Este año se conmemora el Centenario Luctuoso de Ramón López Velarde en todo el país. Como es bien sabido el poeta nació en Jerez, Zacatecas en 1888 y murió un 19 de junio de 1921. Reconocido como “el poeta nacional”, se han escrito una gran cantidad de libros, artículos, se han dictado conferencias, hecho documentales y homenajes a lo largo y ancho del país.
Particularmente en el territorio donde vivió y se formó, su memoria persiste con tal insistencia que este año se unen esfuerzos para conmemorarlo a través de una serie de actividades que este mes viven su momento álgido.
Aguascalientes no escapa a estos festejos porque como sabemos Ramón López Velarde vivió en Aguascalientes entre 1898 y 1907, cuando era jovencito y donde vio cristalizado por primera vez su afán escritor en las revistas juveniles y después en los periódicos que editaba Eduardo J. Correa.
De los casi diez años que vivió López Velarde y su relación con Aguascalientes se ha escrito poco, el trabajo más destacado es sin duda el de Sofía Ramírez, La edad vulnerable. Ramón López Velarde en Aguascalientes, quien estudió la vida del joven con las personas más importantes de ese momento en su vida, sus cómplices y amigos Enrique Fernández Ledesma, Pedro de Alba, entre otros, en el contexto de la ciudad pujante del porfiriato. Sustentada en la bibliografía más representativa e importante sobre la vida de López Velarde y una cuidadosa revisión hemerográfica, Ramírez, nos ha dejado un libro elemental para todos aquellos que son apasionados de la vida y obra de Ramón López Velarde y también para aquellos estudiosos de la historia cultural de Aguascalientes.
Más allá del texto de Ramírez, no existen textos que aborden la vida y obra de López Velarde en Aguascalientes, sin embargo si se han escrito textos que nos permiten acercarnos a aquellos años. Merece mención la ciudad recreada por Marco Antonio Campos al acercarse a Satunino Herrán justo en el tiempo que estuvo Ramón en Aguascalientes, así como los estudios históricos del porfiriato enfocados en la economía, sociedad y política, particularmente me refiero a los textos de Jesús Gómez Serrano, Enrique Rodriguez Varela y Francisco Javier Delgado Aguilar.
En el último tiempo, Luciano Ramírez Hurtado ha abordado la historia del arte y la cultura en distintas épocas, pero es El sublime arte de Apeles, sobre la enseñanza del dibujo en Aguascalientes y la publicación colectiva sobre Jesús F. Contreras que nos permite un acercamiento a la vida artística y cultural de Aguascalientes entre el siglo XIX y XX.
Mención especial merecen las investigaciones de Martha Lilia Sandoval sobre Eduardo J. Correa y Enrique Fernández Ledesma, gracias a las cuales nos permiten conocer más de cerca la vida intelectual y literaria de Aguascalientes entre la última década del siglo XIX y los primeros años del siglo XX. A ello sumamos los estudios sobre José Flores Vaca y Amando J. de Alba todos conocidos y algunos muy cercanos a Ramón López Velarde, en el libro colectivo y fundamental para conocer la vida de literatos locales, Horizonte literarios de Aguascalientes. Sandoval, quien ha dedicado mucho tiempo al estudio de la obra literaria de Eduardo J. Correa, ha publicado además Un viaje a Termápolis de Eduardo J. Correa. Lectura crítica y hermenéutica y está por publicar algunos estudios más de la misma obra de Correa. La Universidad Autónoma de Aguascalientes ha sido la principal editora de la obra e investigaciones sobre Correa y reeditó su autobiografía Una vida para la poesía y la literatura. Autobiografía íntima y notas diarias, con notas de Antonio Castillo y Marcela López Arellano. También se hizo una recopilación de sus poemas, rescatados del archivo personal titulado En la calle, en la casa, en el campo.
Eduardo J. Correa como autor ha sido el principal enfoque que se ha revisado en Aguascalientes, pero de su relación con Ramón López Velarde es sin duda el trabajo de Guillermo Sheridan Correspondencia con Eduardo J. Correa y otros escritos juveniles (1905-1913) el que nos acerca a la vida de López Velarde no sólo en Aguascalientes sino también en San Luis Potosí. Este libro es un rescate documental importantísimo y nos motiva a pensar en la relación autor editor en los primeros años de vida como escritor de López Velarde en un ambiente singular de la imprenta y la edición en Aguascalientes.
Mi interés por hacer esta breve reflexión radica en que, justo ahora que se conmemoran los cien años de la muerte del poeta, merece la pena dar cuenta de los distintos enfoques que hemos omitido no a modo de reclamo, sino de identificación de temas a investigar si nuestro interés es la época y el personaje.
En una plática reciente con la dra. Marcela López Arellano, directora de Archivos de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, coincidíamos en la falta que hace estudiar la relación de Ramón López Velarde con Eduardo J. Correa, yo la pensaba en la relación escritor-editor, ella, en la relación a través de la escritura y las emociones.
Baste este ejemplo solo para imaginar lo que aún nos falta explicar, justamente por ello es que vale la pena que estemos atentos a las actividades que se realizarán en Aguascalientes este mes, segura estoy de que habrán novedades. También estemos atentos a lo que suceda en Zacatecas, San Luis Potosí y la Ciudad de México. Disfrutemos de este tiempo lopezvelardiano.