Los Geochicos son un grupo de infantes, adolescentes y jóvenes, integrado por habitantes de la comunidad rural Los Parga, perteneciente a la jurisdicción del Municipio de Aguascalientes, colectivo ambientalista que, entre amigos y risas, comparten a su corta edad, una visión de futuro común a favor de su comunidad enclavada en el Bosque de Cobos, zona declarada Área Natural Protegida, la cual forma parte de las cinco existentes en el Estado de Aguascalientes.
Vulnerado, Bosque de Cobos posee y aporta a la entidad un significativo valor ecosistémico, ahora amenazado ante el fenómeno global del cambio climático, la degradación de tierras, disponibilidad del agua, la especulación inmobiliaria, la depredación de sus recursos naturales, la reducción o pérdida de la biodiversidad, por lo que se reconoce la importancia de la conservación de este ecosistema y el consiguiente bienestar de las comunidades aledañas, mediante programas de desarrollo ambiental y social, con base en los principios de justicia entre generaciones, el bien común y el fomento de la economía solidaria.
Con ello se están constatando los límites planetarios de crecimiento desde lo local, al imponerse una carga excesiva a causa del estilo de desarrollo obligado por el capitalismo desde la Revolución Industrial a la fecha, que esgrime como prioridad la rentabilidad y el mercado, que amenaza con la extinción a todas las formas de vida existentes a nivel mundial, a lo que no escapa nuestra entidad.
Esta comunidad presenta en la actualidad, un grado importante de pobreza la cual se traduce en marginación social y económica, acompañadas de componentes como el desempleo, el rezago educativo y la deserción escolar, la desintegración familiar, adicciones, embarazo en adolescentes, salud precaria, violencias de diversa índole, delincuencia y una creciente problemática en adicciones, como las principales manifestaciones de la lacerante marginación que contrasta con la enorme riqueza biológica, geográfica y cultural que se posee y los exiguos apoyos gubernamentales para atender estas realidades.
Ante este panorama, el grupo de niños promotores ambientales, se suma a trabajar por la conservación, restauración y promoción del Bosque de Cobos y de sus comunidades, en el marco de los objetivos de la asociación civil Amigos del Bosque de Cobos, los cuales se orientan también, a contribuir y dignificar las condiciones de vida de los habitantes de la localidad, en particular de las niñas, los niños y jóvenes en situación de riesgo y/o marginación social.
Es por lo anterior que además “…se busca contribuir a la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales y del medio ambiente a través del amor, el orgullo y sentido de pertenencia a la propia comunidad y a todo el ecosistema del Bosque de Cobos, incluyendo el respeto por la flora y la fauna y ser guías de los sitios de interés para difundir los patrimonios geológicos, paleontológicos, biodiversos, históricos y culturales.”, de conformidad con la misión de esta organización social, que igualmente se alinean con la Unesco al afirmar que los grupos humanos son “…quienes los crean, los disfrutan, los transmiten, los difunden o educan en ellos”.
En consecuencia, se perfilan hacia la promoción de una cultura y gestión ambiental, que fomenta la defensa y la mejora del medio ambiente, así como de hábitos de vida saludables, mediante la reflexión y el análisis en forma individual o grupal en el convencimiento de que la naturaleza es el pilar fundamental de la vida, por lo que hay que animar a la participación y sensibilización social a fin de expandir los valores de la convivencia, la solidaridad y la cooperación.
Estos cordiales Geochicos, mediante el recurso de los senderos interpretativos, asumidos como una herramienta ecoturística autogestiva, invitan a reconectar con la naturaleza con el propósito de despertar la curiosidad entre los paseantes que descubrirán el alto valor patrimonial natural y cultural que posee la localidad y su ecosistema, así como facilitar la comprensión de aquello que se encuentra al aire libre, por lo que esa experiencia se transforma “ …en un producto educacional, cultural y/o turístico (…), que facilita la comprensión de valores culturales y naturales, cumpliendo una labor de sensibilización y educación que utiliza el área patrimonial como referente”, señalan los investigadores Izquierdo, Juan y Matamala.
Esto se comparte con el visitante que se ve involucrado en una suerte de exploración vivencial del medio, en un entorno de aprendizaje natural de donde se obtiene la comprensión que fomenta el deseo por aprender sobre diversos temas que despiertan el gusto por las ciencias, la paleontología, la historia y el arte, que a su vez suscita un sentido de empatía que favorecen actitudes encaminadas a sensibilizar sobre la importancia y la protección del entorno en que vivimos, que conlleva objetivos de la educación ambiental como un proceso que a lo largo de la vida propone una relación armónica y equitativa entre sociedad y naturaleza.
Así en una experiencia siempre nueva y al lado de los paseantes a este bosque espinoso, redescubren la flora y la fauna del lugar, ayudan a valorar la importancia y dimensión social que posee su proyecto como promotores de su propio patrimonio para que disfrutemos de la naturaleza compartiendo el planeta con otros seres vivos y nuestra propia especie, para que conozcan su cultura que proporciona las pistas que ayudan a comprender y actuar para crecer en las mejores condiciones en este mundo en que vivimos.
Lo hacen dispuestos a escuchar para comprender y compartir el amor por la tierra de sus ancestros, con entusiasmo y calidez, en la que encuentran sosiego, inspiración y belleza. Por ese motivo son comunidad, asumen un compromiso ya que actúan en favor de la preservación del medio ambiente y de sus entornos naturales, realizando actividades sin ningún interés, solamente por el placer que produce el dar al otro, explorar o crecer.
Transmiten valores positivos. Hacen un llamado a la gente para que se sensibilice y busque contribuir a la recuperación y restauración de los entornos y de los ecosistemas, a participar del equilibrio entre ambiente construido y mundo natural en donde se integren las personas y comunidades con base en una sinergia que favorezca una respuesta resiliente del planeta, pues cabe afirmar que todo está interconectado, resultando de ello una construcción socioambiental colectiva.
Que ellos ejemplifican naturalmente mediante los siguientes comentarios:
*Cuidemos el Bosque de Cobos porque es el pulmón natural de Aguascalientes: Ángel Gabriel Rosales Meza.
*El Bosque de Cobos no solo encuentras paz sino encuentras armonía y un lugar mágico: Griselda Guadalupe Guerrero Gallegos
*Me gusta el Bosque de Cobos porque tiene un cierto tipo de magia, que no todos pueden ver: Elizabeth López Cornejo.
*A mí me inspira la naturaleza, los árboles, la vegetación, los animales que hemos visto en Bosque de Cobos. Y también me gustó mucho el taller de bombas de semillas: Paola Judith Guerrero Hernández.
Valoran su comunidad como un sendero por andar para mejorar su relación con el medio, ese andar es como un recurso para percibir y entender qué está ocurriendo y a partir de esta comprensión, proponer qué acciones a su alcance poner en práctica para el mejoramiento de su entorno inmediato y por ende el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar social de su comunidad. Por tanto, proponen sencillamente desarrollar un humanismo naturalista y construir una naturaleza con los seres humanos.
Se reconoce entonces que el aprendizaje desde el amor y la empatía se encuentra en el camino y no en la meta, en el propio medio, en la motivación que les inspira el lugar que los vio nacer, donde este grupo de pequeños ambientalistas cultiva el pensamiento crítico, independiente, la autonomía, la creación, la investigación y la creatividad.
Así este andar, que, a su vez experimental, se perfila como una poderosa e invaluable oportunidad educativa emancipadora, además de ser una oportunidad para la formación de ciudadanía y un aporte para la construcción de una cultura de paz, por consiguiente, el derecho a una vida sana y segura, en el marco de la democracia participativa.
Hecho que no se alcanza a dimensionar desde los escritorios ni desde los enclaves institucionales burocratizados, de la educación ambiental en el estado, cuya práctica se encuentra desvinculada del horizonte y de las necesidades de las comunidades, del trabajo de base en la materia, ya que si, se atiende solamente de manera cómoda a poblaciones cautivas, se estará descansando sobre el objetivo cosmético que genera la estadística que otorga imagen, plusvalía y postura política y que proyecta cierta eficiencia que no abona realmente a las políticas de desarrollo sostenible, por lo que habría que realizar programas sistémicos y transversales cuyas acciones coadyuven mediante la intervención a revertir y contener la crisis socioambiental en sus diferentes manifestaciones.
Coda: El grupo de los Geochicos, que este mes cumple dos años, se encuentra integrado por más de veinte miembros, en edades comprendidas entre los cinco y los veintitrés años. Se menciona a: Joseph Guerrero Hernández, Ernesto Martínez Guerrero, Diego Joan Rosales Reyes, Kevin Rosales Reyes, Paola Judith Guerrero Hernández, Cristina Guadalupe Monreal Guerrero, Esmeralda del Carmen Reyes Rosales, Zayra Guadalupe Soria Vargas, Cristian Raúl Martínez Guerrero, César Leonel Monreal Vargas, Isidro de Jesús Reyes Rosales, Flor Gallegos Torres, Carlos Antonio Márquez Guerrero, Ángel Gabriel Rosales Meza, Elizabeth López Cornejo y Griselda Guadalupe Guerrero Gallegos.
Geochicos del Bosque de Cobos: https://bit.ly/3eZNwFZ.
Julio de 2021