El agua ha sido tema recurrente en las noticias ya sea por su escasez o su demasía desde hace varios años. Muestra de lo anterior fue, a principios del presente año, el caso de la emergencia hídrica que presentaron varios estados de la República por la falta de reservas de agua para satisfacer la demanda. Ahora, escuchamos sobre inundaciones, afectaciones económicas y pérdidas humanas por desastres naturales vinculados al exceso de lluvias. Aun así, el acceso a largo plazo al agua potable aún no puede ser garantizado.
Lo anterior no solo ocurre en México, sino que es una problemática constante en casi todos los países del mundo. Esto ha motivado el desarrollo de estrategias que permitan hacer frente a la sequía, el abatimiento de acuíferos o las inundaciones. Hay distintas estrategias con enfoques variados, pero todas tienen en común el objetivo de garantizar el acceso al agua para todos los usos y los sectores de la población.
Una de dichas estrategias es el análisis de resiliencia hídrica. El concepto de resiliencia tiene distintas acepciones y enfoques, tan diversos como las disciplinas que lo emplean. Sin embargo, el concepto tiene su origen en la biología. Originalmente hacía referencia a la capacidad de los sistemas naturales para regresar a un punto de equilibrio previo a cualquier alteración. El concepto ha ido evolucionando y hay quienes ahora consideran que la resiliencia no implica el retorno a un estado previo, sino incluso, puede significar adaptarse y evolucionar a un estado distinto, con las mismas funciones, pero con mayor y mejores capacidades de función.
Una de las características de la resiliencia es que puede ser aplicada en distintas escalas y entornos para resolver diferentes problemas, desde cuestiones regionales hasta problemáticas puntuales a nivel urbano. Las ciudades son el entorno donde se llevan a cabo la mayor parte de las interacciones entre el ambiente y la sociedad. Por lo tanto, la resiliencia urbana se postula como una estrategia multidisciplinaria enfocada a la solución de problemas derivados de dichas interacciones. Por ejemplo, para la evaluación y reducción de riesgos, el manejo sustentable de recursos y servicios ecosistémicos o la generación de políticas públicas de desarrollo urbano.
Una ciudad resiliente es aquella que toma en cuenta las experiencias pasadas como fuente de información para la toma de decisiones, reconoce maneras alternativas y creativas para el uso de recursos, cuenta con sistemas sólidos construidos que permitan predecir las fallas probables y adopta estrategias alternativas de respuesta ante eventos imprevistos. Adicionalmente, cuenta con un plan B para continuar operando a pesar de eventualidades, busca y promueve la participación de un amplio espectro de actores durante los procesos de toma de decisiones y vincula las instituciones y sectores de la población para facilitar el trabajo en conjunto.
La resiliencia hídrica busca analizar y evaluar la capacidad con que cuentan las urbes para abastecer, procesar, gestionar, administrar y aprovechar el agua y los servicios naturales asociados de una mejor manera. Hay que tener presente que la resiliencia hídrica, constituyen un proceso evolutivo a largo plazo, por lo que no existe un modelo único para todas las ciudades, ni es recomendable implementar las mismas políticas y estrategias de manera generalizada. Además, para su funcionamiento es indispensable la participación ciudadana y la gobernanza.
A pesar de que recientemente hemos vivido un período de lluvias abundantes, la ciudad de Aguascalientes presenta una problemática hídrica importante ya que los cinco acuíferos de donde se abastece la entidad se encuentran sobreexplotados, siendo el mayormente impactado el acuífero Valle de Aguascalientes. Sin embargo, a pesar de que se conoce el estado crítico en el que se encuentra, no hay datos suficientes que permitan calcular la vida útil del mismo y, por lo tanto, tomar medidas preventivas al respecto. Un análisis de resiliencia hídrica podría ser una alternativa para conocer, evaluar y proponer soluciones en el corto, mediano y largo plazo que permitan identificar las áreas de oportunidad a fortalecer con el objetivo de mitigar, prevenir y solucionar un problema que ha estado latente desde hace tiempo. Aún hace falta investigar, buscar e implementar soluciones que permitan a Aguascalientes fortalecer las características de una ciudad resiliente y garantizar a largo plazo el acceso equitativo al agua.