“El hombre es la larga sombra que el niño proyectará en el tiempo. Instruir a un niño es preparar la venidera historia del mundo”, Borges.
El preámbulo económico manifiesta un sinfín de variables que son posibles de cuestionar para lograr entender el porqué de la situación actual, es decir, tenemos un territorio amplio que contiene una gran riqueza natural, existen condiciones para explotar de modo responsable los tres sectores de la economía, en la misma tesitura existen acuerdos comerciales internacionales que permean el intercambio de mercancías con otros países, incluso se cuenta un clima que favorece a ciertos sectores. Lamentablemente la consecuencia de estos elementos favorables es otra y es muy contrastante con lo deseado.
Vestigios, pérfidas, atisbos.
La pobreza se considera como un estado en el que la persona no cuenta con lo necesario, que no tiene acceso al menos a un producto de la canasta básica. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social se reporta que en México existen 5 millones más de personas en pobreza laboral, el indicador llegó a un nivel de 39.4% lo cual representa 3.8 puntos porcentuales. Existe un desequilibrio en la distribución del ingreso. La oferta laboral que existe es precaria y tiene menores consideraciones para quienes buscan una oportunidad, desde la seguridad social hasta el esquema de remuneraciones. Los vestigios de una economía loable han quedado en el olvido. La desigualdad es un problema mundial.
Existen diversas métricas para poder medir la desigualdad y la pobreza de un país, particularmente considero y coincidió con economistas como JK Galbraith, Paul Krugman y Joseph Stiglitz en que el coeficiente de Gini es uno de los esquemas más certeros para arrojar datos, consiste en medir la desigualdad en los ingresos dentro de un país, no obstante, se puede utilizar para medir cualquier forma de distribución desigual, cabe mencionar que quien se encarga de calcular índice es el propio Banco Mundial junto con un grupo de investigadores sobre el desarrollo. Los tres tipos de desigualdad que son considerados son: el ingreso, el salario y la riqueza.
Lamentablemente México se encuentra dentro del 25% de países con mayores niveles de desigualdad, el coeficiente reportado en el año 2020 es de .48 (Banco Mundial). Lo cual expone convergencias sociales, económicas y políticas, también dimana la pregunta ¿Por qué estamos así? Como todo en la vida pública, debe de existir un responsable. Pero ¿Quién pudiera ser? ¿El gobierno? ¿Una sociedad apática? ¿Nuestro pasado? Es el laberinto de la sociedad que mencionaba Octavio Paz y la excelsa referencia de Jorge Ibargüengoitia.
Es verdaderamente contrastante el vislumbrar que en nuestro país casi en cada esquina hay una persona pidiendo limosna, pero en todos los estados de la República hay campos de golf. Es verdaderamente contrastante entender que existen 55 millones de personas en estado de pobreza, pero también tenemos a Carlos Slim, uno de los hombres más acaudalados del mundo, no se esgrime que sea una confabulación sistemática sobre la clase desfavorecida, no obstante, el tema de desigualdad es una realidad, es una cruda realidad sobre la que esta cimentada la economía de esta nación. Los esquemas de colaboración entre las instancias de gobierno y sociedad han acabado en reyertas que pocos entienden, de tal modo, que la situación cada vez es más precaria y preocupante. Los desequilibrios y la falta de educación financiera propician un panorama poco alentador.
“El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente”, John Maynard Keynes.
Las condiciones de oferta y demanda que se presentan en el mercado permean el comercio y estimulan a los sectores productivos, en tanto que, es una cuestión profunda de análisis el poder vislumbrar o entender que no son las mismas posibilidades las de un niño que acude a un colegio privado y es desplazado en un vehículo particular, a las de un niño que tiene trabajar desde sus primeros años para poder costear el uniforme escolar y costear el traslado a su escuela. Incluso desde la perspectiva empresarial. Las condiciones del mercado, aunque son favorables, no son ecuánimes, son altamente desiguales, no se si pueda plasmar que son injustas, porque hablar de justicia es hablar de parámetros muy distintos a los que muestra el coeficiente de Gini, del mismo modo eso sería entrar en una retórica posiblemente inacabable. Sin embargo, insisto y recalco que la desigualdad es inaceptable en las proporciones que la estamos viendo.
El activo más importante que tiene el ser humano es su mente, independientemente de que existan elementos favorables o desfavorables, si se cuenta con educación financiera y con una noción sobre como funciona el sistema, entonces existirán mayores posibilidades de reducir esa desigualdad, tanto de manera individual como colectiva. Finalmente, aún sigue siendo una decisión propia.
In silentio mei verba, la palabra es poder.