homogéneo, eso es lo interesante, tienen la oportunidad de volverse a organizar, lo interesante es que estas redes son reactivas, te pegan, reaccionas, te pegan, reaccionan, y eso puede ser bastante malo en el movimiento a mediano y corto plazo, no encontré que estas organizaciones tuvieran aliados concreto y relevantes, sí me decían, pues mi liado es tal diputado, este funcionario de esta institución, en el cabildo, pero no encontré una red de mujeres feministas que estuviera inserta en los espacios de poder que estuviera tomando decisiones, el movimiento feminista esta reaccionando desde afuera, lo que sí encontré es que tienen respaldo isntitucional. Hay una disputa entre los poderes del Estado, el Poder Legislativo local siempre está coartando los derechos y ahí es cuando interviene la Suprema Corte o entra Derechos Humanos nacional a enmendar la plana, pero las feministas no tienen acceso, el campo de acción es importante que se coloque en la agenda pero sigue estando alejado de las esferas de poder. 

Justo después de la megamovilización que fue el 8M y el 9M por Día Internacional de la Mujer y el Paro Nacional Un Día Sin Nosotras del 2020, comenzó la cuarentena por la pandemia de covid 19.

“Las manifestaciones del 8M muestran que el movimiento va más allá de una pandemia, el hartazgo es más fuerte que eso, al final cuando eres tan vulnerable acabas poniéndolo en balanza, eso encontré entre las activistas que están chambeando todo el tiempo, de manera clandestina o en redes, trabajan por la vida, es bien fuerte porque el discurso provida es ese pero realmente quiene está luchando por la vida son estas activistas, ya no te puedes asustar más cuando vives entre el miedo o el terror de que te desaparezcan o te maten pues no va a haber nada que las detenga. Primero, el reconocerse como parte de algo, cuando has vivido violencia y alguien te dice que ha pasado por lo mismo, trabajan a partir de eso para luchar por una mejor vida para todas, sabes que puedes acudir a otras, no voy a romantizar el movimiento, en Aguascalientes todavía está acotado a ciertos sectores sociales, pero que sea tan masivo es una invitación a que las otras se pregunten al menos qué está pasando, lo que no se nombra no existe y lo que han hecho en Aguas es nombrar. Segundo, va creciendo, por ejemplo, antes sólo existía una red de mujeres que acompañaba a abortar, ahora hay muchas más, jóvenes que encuentran otras formas de hacer lo mismo. 

Concluye en su tesis Karina Leyva, que aunque de manera interna existe la preocupación de que el feminismo se esté politizando debido a un gran boom mediático, esta es otra estrategia que puede ayudar a lograr apoyo social para sus objetivos y crear un discurso más amigable para otros sectores que quizás en momentos históricos previos no las habrían apoyado. El movimiento feminista no está sufriendo un cambio generacional necesariamente, es un momento de transición en el que las generaciones más jóvenes están siendo capacitadas por las generaciones más veteranas para que puedan afrontar una realidad cada vez más compleja.

“El feminismo ha llegado a un momento en que es dogmático, pero el feminismo no es eso, tiene que ver con una red, con una diversidad. Ningún movimiento social trasciende de manera orgánica, las luchas sociales son doloras, son caóticas, la historia nos lo cuenta, no tendríamos que esperar que el movimiento feminista fuera la excepción, para nada, lo que creo es que hay dos posibilidades, es la oportunidad de que se vuelva masiva o potencializa que haya una agenda concreta y se organice para que se fortalezca, o se disuelva quizá en unos pocos años, que no creo porque le contexto nacional e internacional ha puesto al movimiento bajo el lente y todo el tiempo estamos viendo que hay movilizaciones de mujeres y eso es inspirador, no es que sea una réplica pero sí es inspiración, entonces lo que falta es que en lo local tenga su propia agenda, eso pasó en 2018 con el pañuelazo de Argentina, pero eso es la punta, falta una agenda concreta a largo plazo, como un montón de asociaciones y colectivas que trabajan en lo individual. Ahora hay una edulcoración del feminismo, un movimiento estético, he escuchado decir ‘es que son activistas de Instagram’. 

“A lo mejor falta retomar la parte teórica del feminismo, no quiero sonar súper académica y dogmática pero al menos hasta que exista una línea clara de acción, sino eso crea al final un caos. Yo sí soy de la idea de que activismo sin teoría es pura ideología, falta fortalecer la formación política, el proceso del feminismo yo creo que es un proceso formativo continuo que no tiene nada que ver con la academia, muchas de las feministas teóricas han salido del feminismo comunitario. Es un alma de doble filo, mientras en muchos sectores la palabra feminismo es muy rechazada, muy estigmatizada, de ser un producto más, falta repensar una estrategia para llegar a quienes quieren llegar.

“Este es un trabajo que demuestra que la academia y el activismo pueden funcionar, es un momento para documentar lo que está pasando, analizarlo, que sea benéfico para las organizaciones y la sociedad. Una nueva generación de investigadores está tratando de hacer más accesible la academia para compartir con todos.” 


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Tania Magallanes

Jefa de Redacción de LJA. Arma su columna Tres guineas. Fervorosa de lo mundano. Feminista.

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