Llueva, truene o relampaguee los chilpayates de la nación regresarán a sus salones de clase en agosto, o por lo menos esas son las voces que emanan desde el palacio donde habita el emperador azteca; pero cuál es la verdadera razón de “sugerir” (por no decir imponer) el regreso seguro cuando los contagios de covid se han incrementado de manera considerable. Esto que le llaman la tercer ola, que por cierto, y si me permite manifestarle mi humilde opinión, pudiéramos decir que nunca salimos de la primera ola; recuerda al principio de esta pandemia cuando el mal logrado científico de cabecera del emperador azteca graficaba los contagios y las muertes derivadas de este virus, hablada de aplanar una curva, es decir el punto alto de la “ola”, si lo piensa bien, nunca se aplanó esa cresta, lo que pasó fue que las medidas de seguridad sanitaria se relajaron y permitieron que nosotros, los mexicanos de a pie percibiéramos que esto ya estaba controlado, según las autoridades y el pobre científico de cuarta, perdón de la cuarta transformación, dijo que en nuestro país se tenía domada la pandemia, implementó un sistema de semáforos para determinar, bajo su propia medición de variables, quiénes estaban haciendo el trabajo como dictan los dioses aztecas y quiénes se hacían acreedores a las ya famosas orejas de burro, y así segmentó el territorio nacional, el resto de la historia ya la conoce, de hecho, podemos decir que estamos dentro de ella, por una parte las autoridades no han respondido a la altura de las circunstancias pero tampoco nosotros nos hemos comportado de manera comprometida, en este caso la responsabilidad es compartida; pero y entonces, sí ni el gobierno, ni sus gobernados estamos circulando por el sendero del buen camino para salir de este problema de salud, para qué exigir de manera velada el regreso a las aulas de los estudiantes.
Los números no mienten y son fríos, simplemente, al corte del martes 27 de julio, en nuestro país se contabilizaron 17, 408 nuevos casos confirmados de Covid-19; nuevos casos estimado lector, en un solo día, agréguele a esta cantidad los que no fueron registrados y que nunca conoceremos, bueno pues así, tranquilamente llegamos a un gran total de dos millones 771,846 contagios. Ese martes marcó récord de registro de nuevas personas infectadas de lo que va de la llamada tercera ola que comenzó a identificarse de esa manera a finales de junio. Este número de contagios en un sólo día no se había registrado desde enero de 2021 que fue de 17, 944 personas y donde el argumento en su momento fue la interacción decembrina derivada de las festividades propias de la época, traducción, nos relajamos en exceso. Ahora, siguiendo con la estadística de la Secretaría de Salud en este momento y si dividimos los momentos como la dependencia lo hace, es decir por olas, entonces el martes pasado se ubicó por encima de la llamada primera ola por un 37%. Y de las bajas ni hablar porque, y siguiendo los números oficiales que entrega la dependencia el número de fallecidos registrados aumentó a 239,079, de los cuales 484 se dieron el martes pasado.
Pero y entonces, ante este panorama, cuál es la justificación del emperador azteca para que los chilpayates regresen a clases, y no lo dicen sus adversarios ni los neoliberales, ni los fifís, ni la prensa vendida que le tiramos porque queremos lo peor para su persona no, lo dice la Secretaria de Salud los contagios y muertes están a la alza, y el vocero oficial de la Presidencia de la República, es decir el mismo señor López, no tiene contemplado un esquema de vacunación para menores de edad.
Frente a este panorama de incertidumbre no sólo para los padres de familia sino también para el personal que labora en los centros de formación, el buscar una respuesta es válido y necesario. Habla de salud física y emocional de los niños y adolescentes, de acuerdo, totalmente de acuerdo, pero si el gobierno de la República a través de su dependencia encargada de garantizar la educación laica y gratuita entre sus pobladores hubiera implementado un modelo de educación a distancia efectivo basado en los AVA (Ambientes virtuales de aprendizaje) el impacto negativo pudo haber sido menor. En cambio, el emperador azteca dijo e insiste en que casi en todos los países las escuelas están operando de manera presencial, si bueno, en el resto del mundo pero acá no, entonces a poco si una nación dice que lo mejor es no vacunar a nadie, porque es tendencia mundial la tenemos que seguir sin consultar ni hacer análisis. Los perfiles sociales son diferentes, los entornos también, la responsabilidad de la población y el actuar de los gobiernos también, no entiendo por qué seguir con el argumento de -si ellos hacen, tienen o pueden, por qué nosotros no-, me recuerda mucho a las comparaciones entre vecinos o familiares, si mi vecina se acaba de comprar un centro de lavado súper moderno y un automóvil de lujo y del año, por qué yo no, pues porque mi vecina gana 20 veces más que yo, será por eso. Definitivo no es un argumento de peso el comparar naciones. El manda más de nuestro país solicitó la colaboración de los docentes, padres de familia, obviamente de los estudiantes, las autoridades municipales, estatales y federales, incluso pidió colaboración de los dirigentes sindicales; va, perfecto, qué quiere hacer señor emperador, sea claro y marque la línea de acción para un regreso seguro a las aulas, no lo deje nada más al aire, aterrice por primera vez una de sus espléndidas ideas, sí todo lo resuelve, entonces viene respuesta, qué hay que hacer.
Las instituciones de educación y formación particulares pueden argumentar (y con justa razón) que están a punto de operar en números rojos, claro, el impartir educación es un negocio lícito y de los más auténticos, pero qué hacer ante un panorama como este, regresar a los niños, adolescentes y mayores de edad a las aulas sin ninguna estrategia probada y confirmada, primero la salud, también la educación; estoy convencido que los AVA están siendo una respuesta a las necesidades de un entorno hostil si de salud de refiere. Analice la situación y que el regreso a las clases presenciales tenga la garantía del no contagio y el aprovechamiento en el aula, de lo contrario para qué jugar con fuego.
@ericazocar