Una de las mejores maneras de ejercitar el cuerpo y el alma es por medio de la danza. Los bailarines en cada paso que ejecutan durante su presentación nos rebozan de alegría y por tanto reciben nuestros aplausos.
Desde hace algunos años son gran admiradora de los adultos mayores que bailan danzón, hay varios grupos y aunque con diferentes técnicas y estilos siempre encuentro, satisfactoriamente las mismas características, todos lucen radiantes, sus sonrisas son cautivadoras además de ese porte, belleza y gallardía que logra captar nuestras miradas.
El danzón no es una cosa fácil, se necesita de mucha precisión, delicadeza y técnica para poderlo bailar además de tener una gran conexión con su pareja para que la energía fluya y los veamos flotar.
Para muchos de los adultos mayores el tiempo que toman en la semana para sus clases de baile es mucho más que solo baile, es la oportunidad que tiene para salir de casa, de los problemas de padres o abuelos y ser ellos mismos. La convivencia con sus compañeros les permite recrearse en un espacio donde la inspiración y la pasión por la danza los lleva a encontrar un fruto en las coreografías.
Las clases de danza también les permiten ejercitarse. Tienen calentamientos sencillos que les ayuda a activar la circulación y las posturas de baile les ayudan a trabajar fuerza, algo muy importante para mantener sana la columna y el sistema óseo en general y es que la verdad pasar una hora o más con la espalda derecha, los brazos flexionados con los codos arriba mientras practican en un muy buen ejercicio de resistencia.
Muchos de esos adultos mayores no tendrían ninguna actividad física sino bailaran. Estarían dedicados a sus actividades cotidianas sin hacer algo que les ayude a estar en forma, lo que conlleva a practicar también en casa para aprender bien las coreografías. En ocasiones esto propicia que los miembros de la familia se involucren también en el proceso, y el danzón se convierte en una tradición que pasa de generación en generación.
Algunos otros más disciplinados incluyen clases particulares para tener más práctica, aprender las nuevas tendencias del danzón, así como el empleo de instrumentos para hacer más bella su ejecución. En ocasiones son familiares más jóvenes quienes imparten estas clases, aunque también, ya inmersos en la era virtual toman clases por videollamada con maestros de otra parte de la República.
Bailar los mantiene activos y creativos, no únicamente se organizan para ensayar sino también para la creación de su vestuario. Eligen el diseño de sus vestidos, el tocado que lo acompañará, cómo se peinaran, y, el día de la presentación incluye el maquillaje. Los trajes casi siempre los confecciona una de los miembros del grupo, lo que fomenta el autoempleo, mientras coordinan su vestuario con la vestimenta de sus parejas, pantalón, camisa, tirantes o saco, en ocasiones acompañado de un sombrero, de esos del tipo de los años 40’s y una flor que combine con el tocado de su chica.
Nosotros disfrutamos apenas unos minutos la ejecución de las piezas, sin recordar el tiempo que invirtieron para poder llegar a ese momento, en el que todos les aplaudimos y esperamos que continúen bailando.
El danzón es el tipo de danza con el que crecieron, como tradición familiar, nuestros adultos mayores actuales. Es un baile lleno de matices y perfecto para su edad, pienso que algunas generaciones no podrán continuar el baile con el que crecieron, por ejemplo, dudo mucho que en algunos años haya grupos de adultos mayores que practiquen el break dance, por mucho que les encante el hip-hop.
Como humanos todos necesitamos reconocimiento, es importante el tener esos refuerzos positivos de vez en cuando así que cada vez que aplaudimos a un grupo de adultos mayores de danzón les damos ánimos para que continúen bailando y les hacemos saber que somos partícipes de lo que ellos aman.
Estas generaciones de adultos mayores actuales no crecieron con la cultura de ejercitarse para mantenerse en forma. Cuando el doctor les dice que tienen que hacer ejercicio no lo toman enserio y continúan sin actividad física, pero si les dicen que van a bailar y escuchan la música de danzón, salsa o merengue son los primeros en ir a la pista.
El danzón como expresión artística los hace mantenerse sanos, mental y físicamente. Los grupos de danza son un acompañamiento para su sano pasar de los días y el ejercicio que necesitan para mantenerse activos.
Cuando paseamos por el centro y encontramos las tardes de danzón es imposible no quedarnos a disfrutar las coreografías de nuestros adultos mayores. Cada suave movimiento de sus pies, la delicadeza de sus manos para tocar a sus parejas, la satisfacción de hacerlo que aman y les gusta.
La reunión es cada sábado en el Jardín de San Marcos, disfrutemos el danzón desde el corazón de cada uno de sus ejecutante y quizá tengamos la oportunidad de bailar con ellos pronto e invitan al público a aprender con ellos y compartir unos instantes de su felicidad.
Laus Deo
@paulanajber