La Cháchara es también un reducto de la legalidad, las reglas del grupo son dispuestas de forma clara y precisa desde el principio, conocidas y aceptadas por todos, como en muchos y “muy exclusivos” grupos de Facebook, pero en este en particular, se cuenta además, con un reglamento en toda la extensión de la palabra que posee incluso estructura y técnica legislativa debida, lo que resulta remarcable, sobre todo si se le compara con diversas áreas del ejercicio administrativo de los tres niveles que van funcionando conforme a la improvisación. La forma de cumplir con la publicidad debida, de sus normas, se asegura formalmente con la aceptación de estas, como requisito sine qua non para la aceptación de ingreso.
El tema de la publicidad que se debe dar a las normas, es un elemento importantísimo, porque por supuesto las personas deben conocer el entorno dentro del cual pueden moverse con apego a derecho y en caso de incurrir en alguna vulneración a esta esfera preestablecida, poder de antemano conocer, los alcances y penalizaciones en que se puede incurrir; la ignorancia, por su parte, coloca a la voluntad en un terreno delicado, en la Cháchara las normas son pocas, pero son claras y por si no lo fueran para alguien, siempre están ahí los moderadores para aclarar cualquier duda o error en que se pudiera incurrir en las subastas.
Los actos jurídicos, a la luz de la teoría de las obligaciones, poseen ciertos elementos que determinan la existencia del acto mismo, también hay otros elementos que determinarán su validez, al respecto en las diversas subastas se pueden verificar todos ellos a cabalidad.
- a) La manifestación de voluntad: las ofertas lanzadas cuando se abre una subasta, son claras, el dueño está dispuesto a ceder la propiedad de su preciado libro, al mejor postor, siempre que este, emita su oferta en el tiempo y forma preestablecidos.
- b) Licitud: al respecto se actúa de buena, presumiendo la propiedad y posesión legítima de los libros que son subastados, todos ellos objetos enajenables lícitamente.
- c) Ausencia de vicios: los libros deben ser descritos en su estado, especificando a detalle sus condiciones de uso, si son nuevos, si tienen alguna ruptura, subrayado (dedicatoria, como en el caso del libro de Snoopy), o cualquier otro detalle que sea relevante para el interesado en ser su nuevo dueño.
- d) Capacidad, este elemento quizá se da por descontado atendiendo a las políticas preestablecidas por el propio Facebook para poder abrir una cuenta, se debe ser mayor de edad, lo que en automático genera la presunción legal, virtud a la cual, todos los mayores de dieciocho años, terminan su vínculo de patria potestad y comienzan el ejercicio de su capacidad de forma autónoma. Es decir, por obvio, todos los miembros de la Cháchara deben ser capaces legalmente, dado que todos tienen una cuenta de Facebook.
- e) Formalidad y forma, existen dos tipos de subastas, las de un libro o las de lotes de dos o más libros, las primeras tienen como puja inicial $1.00 y de ahí va subiendo de peso en peso, hasta que en el minuto cero del cierre de la subasta, se posiciona como ganador, quien tenga la puja más alta que haya entrado en tiempo. Las de lotes, requieren de una puja mínima de $5.00 para abrir subasta y las pujas subsecuentes deben realizarse en múltiplos de esa cantidad, el ganador se determina atendiendo a las mismas reglas de la otra subasta.
Se debe establecer también el lugar de entrega del libro, hay algunos ofrecidos por particulares, que son entregados en el domicilio de sus dueños, muchos otros, la mayoría, son de las librerías de viejo y como ya se dijo, esto plantea tentaciones múltiples al conocer estos interesantísimos lugares.
Las subastas ganadas, deben concretarse en la entrega – recepción del libro, por lo que desde la perspectiva jurídica podrían considerarse como contratos reales, dado que es indispensable la entrega para concretar la venta, de lo contrario, si el libro no es recogido en el plazo de una semana, contada a partir de la fecha de triunfo en la subasta, el libro queda libre de volver a ser ofertado.
- f) Existen también subastas de duración normal y exprés, lo que deberá anunciarse desde un inicio.
Otro elemento jurídico muy importante en el Cháchara es el establecimiento de los ganadores, lo que ocurrirá sólo después de la manifestación expresa que realice el moderador que funge como árbitro de las subastas, quien, luego de hacer una precisa operación de impresión de pantalla al reloj de Facebook, mostrará con esa evidencia, quién es el ganador de la subasta, esto sobre todo para hacer evidente la hora en que entró la puja y que, consecuentemente quede demostrada la legalidad de la oferta.
Por lo que hace a la posibilidad de impugnar, al efecto es nula, la omnipotencia de los medios electrónicos y su reloj, favorecen que no haya mucho por discutir dado que adicionalmente a la hora de la puja, no hay muchos elementos para debatir, puesto que ciertamente las reglas son muy claras. Es así que la determinación de gane, en las subastas, es inapelable.
Y para concluir, permítame el lector compartir que entre las posesiones valiosas que he podido competir en la Cháchara y ganar, con buena fortuna, está un tomo de Salvat que incluye tres cuentos de Vargas Llosas, dos muy poco comunes: “Día domingo” y “El desafío”, hallazgo que para un dedicado seguidor del autor, es un tesoro. Pero ganar no es aleatorio, trae en sí un ejercicio de concentración y planeación, la técnica para ganar es importante, hacerse presente con una puja inicial y estar al filo del final con los dedos ágiles ofreciendo y oprimiendo enviar en el momento preciso, en eso en que la legalidad todavía ampare tus más fervientes y obsesivos sueños lectores.