The Doors están y estarán íntimamente ligados a mi carrera en los medios de comunicación. En alguna ocasión ya te había comentado en este mismo espacio que el primer programa de radio que hice fue con música de The Doors, aquel programa con el que inicié mi carrera en los medios, aunque en ese momento –te hablo de julio de 1984-, no era más que un pasatiempo, se llamaba El rock y sus intérpretes, ese fue el nombre que le puso el señor Dávila. Yo tenía un puñado de buenos discos y el irreprimible deseo de compartir esa música con alguien, así que atendiendo a la invitación que me hizo José Dávila, director y fundador de radio Casa de la Cultura, en ese momento Radio Instituto Cultural de Aguascalientes, ahora Alternativa 98.1 fm, me puse a escribir lo que presumiblemente era un guión radiofónico que iniciaba con las palabras finales del poema The end de Jim Morrison: “Este es el fin, hermosa amiga, este es el fin, mi única amiga, el fin. Me duele dejarte libre, pero sé que nunca me seguirás. Es el fin de las risas y las dulces mentiras, es el fin de las noches en que procuramos morir. Este es el fin”.
El poema de El fin convertido en canción por The Doors, está incluido en el primer disco del grupo californiano, -aunque ya sabemos que Morrison era de la ciudad de Melbourne, en el estado de Florida, pero atraído por lo que estaba sucediendo al sur de la costa oeste de Estados Unidos se instala en Los Angeles y ahí funda junto con Ray Manzarek una de las entidades musicales más grandes en la siempre inconclusa historia del rock.
Por otro lado, el primer programa de radio que tuve la oportunidad de hacer en vivo se llamaba En el aire y lo hacía al lado de Eduardo Valtierra y con alguien a quien reconozco como uno de mis más grandes maestros en este apasionante asunto de hacer radio cultural, me refiero a David García con quien después tuve la oportunidad de trabajar en varios proyectos. En el Aire se transmitía los sábados a las 22:00 horas y aunque estaba diseñado para durar 120 minutos muy frecuentemente nos extendíamos hasta que el encargado apagaba el transmisor, muchas veces hasta cerca de las dos de la madrugada. Así era en aquellos años, te hablo de 1985, las transmisiones se interrumpían a las 12:00 después del himno nacional y se reiniciaban a las 06 de la mañana. Pues bien, En el Aire surgió con el fin de conmemorar los 15 años de la muerte de Jim Morrison, aquel primer programa se transmitió el sábado 5 de julio de 1986 y aunque originalmente lo consideramos como un programa especial, la verdad es que nos fue tan bien que decidimos, con la aprobación no muy convencida de José Dávila, de continuarlo cada sábado.
De esta manera es que relaciono el inicio de mi carrera en los medios de comunicación con The Doors, fue este el primer grupo que presenté en radio, tanto en programas grabados como en vivo, y saco todo esto a propósito de que este sábado 3 de julio se cumplen cincuenta años de la muerte del Rey Lagarto. Murió en París, su corazón no soportó ya el ritmo de vida al que era sometido. Jim Morrison, como algunos otros grandes protagonistas de la cultura de todos los tiempos, por ejemplo, James Dean, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Edgar Allan Poe, Vincent van Gogh, Oscar Wilde y otros más, sentía la vida con demasiada intensidad como para poder soportarla. Murió joven, apenas 27 años de edad, lo que sin duda contribuyó a fortalecer su vida y convertirla en leyenda, sucede con él lo mismo que sucede con algunos otros grandes creadores, el mito y la realidad se confunden en el inagotable anecdotario de su vida. Estamos hablando de uno de los grandes héroes de la cultura occidental que con su obra, poética más que musical, contribuyó a definir el perfil de la época que le tocó vivir. Jim Morrison y los Doors proponían el caos, el caos como una forma de liberación, incluso de redención, en medio de una generación que colocaba una flor en el cañón de un fusil y pregonaban el amor y la paz. Jim Morrison con sus Puertas es un asunto aparte en la generación de la segunda mitad de los años 60, con todo, no podemos negar la influencia de esta generación en la propuesta musical de The Doors
Jim Morrison se alimentaba de la fértil fuente de la literatura, de William Blake, de Aldous Huxley, de los poetas malditos como Rimbaud o Baudelaire, de la fecunda tradición de la tragedia griega y sobre todo, del que probablemente sea el pensador más grande del siglo XIX, Friedrich Wilhelm Nietzsche. Sus canciones eran verdadera poesía: “Los días son brillantes y llenos de dolor. Enciérrame en tu gentil lluvia. Los tiempos que viviste eran demasiado locos. Nos encontraremos otra vez”.
Los restos de Jim Morrison descansa en el panteón Père Lachaise de París, ahí reposa también el escritor Honorato de Balzac, el compositor Georges Bizet, la soprano María Callas, ahí también descansan los restos de los compositores Frédéric Chopin y Luigi Bocherini, el filósofo Auguste Comte, el pintor Eugene Delacorix, la bailarina Isadora Duncan, el pianista de jazz Michel Petrucciani a quien tuvimos la oportunidad de ver aquí en Aguascalientes, el compositor belcantista Gioacchino Rossini, el escritor irlandés Oscar Wild, sin duda, este es el lugar ideal para un poeta, para James Douglas Morrison.