Una de las obras más antiguas e icónicas de Aguascalientes es el Puente de San Ignacio, el cual tiene más de 200 años de haber sido levantado. Fueron los jesuitas en 1743 los que tuvieron la iniciativa de crear este enlace, con el objetivo de cruzar sin apuros el río San Pedro.
Tomó 54 años poder completar esta obra, que fue inaugurada en 1797 y nombrada en honor a San Ignacio de Loyola, fundador de este grupo religioso. Este puente sirvió para comunicar Nueva Galicia con Zacatecas durante la época colonial. Además, el ejército insurgente lo utilizó durante la guerra de Independencia. La historia de este lugar es rica, sin embargo con el paso del tiempo su estructura se ha ido deteriorando.
En años recientes era utilizado por automovilistas y transportistas para cruzar el río. Esto causó un desgaste importante en la construcción, por lo que fue necesario intervenir para conservarla. Primero se cerró la circulación a vehículos de motor, construyendo una vía paralela que serviría con ese propósito. Posteriormente se tomó la iniciativa de restaurar el puente, que después varios meses de trabajo fue completada.
Las obras de restauración y rehabilitación tomaron nueve meses y tuvieron un costo aproximado de 6 millones de pesos. Todo el trabajo que se realizó alrededor de esta estructura tuvo el apoyo y supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Ahora este lugar está destinado solamente al paso de peatones. De acuerdo al INAH este sitio está catalogado dentro del Camino Real a Tierra Adentro.
Todavía no se termina con la intervención de esta zona. Se trabajará en la remodelación y rescate del sistema de conducción pluvial, que también incluirá el cauce del río. Posteriormente dará inicio la construcción de otro camino para automóviles, lo cual va de acuerdo al proyecto de movilidad estatal.