Ahora contextualice estimado lector. Es domingo por la tarde, suena su teléfono celular, observa la pantalla, es el número de su hermano que vive en otra ciudad, con el dedo desplaza el botón sobre la barra y responde la llamada. Qué onda carnal cómo andas. Bien y tu carnal, que haces. Aquí, ya sabes. Oye te llamo porque mi jefe acaba de contratar los servicios de Pegasus, así que, en este preciso momento puede estar haciendo espionaje telefónico con nosotros. Estamos en problemas. Qué hacemos. La Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) dice que, lo que papá está haciendo, es decir, el espiarnos es violatorio de nuestros derechos humanos, porque crea una vigilancia masiva que violenta los requisitos de necesidad, proporcionalidad y autorización judicial. Vamos a denunciarlo carnal. No creo que nos hagan caso, hay una dependencia que está bajo observación por esta actividad. No me digas, quién. La Fiscalía General de la República (FGR) en 2019 y 2020 compró programas de inteligencia para la geolocalización de teléfonos celulares y análisis de datos masivos. No me digas Carnal, pero entonces ya valimos, el jefe va a espiarnos a todos, hasta la jefa. Puede ser, pero si en algo te consuela La FGR no contrató a Pegasus sino a Neolinx de México. Cómo sabes todo eso. Un valedor trabaja en El País, me dijo que esa compañía la hace de intermediaria de la Hacking Team, una empresa italiana y que dan servicio de espionaje telefónico y ciberespionaje desde el gobierno del presidente más copetón que hemos tenido. A ver, entonces ya no entendí, este gobierno contrató a una empresa neoliberal para espiarnos. Exacto, mi compa de El País dice que la compra del servicio se hizo bajo la partida secreta en materia de gastos de seguridad nacional y sigue vigente, además de que los contratos no fueron transparentados por la dependencia en cuestión. Pero por qué esta administración le siguió con el contrato, no que con ellos no hay este tipo de actividades o costumbres. No sé carnal, la cosa es que la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) firmó un contrato por 24 millones de dólares el 30 de mayo de 2019; el argumento fue que era necesario tener un “servicio de localización geográfica en tiempo real para equipos de comunicación móvil asociados a una línea telefónica, consistente en instalación puesta punto, configuración y liberación de 135 mil búsquedas, sin que exista un límite de búsquedas diarias”. Oye carnal pero entonces ya no entendí, por que el que trabaja, vive y reina desde el palacio del primer cuadro de la capirucha dice que lo espían. Lo espiaban, el presidente más copetón que ha tenido México lo espiaba, a él, al hijo de Julio Scherer, a Alfonso Romo, a Alejandro Esquer, a César Yáñez, Jesús Ramírez, en fin, a todos los cercanos a don Andrés. Pero eso no es correcto. Claro que no, no lo es, pero aquí la cosa es que el actual presidente sabiendo que esas prácticas no son legales, lícitas, válidas, por qué ahora las está utilizando. Pero entonces, qué se usa ahora Pegasus o Neolinx de México y exactamente qué es. Básicamente es un software informático de espionaje, lo avanzado de este spyware es que no necesita ninguna acción de los usuarios como activar una aplicación, abrir un archivo o proporcionar datos personales, digamos que es inteligente se mueve de manera autónoma; funciona en teléfonos que tengan sistemas operativos Android, iPhone, BlackBerry (ninguno del Oxxo) y los aborda de manera totalmente invisible para el usuario. Cielos, entonces papá realmente puede estar escuchando todo esto. Definitivamente si, una vez instalado dentro del equipo telefónico, este spyware tiene la capacidad de acceder a todos tus datos; aguas carnal, borra las fotos que tienes de la vecina en traje de baño, pero eso no es todo, puede activar tu cámara, tu micrófono, tu geolocalización y obviamente “leer” tus mensajes en WhatsApp y en Telegram, aunque esta última diga que es súper segura y encriptada. Santo cielo, cuelga ya carnal, ahora no sólo el jefe sabe todo de nosotros, medio mundo tiene acceso a nuestra vida privada. Este sistema está programado para entrar al “cerebro” de tu teléfono a partir de las fallas de seguridad que presenta el sistema operativo y observarte día y noche. Mira carnal, buscando encontré esta cita en Forbidden Stories, “Este espionaje tiene consecuencias dramáticas y, en algunos casos, incluso mortales para los hombres y mujeres de a pie que han sido señalados por su trabajo de denuncia de las fechorías de sus gobernantes o de defensa de los derechos de sus ciudadanos”. Qué interesante carnal, pero por qué seguimos hablando por teléfono si no es nada seguro. Según los expertos en la materia dicen que este sistema está diseñado para apoyar a la lucha contra el terrorismo en todo el mundo, Pegasus dice que este spyware sólo se vende a las agencias gubernamentales verificadas y toma en cuenta su historial en Derechos Humanos, pero según los cuates que te dije, los de Forbidden Stories, dicen que muchos gobiernos lo han utilizado para otros fines y no para contrarrestar el terrorismo en sus naciones; en nuestro país, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electónica de Telecomunicaciones y Tecnologías (Canieti) Hugo Montoya Díaz dijo que existen dos tipos de espionaje, el telefónico, donde se busca escuchar las llamadas y el otro digital, para intervenir redes sociales. Pero cómo sabemos que nuestros aparatos están intervenidos. Ahí te va, Montoya Díaz identifica estos síntomas: El teléfono se sobrecalienta, lo que puede ser ocasionado por una mala señal, pero en el caso del espionaje, resta potencia porque dos equipos lo están usando al mismo tiempo y esto calienta el aparato; otro síntoma es que la batería se baje más rápido de lo habitual, la lentitud en el funcionamiento del equipo, la recepción de muchos mensajes desconocidos vía SMS o WhatsApp, que se abran ventanas emergentes de la nada, cobros no autorizados ruidos en la línea, ecos, interferencia, carnal, carnal, sigues ahí, ya no te escucho, carnal…
@ericazocar