Escuela Diocesana de Música Sacra. El arte de formar músicos/ El banquete de los pordioseros - LJA Aguascalientes
25/11/2024

Hace unas semanas platicaba yo con un amigo músico de Aguascalientes, la plática nos llevó a compartir nuestras mutuas experiencias en el bello arte de Orfeo, le comenté que yo impartía la clase de Historia y apreciación de la música en la Escuela Diocesana de Música Sacra desde el año 2011 y su expresión de asombro fue por demás evidente, me dijo: “¿hay una escuela de música sacra aquí en Aguascalientes?” Pues sí, la hay, también la sorpresa fue para mí, es decir, me cuesta trabajo entender, y lo mismo me entristece, que alguien relacionado con la música no esté enterado de que en Aguascalientes se cuente con una institución de estas características que ha dotado de músicos a nuestro estado, no solo en el aspecto religioso, –específicamente litúrgico–, sino en todas las diferentes formas y expresiones de la música. Muchos de los músicos que integran la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y miembros de diferentes coros, no necesariamente sacros, son egresados de esta noble institución musical a la que cariñosamente identificamos simplemente como la Sacra. Cantantes de ópera, maestros de música de todos los niveles educativos, integrantes de agrupaciones de rock, jazz, blues, incluso de los llamados grupos versátiles, y en general toda la vida musical de Aguascalientes está impregnada y aderezada por músicos egresados de la Sacra.

Haciendo un poco de historia, recordemos que la Escuela Diocesana de Música Sacra se fundó en enero de 1942, es decir, el próximo año se cumplen 80 de su fundación. La creación de la escuela fue estimulada por el entonces obispo de la diócesis don José de Jesús López y González quien consciente de la necesidad de impulsar y promover el canto sagrado favoreció la fundación de esta institución musical.

Se trata de la escuela de música en activo más antigua de Aguascalientes y las presentes líneas tienen el objetivo de reconocer, honrar y agradecer el trabajo del padre Mario Alberto Quezada, que durante los últimos cinco años ha fungido como director de la Escuela y que obedeciendo a las indicaciones del administrador diocesano, ahora cambia de destino y deja la dirección de la Sacra y esto, evidentemente marca un ciclo para nuestra amada escuela. Se cierra un período marcado, entre otras cosas, por la situación de la contingencia sanitaria provocada por la pandemia consecuencia del covid-19 que ha azotado la vida en todo el planeta tierra. La Sacra, como todas las instituciones educativas, tuvo que reinventarse para subsistir y seguir adelante con la formación de músicos en nuestro estado. Si de alguna manera estás involucrado, amigo lector, con la enseñanza de la música, entenderás fácilmente que las características propias de esta rama de las bellas artes, como en general todo el trabajo formativo artístico, requiere, exige, de la actividad presencial, dar clases de música a distancia, por muy adelantada que esté la tecnología y sin importar que tan hábiles seamos en el manejo de las redes sociales, es algo así como aprender a manejar por correspondencia. La enseñanza de la música necesita el contacto personal de maestro alumno pero esto era imposible, así que fue necesario ser creativo y continuar, cualquier cosa antes de claudicar, eso no ha sido nunca una opción para una institución musical comprometida y además con un prestigio que cuidar, un prestigio hecho a lo largo de 80 años de formar a los mejores músicos de Aguascalientes. De hecho este prestigio se hace evidente cuando en algunas de las escuelas de música más importantes de nuestro país al saber que uno de los estudiantes interesados en ingresar, por ejemplo, al Conservatorio de las Rosas de Morelia, al Conservatorio Nacional de Música en Polanco, o a la Escuela Superior de Música de la UNAM, vienen de la Sacra de Aguascalientes, les dan todas las facilidades para su ingreso.

Como ya te comenté amigo melómano, solo pretendo con esta entrega, reiterar mi reconocimiento, admiración, respeto y aprecio al padre Mario por su compromiso con la música, él mismo tiene una natural vocación musical, es un barítono de excelente nivel, perteneció a la prestigiosa Schola Cantorum del Seminario Diocesano de Aguascalientes durante sus años formativos y ese compromiso con la música lo mantuvo vigente durante estos cinco años al frente de la Sacra. Es una persona que más allá de su labor como sacerdote, entiende la necesidad de recuperar la esencia de la música sacra y de que esta regrese a los templos y sea apreciada en su verdadero contexto y valor litúrgico y no se quede solo en el disfrute estético en una sala de conciertos, muy justificado, por cierto. En las muchas pláticas que tuve con el padre Mario coincidíamos en eso, en que el canto gregoriano debería regresar al culto divino, que la Iglesia Católica debe cuidar y promover su más grande y refulgente joya, por supuesto, me refiero al canto gregoriano y al canto polifónico y dejar de recurrir a las canciones populares a las que, sin el menor pudor, se les cambia la letra y se adaptan a las condiciones litúrgicas, actividad que lesiona la labor del músico sacro. Para cantar eso no es necesario estudiar, y por otro lado es abaratar algo tan solemne como la liturgia cuya dignidad debe protegerse con celo y pasión.

Una nueva etapa viene para la Escuela Diocesana de Música Sacra cuando el padre Nestor Alejandro Rivas toma las riendas de la más antigua escuela de música en activo en Aguascalientes. Mucho éxito y el trabajo continúa.


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